sábado, 19 de septiembre de 2020

Job 10.1-15 / Romanos 8.31-39 , TLA

Si doy rienda suelta a mi queja
y a la amargura que llevo dentro,
es porque estoy cansado de la vida.
Por eso le he dicho a Dios:

“Dios mío, no seas injusto conmigo;
¡dime qué mal he cometido!
Tú eres mi creador,
y no está bien que me maltrates
ni que permitas que los malvados
hagan planes contra mí.
Tú no ves las cosas
como nosotros las vemos,
ni vives los pocos años
que nos toca vivir;
¿por qué, entonces, quieres saber
qué pecados he cometido?
¡Tú sabes que no soy culpable,
y yo bien sé que no es posible
que me libre de tu poder!

8-10 Tú, con tus propias manos,
me fuiste dando forma,
como quien hace una olla de barro,
como quien derrama crema
para hacer queso;
¿por qué quieres quitarme la vida
y hacerme volver al polvo?
11 Tú recubriste mis huesos
con carne y con piel;
12 tú me diste vida
y me trataste con bondad;
¡siempre cuidaste de mí!
13 Pero ahora me doy cuenta
de algo que no me dijiste:
14 ¡que me estarías vigilando
para ver si yo pecaba,
pues no perdonarías mi pecado!
15 Pero, inocente o culpable,
estoy en un gran problema
y no puedo mirarte a los ojos.
¡Estoy muy avergonzado
y me muero de tristeza!".

*

31 Sólo nos queda decir que, si Dios está de nuestra parte, nadie podrá estar en contra de nosotros. 32 Dios no nos negó ni siquiera a su propio Hijo, sino que lo entregó por nosotros, así que también nos dará junto con él todas las cosas. 33 ¿Quién puede acusar de algo malo a los que Dios ha elegido? ¡Si Dios mismo los ha declarado inocentes! 34 ¿Puede alguien castigarlos? ¡De ninguna manera, pues Jesucristo murió por ellos! Es más, Jesucristo resucitó, y ahora está a la derecha de Dios, rogando por nosotros. 35 ¿Quién podrá separarnos del amor de Jesucristo? Nada ni nadie. Ni los problemas, ni los sufrimientos, ni las dificultades. Tampoco podrán hacerlo el hambre ni el frío, ni los peligros ni la muerte. 36 Como dice la Biblia:

«Por causa tuya nos matan;
¡por ti nos tratan siempre
como a ovejas para el matadero!»

37 En medio de todos nuestros problemas, estamos seguros de que Jesucristo, quien nos amó, nos dará la victoria total. 38 Yo estoy seguro de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la vida ni la muerte, ni los ángeles ni los espíritus, ni lo presente ni lo futuro, 39 ni los poderes del cielo ni los del infierno, ni nada de lo creado por Dios. ¡Nada, absolutamente nada, podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado por medio de nuestro Señor Jesucristo!

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