Galacia,
era a mediados del siglo I d.C., una provincia romana situada en la región
central de Asia Menor, hoy parte de la actual Turquía, en esta porción de la
carta encontramos que los cristianos eran de origen pagano, no judíos y los
maestros advenedizos trataban de obligar a los gálatas a someterse a la ley de Moisés
y de manera especial a aceptar la circuncisión. Pablo comprendiendo que esto ponía en juego el
reconocimiento del valor de la obra salvífica de Jesucristo con la que se
superaba la ley de Moisés advierte a los gálatas sobre las consecuencias de su
actitud insistiéndoles en el hecho de que sean
libres.
La
libertad es uno de los derechos humanos mas defendidos y apreciados en nuestras
sociedades, muchas
personas no vienen al evangelio, no reciben a cristo como señor y salvador por
temor a perder su libertad, por miedo a volverse esclavos de la religión del
no, una religión de prohibiciones; porque muchos cristianos queriendo echarle
una manita a Dios inmediatamente le dan una gran lista de prohibiciones: ahora
que eres cristiano no puedes tomar ni drogarte, no puedes fumar, no puedes bailar, no puedes oír música, no puedes ir a la
playa, no puedes ver futbol, no puedes ir al estadio, no puedes maquillarte, no
puedes usar ropa ajustada ni escotes, no dejamos que el Espíritu que es el que
transforma vidas haga su obra en su tiempo, de ahí que tienen la idea de que
volverse cristiano es volverse aburrido, volverse ermitaño, pues les han
predicado un evangelio de prohibiciones y no un evangelio de libertad.
Y no es
que exista un evangelio de prohibiciones, sino que es el evangelio que muchas
iglesias predican erróneamente. Cristo nos hace libres, pero lastimosamente
debemos reconocer que muchos cristianos nos ocupamos de volver a esclavizar a
las personas con nuestras leyes humanas, con las cargas que nosotros no podemos
llevar (Luc 11:46) o
predicamos el evangelio de la recompensa, mira si tu le confiesas a Dios que
eres pecador, te arrepientes y lo aceptas como Salvador Él te va a cambiar la
vida, te va a llenar de bendiciones materiales, te va a dar un buen trabajo, te
va a sanar de tu enfermedad.
Versículo 1: Pablo expone
categóricamente que Cristo nos dio libertad para que la disfrutemos, para que
nos gocemos en ella y la conservemos y no para que volvamos al pasado para
estar sometidos al yugo de la esclavitud de la ley, y es que en la reciente comunidad cristiana
creada de los gálatas había personas que insistían en volver aceptar de buen
grado algunas de las prescripciones de la Ley Judía, entre ellas el rito de la
circuncisión.
Por medio de este ritual estos
varones judíos pretendían destacar su condición de descendientes de
Abraham. Por lo tanto, imaginaban que
a través de dicho ritual conseguían identidad y pertenencia.
Pablo teme que la práctica de una de las
obras de la Ley desemboque finalmente en un sometimiento a toda ella. Y él mejor que nadie sabe cuán peligroso es
volverse esclavo de la Ley creyendo que ella es capaz de justificar y
salvar. Él sabe cuán seductor puede
llegar a ser el marco regulatorio que da la ley puesto que a su luz todo se
define claramente: el que cumple es justo, el que no es un pecador. Pero
también Pablo sabe cuán esclava puede volverse una persona de sus logros o de
sus fracasos en su intento de ser aprobado justificado por las obras de la ley.
Por eso insiste en que los cristianos valoren
y no pierdan aquella libertad que han recibido por medio de Cristo.
Si
el mundo conceptualiza que para que haya libertad primeramente se tiene que
estar prisionero, esclavo, encarcelado o sujeto a una condena entonces el mundo
esta siego, muerto en pecado no ve su pecado porque no tiene el Espíritu y
piensa que vive en libertad porque puede hacer lo que le venga en gana, por más leyes que se añadan a las actuales seguirá
batiéndose en la inmundicia del pecado.
¿En
qué momento nace la libertad? ¿En qué momento Dios da origen a la libertad en
la creación?¿de qué? o de ¿Quiénes nos liberó, nos libera y habrá de liberarnos?
