domingo, 2 de diciembre de 2018

Letra 597, 2 de diciembre de 2018


UNA "BIBLIA DE LAS MUJERES" CREADA POR TEÓLOGAS EN TIEMPOS DEL #METOO
Agencia France Press, 27 de noviembre de 2018
www.afp.com/es/noticias/17/una-biblia-de-las-mujeres-creada-por-teologas-en-tiempos-del-metoo-doc-1b46hb2

Cansadas de ver cómo se usan los textos sagrados para justificar la sumisión de la mujer, un grupo de teólogas feministas protestantes y católicas unieron fuerzas para redactar una Biblia de las mujeres.
Las mujeres presentadas en las traducciones e interpretaciones de la Biblia son sirvientas, prostitutas o santas.
Pero mientras el movimiento #MeToo sigue exponiendo abusos sexuales en todas las culturas e industrias y muchas feministas piden dejar de lado la religión, un ecléctico grupo de teólogas insiste en que, si se interpretan adecuadamente, las Sagradas Escrituras pueden ser una herramienta para promover la emancipación de la mujer.
“Los valores feministas y leer la Biblia no son incompatibles”, insiste Lauriane Savoy, una de las dos catedráticas que están detrás de Une Bible des femmes (“Una Biblia de las Mujeres”), publicada en octubre.
Esta profesora de la Facultad de Teología en Ginebra, establecida por el propio padre del calvinismo en 1559, cuenta que la idea surgió cuando ella y su colega Elisabeth Parmentier se dieron cuenta de lo poco que conoce o entiende la gente de los textos bíblicos.
“Mucha gente pensaba que están totalmente desfasados, que no tienen relevancia en los actuales valores de igualdad”, cuenta a la AFP la profesora, de 33 años, bajo las esculturas de Juan Calvino y otros fundadores del protestantismo en el campus de la Universidad de Ginebra.
Para rebatir tales nociones, Savoy y Parmentier, de 57 años, se unieron a otras 18 mujeres teólogas de varios países y corrientes del cristianismo y crearon una colección de textos que ponen en duda las tradicionales interpretaciones de la Biblia que presentan a las mujeres como débiles y subordinadas a los hombres.Parmentier pone de ejemplo un pasaje del Evangelio de Lucas en el que Jesús visita a dos hermanas, Marta y María. “Dice que Marta garantiza el ‘servicio’, lo que se ha interpretado como que sirve la comida, pero la palabra griega diakonia también tiene otros significados, podría significar que era una diácono”, señala.

Acabar con la ortodoxia religiosa
Ellas no son las primeras que ofrecen una visión de las Escrituras más favorable a las mujeres. Ya en 1898 la sufragista estadounidense Elizabeth Cady Stanton y un comité de otras 26 mujeres redactaron La Biblia de la Mujer, que buscaba acabar con la ortodoxia religiosa de que las mujeres deberían ser serviles con los hombres.
Las dos teólogas de Ginebra, inspiradas por el texto, pensaron en un primer momento en traducirlo al francés, pero después lo consideraron demasiado desfasado y decidieron crear una nueva obra acorde a los tiempos.
“Queríamos trabajar de forma ecuménica”, explica Parmentier, señalando que alrededor de la mitad de las participantes en el proyecto son católicas y las demás, de varias ramas del protestantismo.
En la introducción de Una Biblia de las mujeres, las autoras señalan que los capítulos buscan "escudriñar [...] cosas que quedaron maquilladas, traducciones tendenciosas, interpretaciones parciales” en la tradición cristiana.

“Persistentes lecturas patriarcales”
Las autoras también advierten de las “persistentes lecturas patriarcales que han justificado numerosas restricciones y prohibiciones a las mujeres”. Savoy pone el ejemplo de María Magdalena: “Estuvo al lado de Jesús cuando todos los discípulos masculinos estaban asustados. Fue la primera que visitó su tumba y descubrió su resurrección”, señaló. “Es un personaje fundamental, pero se la describe como una prostituta [...] incluso como la amante de Jesús en ficciones recientes”.
Las académicas también intentan contextualizar los textos. Por ejemplo, algunos pasajes de cartas enviadas por San Pablo a las nacientes comunidades cristianas podrían considerarse antifeministras, y leerlas como instrucciones de cómo debería tratarse hoy a las mujeres es un sinsentido, señala Parmentier.
“Es como considerar una carta que alguien envía para dar consejos válida para toda la eternidad”, insiste.
Las autoras consideran que su trabajo es una herramienta útil en los tiempos del #MeToo. “Cada capítulo aborda cuestiones existenciales para las mujeres, preguntas que ellas mismas se plantean actualmente”, dice Parmentier.
“Mientras algunas dicen que para ser feminista hay que tirar la Biblia, nosotras creemos lo contrario”, asevera.
(Véase el video en: www.youtube.com/watch?v=qpBD_OfYA1U.)
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EL CAMINAR DEL DISCÍPULO
DISCIPULADO Y SEGUIMIENTO DE JESÚS
Dietrich Bonhoeffer

