sábado, 23 de julio de 2016

Actividades

OREMOS POR TODAS LAS PERSONAS IMPLICADAS EN LA ESCUELA BÍBLICA DE VACACIONES. ¡QUE EL SEÑOR HAGA SU OBRA!

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 26 de julio, 19 hrs.
Modera: D.I. Laura Cabrera B.

Llamamiento: Salmo 18.1-7
Oración de ofrecimiento
Himnos: “A cada instante te necesito” (360)
               “Día en día” (317)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Jeremías 4.1-18
Tema: Los peligros históricos
Himno: “Oh, Cristo mío” (320)
Ofertorio
Bendición pastoral

ALARMA Y AMENAZA
José María Ábrego de Lacy

Ya no es Israel, sino Judá y más en concreto Jerusalén que se menciona varias veces (Jr 4.5, 6, 10-11, 16). Judá va a ser atacada por un genérico enemigo del Norte, que el Señor enviará contra ella. Si no hay conversión, el pecado del pueblo merecerá la destrucción total. Pero todavía es posible la salvación. 4.5-31. constituye este pasaje el primero de los tres paneles señalados más arriba. La descripción es tan viva que reproduce el sonido de la amenaza; la sonoridad y la concisión acompañan al mensaje. El Señor manda dar la alarma; el toque de trompeta anuncia la llegada del enemigo; su devastación horroriza y angustia; aunque los falsos profetas pretenden evitar el caos, éste es inevitable y la angustia se apodera de la población; la capital, Sión, entra en agonía.
En Jr 4.5-18 Jerusalén escucha el sonido de la trompeta, porque no ha escuchado la voz del Señor. El iza el estandarte que convoca al enemigo. El estandarte es un término guerrero ya utilizado por Isaías (Jr 5.26; 11.12). En la guerra sufren primero los responsables de la maldad: rey, sacerdotes y profetas.
La mayoría de éstos anuncian paz, engañando al pueblo. De ahí la acusación de engaño lanzada contra el Señor (Jr 4.10). El viento ardiente, que todo lo seca, y el viento impetuoso, inútil para el campesino, constituyen los elementos del juicio divino.
Llegan las tropas enemigas en Jr 4.19-21. Se recoge el lamento del pueblo. El dolor tiene signos externos (tierra devastada, tiendas destruidas, pabellones derribados), pero penetra hasta lo más profundo del corazón. Frases lapidarias describen el resultado (Jr 4.22-31): la naturaleza vuelve al caos inicial (Jr 4.23-28), las ciudades quedan vacías (Jr 4.29), no hay salvación (Jr 4.30-31). Siempre queda flotando la pregunta ¿por qué? El Señor explica la causa: el pueblo es insensato al no reconocer al Señor. Si no ha querido conocer al Señor de la bendición, tendrá que reconocer al Señor del juicio.
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31 – Taller bíblico: Mensaje bíblico y coyunturas sociales

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