OREMOS POR LA ORGANIZACIÓN Y
DESARROLLO DE LA ESCUELA BÍBLICA DE VERANO
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CULTO
DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 19 de julio, 19 hrs.
Modera:
A.I. Vicente Orozco G.
Llamamiento: Salmo
17.1-7
Oración de ofrecimiento
Himnos: “Cerca de ti, Señor”
(314)
“En momentos así” (411)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Jeremías
3.6-25
Tema: Israel: esposa e hijo desobediente
Himno: “Dilo a Cristo” (515)
Ofertorio
Bendición pastoral
LLAMADA A LA CONVERSIÓN
José
María Ábrego de Lacy
3.1-5. Constituyen estos versículos el
comienzo de la sección que más arriba hemos denominado Invitación al regreso
(Jr 3,1-4,4). En esta sección el verbo hebreo sub (volver, regresar,
convertirse) se repite insistentemente. Pretenden estos pasajes restablecer la
relación anterior (de alianza). Para ello se utilizan los esquemas marido-mujer,
padre-hijo.
Jr 3,1-5 es un
caso legal que subraya la dificultad del arreglo: después del divorcio no es posible
restablecer la relación, pues lo prohíbe la ley (Dt 24,1-4). Es el mismo
problema planteado en Os 3; pero allí el amor prevalece sobre la ley. El pecado
de Israel no se limita al ámbito interno: ha perturbado la naturaleza y ha roto
la unidad personal, aunque aparentemente el pueblo afirme que mantiene la fe
(Jr 3,4-5).
3,6-13 Parábola de las dos hermanas.
El desastre del reino del Norte, conquistado por Asiría el año 722 a.C , no ha
servido de escarmiento para el del Sur. Si aquel fue infiel, éste es peor. Por
eso, será más fácil el perdón para el primero (Jr 3,12-13).
3,14-18 El nuevo
pueblo de Dios. El regreso del perdonado da pie a soñar con la restauración del
Sur. Resuenan las mayores tradiciones de Judá: Sión, como lugar de reunión del
pueblo y trono del Señor, así como la monarquía de David, restaurada según el
primitivo designio. La alusión al templo es indirecta. Jr 3,18 supone el
destierro del 586 a. C , por lo que debe datarse en fecha posterior. El perdón
se visualiza como reunificación de los dos reinos.
3,19-4,4 Retorno
de Israel al Señor. En la relación marido-mujer era imposible la solución (Jr
3,1-5). Tal vez la relación Padre-hijo lo permita. En la primera los dones de
la tierra son un regalo de bodas; en la segunda son una herencia, a cuya
posesión nunca se pierde derecho; siempre se puede roturar de nuevo la heredad.
La confesión del pueblo (Jr 3,22-25) parece sincera, pero la conversión debe
ser profunda e interna, para que sirva de bendición a todos los pueblos (Jr4,2;
Gn 12,3).
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
25-29 – Escuela Bíblica de Verano
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