Primeramente,
debemos hacer una diferenciación del pensamiento mundano materialista el de la
carne el que solamente cree en lo que puede ver, en lo que puede tocar,
escuchar y comprobar su existencia con base en lo que pueden percibir sus
sentidos todo aquello que le produce placer y le satisface “la vida es corta y
hay que vivirla, no hay más” y esto indudablemente es el resultado de la caída
del hombre en la creación. Mientras
que el pensamiento cristiano espiritual, el de hombres y mujeres de fe que se
han reconciliado con Dios, sin dejar a un lado su cuerpo material se sujetan
gozosamente a la voluntad de su creador, aun cuando su parte física no quiera
hacerlo porque está muerta en el pecado y constantemente se rebela
resistiéndose a la gracia de Dios y persiste en ser sujeta a su ira
condenatoria. (Rom-7:9-10)
¿Por qué el
cristianismo sitúa en el origen del ser humano un acto de inteligencia y de
libertad? El objeto de
Dios en la creación fue manifestar su propia gloria, principalmente en el
hombre y la mujer hechos a imagen y semejanza suya inteligentes y libres los
doto de libre albedrio lo cual significa de voluntad para tomar sus propias decisiones
y les dio un espacio lleno de todo lo necesario para cubrir sus necesidades y
vivir en plenitud conviviendo con todas las demás especies creadas para que se
señoreara sobre ellas y sobre toda la tierra,
esta etapa se le denomina la 1ª dispensación o estado de la inocencia,
pero el hombre carece en estos momentos del conocimiento de que el orden
establecido por Dios en todo el universo está concatenado integralmente como
ecosistema a los siclos del agua, del carbón e inclusive al hombre mismo y que
con la caída, su desobediencia lo llenaría de soberbia y vanagloria y que por su
insensatez rompería la armonía y el
orden de la creación al tratar de imponer su voluntad y su propia ciencia
humana a la de Dios.
Hoy en día nos pasa algo muy semejante, Dios nos mueve a abrir una
iglesia local en esta comunidad y muy poco cumplimos el propósito de ser luz de
ser sal en este lugar y traer los frutos que el demanda, estamos pretendiendo
crecer enormemente en el conocimiento de Dios y estamos tan ocupados en esto
que descuidamos el propósito de Dios para hacer crecer su evangelio en este
lugar y no es que lo estemos haciendo dolosamente, ¡no! ciertamente hemos caído
en una etapa de confort que debemos dejar y aplicarnos a traer esas nuevas
almas que seguramente el Espíritu ya tiene preparadas, pero como van a creer si no les hablamos. Hoy no estamos en la 1ª dispensación
y mucho menos ignoramos que estamos en la gracia alcanzada por Cristo, sabemos
perfectamente lo que Jesucristo espera de nosotros, no hay pretexto. De manera hermanos que si nuestra fe está en
la gracia y creemos en la elección Dios ya tiene a sus elegidos solo tenemos
que hablarles.
Han tenido que pasar miles de años para que la
ciencia pueda desentrañar y entender un poco más de nuestro origen y esto visto
a los ojos del mundo a reforzado la idea de que la teoría creacionista es mera
fantasía y puede parecer como que el hombre no era libre puesto que estaba
sujeto a la prohibición que le había dado Dios de comer de ese árbol debiendo
obediencia a este mandato, malinterpretando el libre albedrio (facultad constitucional e inalienable del
alma humana, por la que este ejerce sus voliciones según lo que le place en
cada caso) y esto es inviolable, absoluto, sacrosanto porque Dios lo dio al
Hombre y a la mujer para sojuzgar la tierra.
Una voluntad libre es enteramente esencial para el libre albedrio y
nosotros la poseemos pues de otra manera no seriamos responsables de lo que
hacemos.
Y la confundimos con la libertad Cristiana, la
cual es diferente porque incluye dos
cosas: una condición espiritual interna
por la cual el hombre tiene el poder necesario por medio de la gracia divina,
para desear y querer conforme a la voluntad de Dios y segundo unas relaciones
tales para con Dios, que la persona es libertada de los motivos del temor que
antes le constreñían, quedando bajo impulsos nobles del amor y de la esperanza,
incluyendo también el cambio de
naturaleza efectuado por el Espíritu Santo regenerando nuestra vida en el
proceso de santificación, pero nuestros primeros padres decidieron mal
escogieron el libertinaje, que se define en este caso como el abuso de la
libertad otorgada, y en que el sujeto no
asume las consecuencias de sus propios actos
Libertinaje viene de libertino, que deriva del
latín libertinus, que se refiere al individuo que trasgrede sin control ni
obstáculos las normas hechas para su beneficio.