De esta forma errónea es como Israel había interpretado la ley. Su pecado consistió en divinizar la ley y legalizar a Dios. A la inversa, el pecado de los discípulos habría consistido en quitar a la ley su carácter divino y separar a Dios de su ley. En ambos casos, Dios y la ley habrían sido unidos e identificados, con las mismas consecuencias. Los judíos identificaron a Dios con la ley para poder dominarlo al dominar la ley. Dios quedaba prisionero de la ley y no era ya su señor. Los discípulos, si pensaran separar a Dios de su ley, lo harían para poder dominar a Dios con los bienes salvíficas que poseían. En ambos casos se confundirían el don y el donador, se negaría a Dios con ayuda de la ley o de la promesa salvífica.
Contra ambas interpretaciones erróneas Jesús revaloriza la ley como ley de Dios. Dios es el donador y señor de la ley, y esta sólo es cumplida en la comunión personal con Dios. Sin comunidad con Dios no hay cumplimiento de la ley, y sin cumplimiento de la ley no hay comunidad con Dios. Lo primero es válido para los judíos, lo segundo para el posible equívoco de los discípulos.
Jesús, Hijo de Dios, el único que vive en plena comunión con Dios, revaloriza la ley del Antiguo Testamento al venir a cumplirla. Por ser el único que lo hizo, sólo él puede enseñar rectamente la ley y su cumplimiento. Los discípulos debieron comprender esto cuando él lo dijo, porque sabían quién era. Los judíos no podían entenderlo porque no creían en él. Por eso debían rechazar su doctrina de la ley como una ofensa a Dios, es decir, como una ofensa a la ley de Dios. Y Jesús ha de sufrir las recriminaciones de los abogados de la falsa ley por amor a la verdadera ley de Dios. Jesús muere en la cruz como un blasfemo, como trasgresor de la ley, por haber revalorizado la verdadera ley frente a la ley falsa y mal interpretada.
El cumplimiento de la ley, del que Jesús habla, sólo puede llevarse a cabo con su muerte en la cruz como pecador. Él mismo, en cuanto crucificado, es el cumplimiento pleno de la ley.
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FE, LECTURA Y LIBRE INTERPRETACIÓN: LA FUNCIÓN CULTURAL DE LAS TRADUCCIONES BÍBLICAS (III)

Este carácter plural, colectivo y, por todo ello, decididamente político, de la labor cultural llevada a cabo en la lectura de origen religioso, apasionó el pensamiento y la imaginación de sociedades enteras. Asimismo, como agregan Millet y De Robert, las rebuscadas ideas teológicas, patrimonio de los expertos eclesiásticos, comenzaron a difundirse y a ser motivo de debates en los lugares más “vulgares”. Lutero mismo lo expresó, en su peculiar estilo: “No son las letras de la lengua latina las que hay que escrutar para saber cómo se debe hablar el alemán, que es lo que hacen los asnos; hay que preguntar a la madre en su casa, a los niños en las calles, a los hombres comunes en los mercados, y tener en cuenta su boca para saber cómo hablan para traducir según eso; entonces comprenden y observan que se habla alemán entre ellos”. Como se puede ver, las reformas del siglo XVI constituyen un amplio capítulo dentro de la historia de la lectura en Occidente, cuyas características diferenciadas en cada región de Europa y en cada idioma ameritan un análisis minucioso a fin de apreciar el impacto que tuvieron en conjunto.

La lectura bíblica como práctica cultural
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Estas perspectivas coinciden, en sus líneas generales, con los análisis de diversos estudiosos de la historia de la lectura en el sentido de que las reformas religiosas contribuyeron a modificar el ámbito de la lectura como se conoció hasta entonces y al surgimiento de una nueva “cultura bíblica” que progresivamente se afianzaría con un perfil propio durante los siguientes siglos. Para ellos, y más de allá de cualquier forma de idealización o de mitificación, la lectura, como acción cultural derivada de los diversos movimientos reformistas del siglo xvi, derivó hacia nuevas prácticas, en parte porque “la eclosión de la Reforma coincidió con una revolución de los medios de comunicación”.
El nuevo arte generado por la imprenta “modificó las condiciones del movimiento de las ideas, acelerando la circulación de los textos y reduciendo el coste de cada copia”. (J.-F. Gilmont, “Reformas protestantes y lectura”, en Guglielmo Cavallo y Roger Chartier, dirs., Historia de la lectura en el mundo occidental. Madrid, Taurus, 2001, p. 376).
No obstante, Gilmont, insiste en que este impacto cultural se consolidaría mediante una larga gestación de casi 80 años debido al enorme grado de analfabetismo que existía. Apenas los impresores burgueses advirtieron las posibilidades del negocio de la lectura, la proliferación de panfletos y otros textos comenzó su expansión en Alemania, Italia, Francia y los Países Bajos, centros difusores de libros. Lo que otros enfoques denominan “la construcción de un público lector” fue resultado de los ímpetus morbosos que atraían a los lectores hacia los documentos prohibidos, con todo y el temor que producía la censura eclesiástica en todas sus manifestaciones.
Además, el surgimiento de las lenguas nacionales al que, como ya se ha dicho, contribuyeron las traducciones bíblicas, influyó de manera directa en el surgimiento de ese público ávido de novedades. La denominada “guerra de los panfletos” dio origen a una mayor conciencia de la función del libro en la expansión de las ideas protestantes. Entre 1520 y 1525 circularon por toda Alemania miles de pasquines de pocas hojas, ilustrados en ocasiones. Se había establecido un público lector casi cautivo para ese tipo de prensa. (LC-O)

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