8 Entonces Bildad le dijo a Job:
2 «¡Hablas con la violencia
de un fuerte huracán!
¿Cuándo te vas a callar?
3 El Dios todopoderoso
nunca hace nada injusto.
4 Si tus hijos pecaron contra Dios,
él les ha dado su merecido.
5-6 Pero si tú eres inocente,
habla con él y pídele perdón;
él te protegerá y te recompensará
devolviéndote todo lo que tenías.
7 Tus primeras riquezas no serán nada,
comparadas con las que tendrás después.
8-10 »Pregúntales a nuestros abuelos,
y verás cuántas cosas descubrieron.
Ellos te lo harán saber todo
y compartirán contigo su experiencia.
Nosotros hemos vivido muy poco,
y poco o nada sabemos;
nuestra vida pasa como una sombra.
11 »Los juncos crecen en el agua,
pero si el agua les llega a faltar
12 se secan más pronto
que cualquier otra planta.
13 Lo mismo les pasa a los malvados,
a los que se olvidan de Dios:
al morir nada bueno les espera.
*
1 Dios es bueno y nos permite servirle. Por eso no nos desanimamos. 2 No sentimos vergüenza de nada, ni hacemos nada a escondidas. No tratamos de engañar a la gente ni cambiamos el mensaje de Dios. Al contrario, Dios es testigo de que decimos sólo la verdad. Por eso, todos pueden confiar en nosotros. 3 Los únicos que no pueden entender la buena noticia que anunciamos son los que no se salvarán.
4 La buena noticia nos habla de la grandeza de Cristo, y Cristo a su vez nos muestra la grandeza de Dios. Ese mensaje brilla como la luz; pero los que no creen no pueden verla, porque Satanás no los deja. 5 Y nosotros no nos anunciamos a nosotros mismos. Al contrario, anunciamos que Jesucristo es nuestro Señor, y que nosotros somos servidores de ustedes porque somos seguidores de Jesucristo. 6 Cuando Dios creó el mundo, dijo: «Que brille la luz donde ahora hay oscuridad». Y cuando nos permitió entender la buena noticia, también iluminó nuestro entendimiento, para que por medio de Cristo conociéramos su grandeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario