sábado, 22 de septiembre de 2018

Letra 587, 23 de septiembre de 2018


LAS DISCÍPULAS DE JESÚS (XV)
Ana María Tepedino

Consecuencias para el movimiento de Jesús y la iglesia naciente
A través de todas estas lecturas, descubrimos que el sexismo de la Sagrada Escritura no es inherente al mensaje. Ponen de manifiesto que la revelación bíblica asumió la forma y se expresó mediante estructuras y expresiones androcéntricas y patriarcales. Pero el Dios que revela Jesucristo es un Dios liberador, aspecto que queda desvelado por su comportamiento. La forma de relacionarse Jesús, revelando la igual dignidad de todos los seres humanos llamados a una idéntica vocación de hijos de Dios no podía dejar de sacudir todas las segregaciones vividas en Palestina.
Dios no puede soportar la opresión, la minusvaloración, la marginación y la segregación de ninguno de sus hijos. Ante él, todos son iguales. Esa experiencia de igualdad que vivieron las personas con Jesús se cifrará en la fórmula que San Pablo expresa en Gal 3.28: “Ya no hay más judío ni griego, esclavo ni libre, varón y hembra, pues ustedes hacen todos uno, mediante el Mesías Jesús”. En el mundo de Dios, los hombres y las mujeres dejan de estar en las relaciones de dominación y dependencia patriarcales para ser personas que viven en presencia del Dios vivo.
Si para Dios existe esta igualdad, esa misma debería existir en la comunidad que quiere ser su anunciadora, que debería ser una comunidad sin opresiones ni marginaciones.
En realidad, así parece haber ocurrido en la iglesia naciente, como nos revela Hch 1.14-15, narrando la experiencia de la primera asamblea cristiana en Pentecostés, en la que todos, hombres y mujeres, reciben el bautismo del Espíritu.
También en Hch 8.12, se comprueba que el rito de iniciación cristiana es tanto para hombres como para mujeres, difiriendo del judaísmo, como vimos antes, en el que la circuncisión estaba reservada a los varones.
Por tanto, en la primera fase de la actividad misionera de la comunidad recién formada, dentro de la esfera cultural grecorromana, la concepción del ministerio como servicio no está restringida a un solo sexo. La difusión del mensaje es tan importante que toda ayuda es bienvenida (cf. Hch 2.17-18, en donde se muestra de manera explícita que “sus hijos e hijas…, mis siervos y siervas… profetizarán”). Es interesante señalar que incluso cambia el lenguaje: No se utiliza “hombres” en el sentido genérico en el que lo emplean los evangelios, sino “hombres y mujeres” (cf. Hch 1.14; 5.14; 8.3.12).
En realidad, los textos nos muestran que, en la iglesia primitiva, hombres y mujeres «han trabajado tanto por el Señor» (cf. Rm 16.6, 12), así como «luchando» lado a lado para colaborar en la construcción del Reino (cf. Fil 4.2-3).
Tenemos testimonios que acreditan que las mujeres desempeñaban funciones de liderazgo (cf. Rm 16.7: Junia, a quien Pablo llama “apóstol”; Rm 16.1-3: Febe, llamada diakonos y prostatis, o coordinadora, títulos que Pablo atribuye a Apolo y a sí mismo: cf. 1 Cor 3.5-9). Ejercieron funciones misioneras de acuerdo con el precepto de Lucas de ir de dos en dos a anunciar, como Prisca y Áquila (cf. 1 Cor 16.19 y Rm 16.5). Prisca y Aquila participaron en la misión entre los gentiles junto con Pablo, Bernabé, Timoteo y Apolo. Prisca aparece mencionada cuatro veces delante de su marido, lo que atestigua su liderazgo. Pablo llama al matrimonio cooperadores. Su casa era un centro misionero en Corinto (1 Cor 16.19), Efeso (Hch 18.18), Roma (Rm 16.5).
Además de éstas, aparecen mencionadas mujeres que eran jefas de iglesias domésticas, como Lidia de Tiatira (cf. Hch 1.4), Ninfa de Laodicea (cf. Col 4.15), Cloe (cf. 1 Cor 1.11).
Por estos detalles descubrimos que, en la iglesia naciente, seguía vigente la situación igualitaria inaugurada por Jesús. Pero el proceso de adaptación cultural, el retraso de la Parusía y la institucionalización eclesial limitaron el papel y la influencia de las mujeres. En el siglo II, la situación era ya diferente.
No obstante, el redescubrimiento de lo que ellas hicieron sirve para estimular a las mujeres en la lucha contra cualquier tipo de opresión: pobreza, machismo o estereotipo. El texto bíblico es fuerza de salvación. Por eso, es preciso redescubrir y proclamar lo que tiene de liberador.
La lucha de la mujer para conseguir un puesto de compañera, hombro con hombro con el hombre, no puede desarrollarse ya en situación de inferioridad y de sometimiento, sino que tiene fundamento y legitimidad teológicos. Podemos interpretar la praxis de Jesús, en la que imperaba la igualdad entre hombre y mujer. Con Jesús, la mujer se redescubre cara a cara como compañera del hombre, en cuanto a su dignidad de ser, su actuar con él en pie de igualdad, a imagen de Dios.
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EL CAMINAR DEL DISCÍPULO
DISCIPULADO Y SEGUIMIENTO DE JESÚS
Dietrich Bonhoeffer

Resultado de imagen para bonhoeffer trotta barcelonaTodos están llamados a ser lo que son en realidad. Los discípulos son bienaventurados por el lIamamiento de Jesús que han seguido. El pueblo es bienaventurado por la promesa de Dios que le ha sido concedida. Pero ¿conseguirá el pueblo de Dios la promesa por la fe en Jesucristo, o se apartará de Cristo y de su comunidad mostrándose incrédulo? Este es el problema. «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos». Los discípulos carecen absolutamente de todo. Son “pobres” (Lc 6.20). Sin seguridad, sin posesiones que puedan considerar como propias, sin un trozo de tierra a la que puedan llamar su patria, sin una comunidad terrena a la que puedan pertenecer plenamente. Pero también sin fuerza, experiencia, conocimientos espirituales propios a los que puedan invocar y con los que puedan consolarse. Por amor a él lo han perdido todo.
Al seguirle, se han perdido incluso a sí mismos y, con esto, todo lo que aún podía enriquecerles. Ahora son pobres, tan inexperimentados, tan imprudentes, que no pueden poner su esperanza más que en el que los ha llamado. Jesús conoce también a otros, los representantes y predicadores de la religión popular, los poderosos llenos de prestigio, firmemente asentados en la tierra e indisolublemente enraizados en las costumbres, el espíritu de la época y la piedad popular. Pero no es a ellos, sino sólo a sus discípulos a quienes dice: Bienaventurados, porque vuestro es el reino de los cielos. Sobre ellos, que por amor a Jesús viven en renuncia y pobreza, irrumpe el reino de los cielos. En medio de la pobreza se han hecho herederos del Reino. Tienen su tesoro muy oculto, en la cruz. Se les promete el reino de los cielos en su gloria visible, y también se les regala ahora en la pobreza perfecta de la cruz.
La bienaventuranza de Jesús se distingue perfectamente de su caricatura, figurada por los programas político-sociales. También el anticristo proclama bienaventurados a los pobres, pero no por amor a la cruz, en la que toda pobreza es feliz, sino por la renuncia de la cruz a través de una ideología político-social. Puede lIamar cristiana a esta ideología, pero al hacerlo se convierte en enemigo de Cristo.
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ESTUDIANTES DE LA ESCUELA GEG ANTE LAS INJUSTICIAS CONTEXTUALES
Phil Tanis

Las personas migrantes fueron bienvenidas en ese lugar, así como Jesús hubiese sido bienvenido”, dijo Manasseh Musa, un estudiante de la Escuela GEG, de Nigeria, mientras visitaba Casa Mambré, un centro para inmigrantes en la Ciudad de México.
“Nos ayudó a abrir los ojos el ver un espacio donde todas las personas tienen su sitio, un lugar para el alivio de todas las personas que enfrentan desafíos económicos y políticos, promoviendo la solidaridad unos con otros”, dijo Musa.
El 20 de agosto, los y las participantes de la Escuela GEG fueron invitados a visitar diversos centros para personas indígenas (Centro Nacional de Ayuda a las Misiones Indígenas A.C. (CENAMI)) y para personas migrantes (Casa Mambré), ambos en la Ciudad de México.
Estas visitas de contacto con la realidad ofrecieron conocimiento de primera mano sobre las injusticias económicas y políticas y los desafíos que enfrentan las comunidades indígenas y las personas migrantes en México, lo que posibilita a los y las estudiantes comprender mejor el contexto local en torno al cual se desarrolla la Escuela GEG.
Durante la visita a Casa Mambré, los y las participantes tuvieron ocasión de discernir cómo la migración responde a una variedad de factores económicos, sociopolíticos, culturales y ambientales. La visita proporcionó a los y las participantes una visión de los complejos procesos migratorios a grandes ciudades como la Ciudad de México.
Casa Mambré ha brindado servicios médicos, psicológicos y de asesoramiento a personas migrantes desde 2013. Los y las participantes de la Escuela GEG se reunieron con miembros de la comunidad migrante, los escucharon y conocieron las razones económicas y políticas que llevaron a su decisión de migrar.
“Estaba realmente intrigada por el culto que está teniendo lugar allí para la comunidad LGBTQ”, dijo Alana Martin, una participante de Canadá. “Me hizo pensar en cuántas personas emigran a causa de su identidad de género. Las razones para migrar son muy variables, pero en ese espacio se ponía énfasis en su bienestar; nadie estaba allí para emitir juicio sobre las otras personas”.
En el centro para los pueblos indígenas, los y las participantes se reunieron con José Luis Sánchez García, secretario de CENAMI, quien brindó información sobre la tarea cincuentenaria de la organización. Informó a los y las participantes de la Escuela GEG acerca del aumento de las dificultades económicas que enfrentan los pueblos indígenas en México, una de las poblaciones indígenas más grandes y diversas de América Latina.
“Un pozo petrolero vale hoy más que las vidas de las personas indígenas”, dijo. “Para extraer petróleo, el gobierno simplemente desplazará a las comunidades indígenas. Buscamos ayudar a estas personas tratando de encontrar lagunas en las leyes existentes en el país”.
La visita a CENAMI ofreció a los y las participantes un entendimiento de la historia de la comunidad indígena en México y cómo la colonización ha moldeado y definido su cultura actual y sus desafíos económicos.
“Si buscamos la economía de la vida, la importancia de que hayamos visitado CENAMI es sintonizar con las realidades de las que provienen nuestros hermanos y nuestras hermanas de diversos orígenes”, dijo Pearce Robinson, participante del Reino Unido. “Es necesario adquirir esta experiencia personal, y sentarnos con las personas y descubrir cómo la injusticia económica les afecta y cómo podemos trabajar con ellos y ellas hacia una economía de la vida”.
La Escuela GEG es una iniciativa conjunta del Consejo para la Misión Mundial, la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas y el Consejo Mundial de Iglesias.
www.wcrc.ch, 31 de agosto de 2018

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