sábado, 2 de enero de 2016

I Corintios 1.18-31


18 El lenguaje de la cruz es, ciertamente, un absurdo para los que van por sendas de perdición; mas para nosotros, los que estamos en camino de salvación, es poder de Dios. 19 Lo dice la Escritura: “Destruiré la sabiduría de los sabios y haré fracasar la inteligencia de los inteligentes”.

20 ¿Quién se atreverá a presumir de sabio, de maestro o de investigador de este mundo? ¿No ha demostrado Dios que la sabiduría de este mundo es pura necedad? 21 En efecto, el mundo con su sabiduría sobre Dios no ha llegado a conocer a Dios a través de esa sabiduría. Por eso, Dios ha decidido salvar a los creyentes a través de un mensaje que parece absurdo. 22 Porque mientras los judíos piden milagros y los griegos buscan sabiduría, 23 nosotros anunciamos a Cristo crucificado, que para los judíos es una piedra en que tropiezan y para los paganos es cosa de locos. 24 Pero para los que Dios ha elegido, sean judíos o griegos, ese Cristo es poder y sabiduría de Dios, 25 pues lo que en Dios parece absurdo es mucho más sabio que lo humano, y lo que en Dios parece débil es más fuerte que lo humano. 26 Basta, hermanos, con que se fijen en cómo se ha realizado su propia elección: no abundan entre ustedes los que el mundo considera sabios, poderosos o aristócratas.


27 Al contrario, Dios ha escogido lo que el mundo tiene por necio, para poner en ridículo a los que se creen sabios; ha escogido lo que el mundo tiene por débil, para poner en ridículo a los que se creen fuertes; 28 ha escogido lo sin importancia según el mundo, lo despreciable, lo que nada cuenta, para anular a quienes piensan que son algo. 29 De este modo, ningún mortal podrá alardear de algo ante Dios 30 que a ustedes los ha injertado en Cristo Jesús, convertido para nosotros en sabiduría divina, en fuerza salvadora, santificadora y liberadora. 31 Así que, como dice la Escritura, “si de algo hay que presumir, que sea de lo que ha hecho el Señor”.

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