11 Este mandamiento
que yo te prescribo hoy no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu
alcance. 12 No está en el cielo, para que preguntes: “¿Quién puede
subir al cielo por nosotros para que nos lo traiga, nos lo dé a conocer y lo
pongamos en práctica?”. 13 Tampoco está más allá de los mares, para
que preguntes: “¿Quién cruzará por nosotros hasta el otro lado de los mares,
para que nos lo traiga, nos lo dé a conocer y lo pongamos en práctica?”. 14
La palabra está muy cerca de ti, la tienes en tu boca y en tu corazón, para que
puedas cumplirla.
15 Hoy te propongo que escojas entre la vida y la
muerte, entre el bien y el mal. 16 Si cumples los mandamientos del
Señor tu Dios, que yo te prescribo hoy, amando al Señor tu Dios, siguiendo sus
caminos y poniendo en práctica sus estatutos, normas y preceptos, vivirás,
crecerás y te bendecirá en la tierra que vas a entrar para tomar posesión de
ella. 17 Pero si tu corazón se rebela y no obedeces, si te dejas
seducir y te postras ante otros dioses y les rindes culto, 18 te
anuncio hoy que serás destruido sin remedio, y no vivirás mucho tiempo en la
tierra a la que vas a entrar para tomar posesión de ella después de cruzar el
Jordán. 19 Pongo hoy como
testigos contra ustedes al cielo y a la tierra: te he dado a elegir entre la
vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige la vida y vivirán tú
y tu descendencia. 20 Ama al Señor tu Dios, obedécele y sé fiel
a él; de esto depende la vida, y el Señor te concederá muchos años de vida para
habitar en la tierra que él te había prometido según juró a tus antepasados, a
Abraham, Isaac y Jacob.
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