Boletín núm. 35, 6 de septiembre de 2020

 CULTO DE COMUNIÓN Y APERTURA

DIÁLOGO EXISTENCIAL Y TEOLÓGICO: BILDAD Y LA JUSTICIA DIVINA Job 8.1-13, Traducción en Lenguaje Actual

 

¹ Entonces Bildad le dijo a Job:

² “¡Hablas con la violencia
de un fuerte huracán!
¿Cuándo te vas a callar?

³ El Dios todopoderoso
nunca hace nada injusto.

⁴ Si tus hijos pecaron contra Dios,
él les ha dado su merecido.

⁵ Pero si tú eres inocente,
habla con él y pídele perdón;

⁶ él te protegerá y te recompensará
devolviéndote todo lo que tenías.

⁷ Tus primeras riquezas no serán nada,
comparadas con las que tendrás después.

⁸ Pregúntales a nuestros abuelos,
y verás cuántas cosas descubrieron.

⁹ Ellos te lo harán saber todo
y compartirán contigo su experiencia.

¹⁰ Nosotros hemos vivido muy poco,
y poco o nada sabemos;
nuestra vida pasa como una sombra.

¹¹ Los juncos crecen en el agua,
pero si el agua les llega a faltar

¹² se secan más pronto
que cualquier otra planta.

¹³ Lo mismo les pasa a los malvados,
a los que se olvidan de Dios:
al morir nada bueno les espera”. […]

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Año XXVI, núm. 35, domingo 6 de septiembre de 2020

 

 

Culto de Adoración, Comunión y Apertura

 

Preside: Hno. Carlos Cuevas Padilla

 

Introito

Así como un venado sediento
desea el agua de un arroyo,
así también yo, Dios mío,
busco estar cerca de ti.
Tú eres el Dios de la vida,
y anhelo estar contigo.                                 

Salmo 42.1-2a

 

Preludio                                

Hno. Jacobo Núñez Cabrera

 

Adorar desde lo más profundo

Todo nuestro ser se conmueve al venir delante de ti, oh Dios, a adorar tu nombre grandioso y magnífico. Toda nuestra vida está tocada por tu Espíritu y ello nos capacita, por tu gracia, para celebrar este culto de adoración que reconoce tu obra misericordiosa de redención. Recibe, Señor, lo que nuestras voces expresan para celebrar con alegría y gratitud tu presencia entre nosotros.

Oración de ofrecimiento

Himno: “¡Cuán grande es Él!” (74)

 

La gracia de Dios nos redime y encamina

Nada puede ocultar ante ti, Señor, todo lo que somos, cómo pensamos y actuamos. Mucho de ello está dominado por nuestras pasiones e intereses que son contrarios a tu voluntad. Rogamos que nos guíes para retomar el camino y experimentar las maravillas de tu gracia perdonadora y restauradora.

Momento de oración en silencio. / Oración audible.

Unidos/as: Dios mío,
tu perdón nos llega a todos
como una bendición;
tu perdón borra
nuestros pecados y rebeldías.
Tú bendices y declaras inocentes,
a los que no actúan con malicia. […]

Me decidí a reconocer
que había sido rebelde contigo,
y tú, mi Dios, me perdonaste.     

Salmo 32.1-2, 5b

Himno: “Cariñoso Salvador” (364)

 

Celebramos la unidad espiritual

Himno “¡Hola! ¿Cómo estás?” (425)

 La plegaria de fe

Por eso no nos desanimamos. Aunque nuestro cuerpo se va gastando, nuestro espíritu va cobrando más fuerza. Las dificultades que tenemos son pequeñas, y no van a durar siempre. Pero, gracias a ellas, Dios nos llenará de la gloria que dura para siempre: una gloria grande y maravillosa.

II Corintios 4.16-17

Oración de intercesión

 

Su Palabra nos vivifica

Lectura del Antiguo Testamento: Job 8.1-13

Lectura del Nuevo Testamento: II Corintios 4.1-6

 

Reflexión bíblica

DIÁLOGO EXISTENCIAL Y TEOLÓGICO: BILDAD Y LA JUSTICIA DIVINA

 El Señor nos convida a su mesa

“Oh pan del cielo” (459)

Celebración de la Santa Cena

 De lo recibido de la mano de Dios

No les estoy dando una orden. Sólo quiero que sepan cómo ofrendan los hermanos de otras iglesias, para que ustedes puedan demostrar que su amor es sincero. Ustedes saben que nuestro Señor Jesucristo era rico, pero tanto los amó a ustedes que vino al mundo y se hizo pobre, para que con su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.

