sábado, 23 de febrero de 2019

Esdras 6.14-22 / Mateo 24.1-8, TLA

14 Animados por los profetas Hageo y Zacarías, los jefes judíos siguieron con la reconstrucción. Terminaron el edificio de acuerdo con lo que el Dios de Israel había indicado y según las órdenes de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia. 15 El templo de Dios quedó terminado el día tres del mes de Adar, en el año seis del gobierno del rey Darío.
16 Los sacerdotes, sus ayudantes y todos los demás judíos que habían regresado de Babilonia festejaron con alegría la dedicación del templo a Dios. 17 En esa fiesta de dedicación presentaron como ofrenda cien toros, doscientos carneros y cuatrocientos corderos. También presentaron doce chivos como ofrendas para el perdón de los pecados de las doce tribus de Israel. 18 Después organizaron a los sacerdotes y a sus ayudantes según las instrucciones que Moisés había dado para la adoración a Dios en Jerusalén.
19 El día catorce del mes de Abib los que habían regresado de Babilonia celebraron la Pascua. 20 Los sacerdotes y sus ayudantes estaban en condiciones de hacerlo, porque ya se habían purificado. Entonces sacrificaron el cordero de la Pascua por todos los que habían regresado de Babilonia, por los otros sacerdotes y por sí mismos. 21 De la comida de la Pascua participaron los judíos que habían regresado de Babilonia, y también todos los que allí vivían y habían dejado las malas costumbres de otros pueblos. Todos juntos adoraban al verdadero Dios de Israel. 22 Durante siete días celebraron con alegría la fiesta de los panes sin levadura. Estaban muy contentos porque Dios había hecho que el rey de Persia los tratara bien, pues los ayudó a reconstruir el templo del Dios de Israel.
*
Cuando Jesús salió del templo, sus discípulos se le acercaron para mostrarle los edificios del templo. Entonces él les dijo: "¿Ven ustedes todos estos edificios? Les aseguro que todos ellos serán destruidos. ¡Ni una sola pared quedará en pie!".
3 Después, Jesús y sus discípulos se fueron al Monte de los Olivos. Jesús se sentó y, cuando ya estaban solos, los discípulos le preguntaron: —¿Cuándo será destruido el templo? ¿Cómo sabremos que tú vendrás otra vez, y que ha llegado el fin del mundo? ¿Cuáles serán las señales?
Jesús les respondió: —¡Cuidado! No se dejen engañar. Muchos vendrán, y se harán pasar por mí, y le dirán a la gente: “Yo soy el Mesías”. Usarán mi nombre y lograrán engañar a muchos.
Ustedes oirán que en algunos países habrá guerras, y que otros países están a punto de pelearse. Pero no se asusten; esas cosas pasarán, pero todavía no será el fin del mundo. Porque los países pelearán unos contra otros, la gente no tendrá qué comer, y en muchos lugares habrá terremotos. Eso es sólo el principio de todo lo que el mundo sufrirá.

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