El libertinaje consistió nada más y nada menos en que Adán y Eva no
estimaron que su derecho a hacer su voluntad terminaba donde empezaba la
libertad del dueño y creador del huerto donde fueron puestos.
Por consiguiente, en el conocimiento de mi existir
no puede haber sino un acto de inteligencia y de elección: yo era conocido
antes de existir y he sido elegido entre infinitos seres posibles. Hasta ahí
llega la razón. Y, en profunda sintonía con sus exigencias explicativas, la fe
cristiana enseña que cada persona humana es creada por Dios. Más aún, y con mayor precisión, que el
espíritu humano sólo puede ser originado, de forma directa e inmediata, por el
propio Dios.
Porque
el núcleo sustancial de la persona lo constituye el alma espiritual. Por lo tanto, y concluyendo con palabras
más sencillas: ninguno de nosotros existe por azar o por necesidad, sino que ha
sido querido y escogido por Dios mismo. “Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos.
Jehová me llamo desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre
en memoria” (Is. 49:1)
“Antes
de que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifique,
te di por profeta a las naciones” (Jer. 1:5)
Puesto que toda persona debe su ser a un acto de libertad divina, la
libertad humana se sitúa desde su inicio en el seno de una relación: la que
media entre el amor de Dios y la persona humana el individuo como tal tiene un
valor infinito, y, por ser principio y término del amor de Dios, está destinado
a tener una relación absoluta con Dios como espíritu. Por eso cuando se predica el evangelio puro de
la salvación, las personas son tocadas por el Espíritu Santo, cristo entra en
el corazón de la persona, lo libera de sus pecados, le da libertad de
condenación, le da libertad de las obras de la Ley. Y entonces ¿cuál debe ser nuestro parámetro de
la libertad que cristo nos ha otorgado?
Primeramente,
debemos discernir que ninguna norma o ley puede cambiar la naturaleza
pecaminosa del ser humano (Rom. 7:5-25)
Segundo
debemos comprender que el cristianismo no es de prohibiciones sino de
decisiones tomadas con la libertad que nos dio el sacrificio de Jesús por amor
y sus enseñanzas en la Escritura (1 Cor. 10:23)
La única forma de cambiar nuestra
vida no es por medio de leyes
humanas sino por medio de la libertad que Cristo nos ha dado para hacer lo
correcto guiados por su Espíritu “todo nos es licito”, y licito
significa permitido, es decir que pablo nos está diciendo: todo te es
permitido, el ser cristiano no es una religiosidad llena de prohibiciones, no
es un listado de cosas no permitidas; el cristianismo es la libertad de elegir
lo que es conveniente para nuestra vida, para nuestra familia, para nuestro diario
vivir en testimonio para los que nos rodean comprendiendo que la libertad no significa libertinaje (jud. 1:4) ser
salvo y tener seguridad de nuestra salvación no significa que podemos vivir en
libertinaje, usando la gracia de Dios como excusa para pecar, libertinaje no es
libertad sino esclavitud.
Tercero
teniendo claro que la conciencia es el termómetro de nuestra libertad (Rom.
14:22-23) hay muchos temas que nos pueden parecer no sencillos de determinar si son pecado o no, pero la
presencia del Espíritu Santo en nosotros le ha dado vida nueva a nuestra
conciencia con el discernimiento del bien y del mal. Si lo
que yo hago mi conciencia que ya no está cauterizada ni insensible, sino viva y
limpia por el Espíritu Santo y me dice que lo que estoy haciendo no está bien,
no debo hacerlo, pues si lo sigo haciendo estoy pecando, pero debo ocuparme no
solo por mi conciencia sino por la conciencia de mi prójimo (1
corintios 8:9-13) si lo que hago no me afecta a mí pero afecta a mi
prójimo no debo hacerlo, pues estamos para edificar al prójimo no para hacerlo
caer.
