sábado, 2 de noviembre de 2019

Nehemías 12.1-30 / I Corintios 3.1-11, TLA

1-7 Ésta es la lista de los sacerdotes y ayudantes que regresaron de Babilonia con Zorobabel hijo de Salatiel, y con Josué.
Los jefes de los sacerdotes de la época de Josué, que regresaron, son los siguientes: Seraías, Jeremías, Esdras, Amarías, Maluc, Hatús, Secanías, Rehúm, Meremot,Idó, Guinetón, Abías, Mijamín, Maadías, Bilgá, Semaías, Joiarib, Jedaías, Salú, Amoc, Hilquías, Jedaías.
8-9 Había dos coros encargados de los himnos de alabanza. De los cantores que formaban el primer coro regresaron los siguientes: Josué, Binuy, Cadmiel, Serebías, Judá, Matanías.
Del segundo coro regresaron los siguientes: Bacbuquías, Uní y sus ayudantes.
10 Los antepasados del ayudante Josué fueron Joacín, Eliasib, Joiadá, 11 Johanán y Jadúa. 12-21 En la época de Joacín éstos eran los jefes de las familias de los sacerdotes que regresaron:
JefeFamilia sacerdotal
MeraíasSeraías
HananíasJeremías
MesulamEsdras
JohanánAmarías
JonatánMelicú
JoséSebanías
AdnáHarim
HelcaiMeraiot
ZacaríasIdó
MesulamGuinetón
ZicríAbías
PiltaiMoadías
SamúaBilgá
JonatánSemaías
MatenaiJoiarib
UzíJedaías
CalaiSalai
ÉberAmoc
HasabíasHilquías
NatanaelJedaías
22 En la época de Eliasib, Joiadá, Johanán y Jadúa, había una lista de los jefes de familia de los sacerdotes y sus ayudantes. La información de esa lista llegaba hasta el año en que Darío comenzó a reinar en Persia. 23 En la lista oficial estaban anotados los jefes de familia de los ayudantes de los sacerdotes, hasta la época de Johanán nieto de Eliasib.
24 Los ayudantes de los sacerdotes estaban divididos en dos coros, que eran dirigidos por Hasabías, Serebías, Josué, Binuy y Cadmiel, y sus asistentes. Durante el culto, el coro principal cantaba una estrofa de un himno, y el otro coro respondía con otra estrofa. Así alababan y daban gracias a Dios, según lo había mandado el rey David. 25 Los vigilantes de las entradas, que también cuidaban las bodegas de al lado, eran: Matanías, Bacbuquías, Abdías, Mesulam, Talmón y Acub. 26 Éstos vivieron en la misma época de Joacín hijo de Josué. Era el tiempo cuando Nehemías gobernaba y el sacerdote Esdras era maestro.

27-29 Las familias de los cantores que se habían instalado alrededor de Jerusalén eran descendientes de Leví. También se instalaron en las aldeas de Netofá, en el pueblito de Guilgal y en los campos de Gueba y Azmávet. Para dedicar a Dios el muro de Jerusalén, los fueron a llamar para que participaran en la celebración. Ellos no sólo cantaban sino que también tocaban instrumentos musicales como platillos, arpas y liras. Por eso los invitaron para que cantaran a Dios alegres himnos de gratitud.

30 Los sacerdotes y sus ayudantes realizaron la ceremonia de purificación, para que ellos mismos pudieran adorar a Dios, junto con todo el pueblo. También purificaron las entradas de la ciudad y el muro de protección, para que Dios los aceptara con agrado.
*
Hermanos míos, antes de ahora no les pude hablar como a quienes ya tienen el Espíritu de Dios, porque ustedes se comportaban como la gente pecadora de este mundo. Por eso tuve que hablarles como si apenas comenzaran a creer en Cristo. En vez de enseñarles cosas difíciles, les enseñé cosas sencillas, porque ustedes parecen niños pequeños, que apenas pueden tomar leche y no alimentos fuertes. En aquel entonces no estaban preparados para entender cosas más difíciles. Y todavía no lo están, 3-4 pues siguen viviendo como la gente pecadora de este mundo. Tienen celos los unos de los otros, y se pelean entre ustedes. Porque, cuando uno dice: «Yo soy seguidor de Pablo», y otro contesta: «Yo soy seguidor de Apolo», están actuando como la gente de este mundo. ¿No se dan cuenta de que así se comportan los pecadores?
Después de todo, Apolo y yo sólo somos servidores de Dios para ayudarlos a creer en Jesucristo. Cada uno de nosotros hizo lo que el Señor nos mandó hacer: yo les anuncié a ustedes la buena noticia de Jesucristo, y Apolo les enseñó a seguir confiando en él, pero es Dios quien los ha hecho confiar más en Cristo. Así que lo importante no es quién anuncia la noticia ni quién la enseña; el único importante es Dios, que es quien aumenta nuestra confianza en Cristo. Tanta importancia tienen los que anuncian la noticia como los que la enseñan. Cada uno de ellos recibirá su premio, según el trabajo que haya hecho. Apolo y yo somos servidores de Dios, y ustedes son como un campo de trigo, como un edificio construido por Dios, del cual Dios es el dueño. 10 Dios, por su bondad, me permitió actuar como si yo fuera el arquitecto de ese edificio. Y yo, como buen arquitecto, puse una base firme: les di la buena noticia de Jesucristo. Luego, otros construyeron sobre esa base. Pero cada uno debe tener cuidado de la manera en que construye, 11 porque nadie puede poner una base distinta de la que ya está puesta, y esa base es Jesucristo. 

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