sábado, 22 de diciembre de 2018

Culto de Navidad (Cantos y lecturas), 24 de diciembre de 2018



Introito       
La luz verdadera ha llegado a este mundo a iluminar la oscuridad y a hacer resaltar la misericordia divina para toda su creación.

Preludio al piano: Jacobo Núñez C.

La alabanza de fe
* Himno de apertura: “¡Oh, ven Emmanuel”
Lectura bíblica coral: Isaías 7 y 9
* Oración de ofrecimiento
* Himnos
“Aquel rosal lejano”
“Gozo del mundo” (123)
“Al Cristo que ya nació en Belén” (115)

Sentido profundo de la Navidad
* Lectura bíblica: Isaías 60.1-6
Encendido de la Vela de Navidad  Unidos/as
La “celebración del Adviento sólo es posible para aquellos de almas atribuladas, quienes saben lo que es ser pobre e imperfecto, y que buscan algo más grande por llegar. Pare éstos, es suficiente esperar en humilde temor hasta que el Santo mismo viene a nosotros, Dios en el bebé del pesebre. Dios viene. El Señor Jesús viene. La Navidad viene. ¡Cristianos regocíjense!                       Dietrich Bonhoeffer
* Himnos
“Venid, fieles todos” (140)
“Suenen dulces himnos” (112)
“Oh, aldehuela de Belén” (130)
* Lectura bíblica: Mateo 2.1-6

Reflexión
LA HUMANIDAD DE DIOS, UNA REALIDAD DE GRACIA Y AMOR

Celebramos la encarnación divina

* Himnos
“Cristianos, alegraos” (117)
“Gloria a Dios en las alturas” (120)
Lectura especial
“Navidad”, Karl Barth

El Salvador ya no necesita nacer. Nació de una vez para siempre. Pero quiere venir a nosotros. El lugar donde el Salvador viene a nosotros tiene en común con el establo de Belén que tampoco tiene un aspecto hermoso y atractivo, sino bastante horrible: nada acogedor, sino realmente lúgubre; nada en absoluto digno del ser humano, sino más bien de los animales. Nuestro albergue orgulloso o modesto —y nosotros como sus moradores— no es sino la superficie de nuestra vida. Allí debajo se esconde una profundidad, un fondo, un abismo incluso. Y allí los seres humanos, cada cual, a su manera, no somos más que pobres de solemnidad, pecadores perdidos, criaturas que suspiran, moribundos, seres totalmente desconcertados. Y ahí precisamente viene Jesucristo; más aún: ahí ha venido ya a todos nosotros. ¡Sí, gracias sean dadas a Dios por ese lugar oscuro, por ese pesebre, por ese establo presente también en nuestra vida! […]

Ofertorio
* Himno: “En los campos se ha escuchado” (122)

Bendición y envío
Bendición comunitaria, Unidos/as
Que haya en nosotros el mismo sentir que en el soberano Dios: una actitud de entrega, de abajamiento, de solidaridad suprema. Que ese sentimiento divino nos invada y haga de nosotros mejores hijos/as suyos.
* Himno: “Santa la noche” (139)
Postludio

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