Y la pregunta más grande que
debemos hacernos: ¿Lo que hago le da gloria a Dios o no? Si sé que alguien me
ve saliendo borracho de un antro de mala muerte y se sentirá ofendido o
motivado a volver al mundo que ahora intenta dejar pensando que el cristianismo
es solo hipocresía no debo hacerlo (1 Cor, 10:27-29) y finalmente el amor con el que Jesucristo me
liberto me tiene que motivar a hacer todo para la gloria del señor (1 Cor.
10:31-33)
Versículo 2-6 Ahora el Apóstol añade nuevos argumentos que
les dice a los creyentes de Galacia que no piensen que las exigencias de la ley
pueden ser satisfechas mediante el solo cumplimiento simbólico de la
circuncisión; sino que deben dar cumplimiento a todas las exigencias de la ley.
Y que además de estar confrontando la
ley con la gracia Pablo resalta que lo mas grave de su error al confiar en el
cumplimiento de la ley es que están haciendo inútil el sacrificio que por amor
realizo Jesucristo para llenarnos de gracia y justificarnos ante el Padre,
despreciando la bendición de la vida en el Espíritu al que han sido llamados,
ya que Cristo promete la salvación a los que depositan su confianza en Él, pero
rechaza a los que negando su obra salvífica pretenden que Dios les acepte
mediante la circuncisión o alguna otro mandamiento de la ley.
Actualmente, en nuestras sociedades posmodernas el problema de como
entendemos la libertad radica en la interpretación y dirección hacia la cual
está orientada y en el uso que se hace de la misma. La sociedad de consumo y poder necesita
hacer desaparecer cualquier tipo de límite a fin de que todas las personas
eviten descartar un permanente estado de alerta para evitar comprar lo que en
realidad les es necesario, y se doblegue ante las nuevas promociones y
ofertas. Para ello exacerba el
principio del placer por sobre el de la realidad. Lo importante es lo que quiero lograr sin
importar como, y obtener lo que desee por encima de lo que me es necesario y de
lo que me es posible obtener.
En ese marco, las reglas se hacen difusas y desaparecen todos
los límites; todos deben ser libres a la hora de consumir y conseguir lo que
quieren a costa de lo que sea. ¿Cómo?
la mercadotecnia moderna apoyada por la tecnología de punta nos envuelve con
autos, tarjetas de crédito que son otorgadas sin comprobantes de ingresos,
ofertas de compra a meses sin intereses, aunque rebasen nuestra capacidad de
crédito, y ni que decir de los celulares y tabletas, es increíble como la mano
invisible del mercado nos seduce a través de la publicidad, para que seamos
aprobados o desaprobados si portamos determinadas marcas de ropa, perfume,
celulares o tomemos determinadas marcas de cerveza o wiski y por otro lado la
economía aparentemente lo prohíbe pero se incursiona en nuestra conciencia para
hacernos creer que somos totalmente culpables porque con plena libertad lo
adquirimos.
Pero lo importante es cómo repercute esta supuesta libertad en
nuestra sociedad, cuando a través de los medios de comunicación nos manipulan
ordenando a todos consumir lo que no necesitamos, aunque la mayoría no lo tenga
al alcance de su economía, y una vez apareciendo las presiones para cubrir
estos pagos se traducen en invitaciones a delinquir para lograrlo. Este
mundo ofrece el banquete de la codicia a todos, pero cierra la puerta en las
narices de muchos, es a la vez igualador y desigual: igualador en las ideas y
en las costumbres que impone, y desigual en las oportunidades que brinda para
ser solvente. Y cuando enfrentamos la cruda realidad resulta
que cada uno es culpable de sus éxitos o fracasos, ahora las causas no son externas,
sino que salen del interior del hombre. Esta es la razón por la que se ha
incrementado grandemente la depresión que muchas personas sufren y otras que
llegan hasta el suicidio o por lo menos han experimentado un infarto y no se
explican cómo fueron a caer en esa situación de endeudamiento.