II Corintios 8.8-9

Oración por las ofrendas

Himno “Lo nuestro tuyo es” (442)

 

Acompañamiento y bendición constantes

Bendición comunitaria

…dejen que el amor y el conocimiento, que nos da nuestro Señor y Salvador Jesucristo, los ayude a ser cada vez mejores cristianos. ¡Alabemos a Jesucristo ahora y siempre! Amén.                                       

II Pedro 3.18

 

Bendición congregacional

Himno “Cristo está conmigo” (330)

 

Postludio

 

MINISTERIO DE ADORACIÓN Y LITURGIA / MINISTERIO PASTORAL

RECOMENDACIONES SOBRE LA CELEBRACIÓN DE LA SANTA CENA PARA LOS MIEMBROS Y SUS FAMILIAS

 

1. La administración y participación en el sacramento de la Santa Cena deben acontecer, preferentemente, en el contexto de la celebración litúrgica de la comunidad cristiana (I Co 11.26-30). Siendo ésta una familia ampliada, a semejanza de la Pascua que se efectuó en Egipto, antes de la liberación de la esclavitud (Éx 12.1-28; Mr 14.12-25), existe continuidad entre aquélla y el acto llevado a cabo por Jesús de Nazaret con sus discípulos la noche previa a su subida a la Cruz (Mt 26.2, 17-18, 26-29), ignominiosa y redentora al mismo tiempo.

2. Al no ser posible administrar y participar de este sacramento con toda la comunidad de fe reunida, las familias consanguíneas que las integran pueden hacerlo, de manera extraordinaria, gracias al sacerdocio universal que cada creyente (I Pe 2.9-10), y especialmente los representantes de familias (padres, madres u otros) ejercen en el ámbito espiritual doméstico (Éx 12.1-11). Por ello, se considera que los miembros de la iglesia en plena comunión, hombres y mujeres, están en condiciones de participar en el acto sacramental, mediante la repartición de los elementos, si así lo consideran necesario (I Pe 2.4-5). Para tal fin, se enviará una breve guía litúrgica que servirá como base para su realización puntual.

3. Por otra parte, quienes piensen que se requiere una autorización especial para administrar este sacramento, pueden comunicarse con el presidente o el secretario del Consistorio para recibir una explicación más amplia al respecto, y así decidir si participan espiritualmente (Jn 6.53-58), con su familia y gente cercana, mediante una sana y consecuente “actitud sacramental” (es decir, la disposición espiritual para aprovechar y recibir los beneficios de esta ordenanza del Señor), a través de la transmisión del culto. Pues tal como lo expresa Juan Calvino: “Nuestras almas pueden sacar de este sacramento gran fruto de confianza y dulzura; pues tenemos testimonio de que Jesucristo, de tal manera es incorporado a nosotros, y nosotros a Él, que todo cuanto es suyo lo podemos llamar nuestro; y todo cuanto es nuestro podemos decir que es suyo” (Institución de la Religión Cristiana, IV, 17, 2). Véase la sección completa al respecto, “La Santa Cena de Jesucristo. Beneficios que nos aporta”, en el sitio web: www.iglesiareformada.com/Calvino_Institucion_4_17_1.html.

Cf. Jürgen Moltmann, “La Cena del Señor”, en La iglesia, fuerza del Espíritu. Hacia una eclesiología mesiánica. Salamanca, Ediciones Sígueme, 1978 (Verdad e imagen, 51), pp. 294-195: “La cena del Señor se basa en una invitación, que es tan abierta como lo están los brazos de Cristo en la cruz. […] El carácter abierto de la invitación del Crucificado a su cena y su comunión rebasa todas las barreras confesionales. Rebasa asimismo los límites de la cristiandad, pues esta invitación va dirigida a ‘todos los pueblos’, y ante todo, a los ‘pecadores y publicanos’. De aquí que entendamos la invitación de Cristo no sólo como una invitación abierta a la iglesia, sino como una invitación abierta al mundo entero” (Énfasis original).

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 Culto de Reflexión y Profundización

13 de septiembre de 2020

“¿Cómo se justificará el ser humano ante Dios?”

Base bíblica: Job 9.1-13

Preside: Hna. Citlali Palomino Cantú