La libertad que ofrece la sociedad mercantil,
de consumo y rendimiento es una libertad direccionada hacia el lado de la
muerte, aunque sea presentada llena de vida. Es una libertad que no solo se deriva hacia
conductas destructivas sino también auto destructivas. Es una opresión disfrazada de libertad. Por eso resulta tan pertinente y relevante
el anuncio y la exhortación del Apóstol Pablo: Cristo nos dio libertad para que
seamos libres, pero no usen esa libertad para dar rienda suelta a sus
instintos. Más bien sírvanse los unos a los otros por amor” (Gál. 5:1,13)
Para Martín Lutero, la libertad cristiana es
un regalo de Dios. En la Cruz, Cristo
cargó con todas las cadenas y opresiones y nos liberó de todas ellas. La libertad es la gracia que nos da
Jesucristo para ponerla al servicio del Reino de Dios. Ya no somos libres para vivir para nosotros
mismos egoístamente, sino que hemos sido liberados para vivir unos para otros y
servir a Dios en la construcción de su Reino, porque esta es la forma de vida
que más nos conviene a todos, en igualdad, en equidad y en justicia.
Es una libertad que a diferencia de la
libertad del mercado no nos
aísla y nos oprime como individuos, sino que nos convierte en parte de una
comunidad de amor que sirve con fidelidad a su Dios y a su prójimo. Es una libertad que genera satisfacciones y
no solo exigencias, porque se trata de la libertad que nos lleva a dar de
aquello que somos y no la exigencia disfrazada de libertad; Es una libertad que nos viene de Dios y al
mismo tiempo nos humaniza para amarnos unos a otros.
En contraste con la vana esperanza de la justificación por
medio de la ley, los que creemos en Cristo estamos capacitados por el Espíritu,
mediante la fe, a confiar en la esperanza de la justificación que es la
confianza en el veredicto favorable en el juicio final. Ésta
es una esperanza segura. En realidad,
la circuncisión o la incircuncisión carecen de validez para los cristianos, lo
importante es la fe que obra por el amor, porque los frutos del Espíritu son
amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza;
contra tales cosas no hay ley” (Gal.5:22)
Versículos 7-8: Aquí el apóstol emplea
la metáfora del atleta para ilustrar el progreso espiritual de los gálatas, tal
como había hecho con su propio servicio apostólico desde que los vio
por última vez hasta que se enteró de lo que sucedía con los agitadores judaizantes,
no puede creer que después de observar la firmeza y el progreso que mostraban
según los informes alentadores que había recibido. Por
eso le sorprende que se hubieran desviado tan rápidamente de "Obedecer a
la verdad" refiriéndose al evangelio (Gal.
2:5,14). La persuasión a la desobediencia y a la desunión no procede de
Dios, sino de los que ponen obstáculos guiados por el maligno.
Versículo 9: Este es un dicho proverbial
utilizado por Pablo está pensando en el legalismo que no tiene derecho a
invadir la comunidad cristiana. Usa,
pues, la levadura como símbolo del mal y de las influencias perniciosas en
relación con los judaizantes que estaban estorbando la obra. El Señor Jesucristo mismo
advirtió a sus discípulos de la levadura de los fariseos, como vemos en (Mateo 16:6) Y creemos que nosotros
debemos ser advertidos o prevenidos en la actualidad contra la levadura del
legalismo, que es muy perjudicial.
El legalismo dice que cuando
Cristo murió en la cruz por usted y por mi hace más de dos mil años, Él no
nos dio una salvación completa y entonces tenemos que pasar por otros ritos
como: la circuncisión, el bautismo o métodos de vida o experiencias para
recibir lo que nos falta. Pero la
Escritura nos enseña que cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro salvador hemos
recibido la seguridad de la salvación. Ahora bien, puede ser que tengamos
experiencias espirituales después de haber sido salvos, pero ellas no añaden
nada a nuestra salvación.
Quizá hemos observado a un
panadero cómo hace un pan y cómo antes de introducirlo en el horno, deja la
masa afuera un rato para que se levante. Luego la toma y la pone en el horno, pero
ya tiene la levadura; después saca las
hogazas de pan y uno la prueba y entonces es evidente que al tener la levadura,
el pan tiene un sabor y aspecto mejor. Pues bien, hoy en día podemos apreciar en
consecuencia, que hay una influencia muy marcada en poner mucha levadura en el
evangelio para darle un mejor aspecto y hacerlo “más sabroso” más apetecible
para la gente, logrando solamente la mayoría de las veces desviar la atención
de lo que en esencia Dios quiere decirnos con sencillez para obtener un mayor
discernimiento de su mensaje. De ahí que se nos advierta que no
desnaturalicemos el mensaje del Evangelio ni con legalismos ni con cosas
innecesarias.
Versículo 10:
A pesar de lo desagradable y desalentador de las noticias recibidas, el
apóstol aún confía que sus discípulos no hayan sucumbido a los agitadores y de
ahí esta frase para que si hubiera duda en ellos, no cambiaran de idea. Pablo creyó que los Gálatas, en última instancia,
iban a rechazar la enseñanza de los judaizantes. Él dijo aquí que confiaba en ellos, y en que
cuando tuvieran los pies sobre el suelo y apartaran su cabeza de entre las
nubes, regresarían al Evangelio que les había sido predicado originalmente, y
entonces se darían cuenta de que la enseñanza de los judaizantes había sido una
intromisión como la levadura.
En realidad, la
cruz de Cristo es una ofensa para todo aquello de lo cual el hombre se
enorgullece. Es una ofensa para su
moralidad porque le dice que sus obras no le pueden justificar ante Dios. Es una ofensa para su filosofía porque apela
a la fe y no a la razón. Es una ofensa
para la cultura del hombre porque sus verdades son reveladas a los niños. Es una ofensa para su sentido de estrato
social porque prefiere a los pobres y humildes. Es una ofensa para su voluntad porque
requiere una rendición incondicional. Es
una ofensa para su orgullo porque muestra la extremada maldad del corazón humano.
Y es una ofensa para su propia
identidad, porque le dice que tiene que nacer otra vez espiritualmente.
Recordemos que esta
última condición fue casi insultante para aquel fariseo llamado Nicodemo, en
aquella noche en la que Jesús le dijo, a alguien tan religioso como él, que
tenía que nacer otra vez. Por la
misma razón, muchos predicadores o maestros que están proclamando la necesidad
de experimentar un nuevo nacimiento tienen problemas con sus oyentes. A muchos no les agrada escuchar esta idea
porque creen que están muy bien tal como se encuentran. Esta afirmación les suena como un insulto.
En cierta ocasión un
profesor del seminario dijo algo muy sabio a los estudiantes: “Jóvenes, no
disminuyan para nada la sustancia del evangelio. No la cambien, porque el evangelio tiene el
tropiezo y la ofensa de la cruz en sí mismo para quienes se aferran al pecado. Tienen que reconocerlo, pero no magnifiquen
la ofensa”. A veces resultamos ofensivos por la manera en que presentamos el
Evangelio. Que el Señor nos perdone por
actuar de esa forma. Estamos seguros de
que la mayoría de nosotros que ha intentado comunicar el evangelio no quiere
ofender personalmente a nadie. En todo
caso, que no seamos ni ustedes ni yo los que contrariemos u ofendamos a las
personas, sino el mensaje mismo del Evangelio.
Hermanos
nuestra libertad en Cristo, exige, lealtad, fidelidad, compromiso, honestidad,
veracidad en nuestras palabras, humildad al conducirnos, prudencia en el
momento que se requiera, y estar dispuestos a sufrir las injusticias por causa
del evangelio. Los sufrimientos de Cristo cumplieron un
propósito, nuestra salvación, por sus heridas fuimos sanados, vivir la vida
cristiana que Dios nos pide cumple también con un propósito: Agradar
a Cristo como hijos que somos, sus huellas quedan plasmadas en el camino del
creyente, el libertinaje quedó atrás, en Cristo somos nuevas criaturas y esto
nos pone en la mirada de todos, expuestos a las críticas, vivir piadosamente
encierra sufrimiento. Lo sabemos porque Jesús nos dio ejemplo. Quien vive en piedad responde al mal con el
bien. Cuando se le insulta bendice; y
cuando se le hace sufrir nunca responde de igual forma. Debemos vivir en amor y buen testimonio por
causa del evangelio.
BIBLIOGRAFIA: Biblia de estudio Palabra Clave versión
Reina Valera 1960. Editorial Patmos
Comentario de la
Confesión de Fe de Westminster. Alexander Hodge. Editorial El Faro
Compendio Manuel
de la Biblia. Henry H. Halley. Editorial Moody.
Diccionario
Expositivo Vine. W.E. Vine. Editorial Grupo Nelson.
Estudios
Bíblicos. Estudio Gálatas 5 publicado
el 18 de mayo de 2011 por Ani.
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