NAVIDAD: DONDE LA ALEGRÍA Y EL DOLOR SE ABRAZAN
Najla Kassab
Presidenta de la Comunión Mundial de Iglesias
Reformadas (CMIR)
Es Navidad,
un momento de celebración alrededor de un niño cuyo nacimiento traerá buenas noticias de una gran
alegría que llegará a todas las personas.
Aun así, con
toda la alegría esperada, la situación que rodeaba el nacimiento del niño Jesús
no parecía tan feliz. ¿Cómo podría venir la alegría a través de un niño nacido
en una situación tan difícil? ¿Cuándo sus padres seguían llamando a las puertas
en busca de un lugar para dar a luz? ¿Y la madre terminó acostando a su hijo
primogénito en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada? ¿Cómo
podría la alegría venir de una situación como esta?
En mi última
visita a Irak, visitando la prisión de mujeres en Kirkuk con la iglesia local,
me sorprendió ver en el centro de la habitación a cinco niños nacidos en
prisión de madres que fueron acosadas sexualmente. Los niños jugaban
alegremente en un patio inesperado. Había mucho sufrimiento en esa prisión,
pero la alegría estaba allí, la alegría de los niños que estaban felices de
recibir los dulces de la iglesia y la alegría de la iglesia al tratar de
sonreír a las madres y los niños en prisión, como la iglesia misma. lucha con
mucho dolor de la guerra.
Ésta es una
temporada donde la alegría y el dolor se juntan, y recordamos las palabras que
María recibió de Simeón y no entendió: “He aquí, este niño está preparado para
la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y para una señal que se dice
en contra (y una espada perforará también tu propia alma), para que los
pensamientos de muchos corazones puedan ser revelados” (Lucas 2.34-35).
María
experimentó la alegría de tener un hijo y también el dolor en su alma. De
hecho, se convirtió en la verdadera declaración de la manera en que Dios obra a
través de las mujeres. El nacimiento de Jesús comenzó con las mujeres y su vida
terminó con las mujeres. La Navidad es un momento para enfocarse en cómo Dios
trabaja a través de las formas menos esperadas y más difíciles donde se abrazan
la alegría y el dolor.
Como Comunión
Mundial de Iglesias Reformadas celebramos la alegría en este momento con las
noticias que llegan de nuestras iglesias en todo el mundo; aun así, las
historias de lucha alrededor de nuestra Comunión y el mundo afinan nuestra
canción para Navidad. Recordamos juntos el diluvio en Kerala, India; y el tsunami
en Sulawesi, Indonesia; disturbios en curso en Camerún; luchas por la
reconciliación en Corea, Medio Oriente y Colombia; la guerra en Siria y Gaza;
la lucha de todos los marginados al interior de la iglesia.
El mundo celebró
recientemente la concesión del Premio Nobel de la Paz a dos personas, Denis
Mukwege, de la República Democrática del Congo y Nadia Murad, de Irak, “por sus
esfuerzos para poner fin al uso de la violencia sexual como arma de guerra y
conflicto armado”. Nadia Murad, al dirigirse al gobierno de Irak, dijo:
"Puedes tomar todos los premios del mundo y devolverme mi dignidad y la
dignidad de mi pueblo". Murad contuvo la alegría del premio y su dolor
como una persona que fue acosada sexualmente, con la esperanza de que, al
permitir que la alegría y el dolor se abracen, habrá un nuevo comienzo para las
mujeres que sufren violencia.
Así es como
celebramos la Navidad, donde las historias de dolor alrededor del mundo abren
nuestros ojos a una nueva posibilidad de esperanza. A menos que permitamos que
el Espíritu Santo trabaje a través de nosotros y nos descubra dónde mora el
dolor en medio de nosotros, no podemos movernos para percibir la esperanza y
cómo Emmanuel podría habitar entre nosotros.
Para todos
aquellos que luchan hoy, la historia de Navidad nos afirma que Emmanuel
permanece con nosotros incluso cuando sufrimos. Nos desafía a vislumbrar la
esperanza y la alegría, incluso cuando todo lo que nos rodea está muy lejos de
ser alegre. El nacimiento de Jesús es una historia en la que el dolor y la
alegría se abrazan. La esperanza tendrá la última palabra y la dignidad de la
gente seguramente se conseguirá. La historia de Jesús nos da poder como
comunión para no desanimarnos cuando el dolor permanece en todo el mundo, así
como para permanecer en el espíritu de esperanza que llama a la comunión y al
compromiso con la justicia.
¡Que tengan una
bendecida Navidad!
http://wcrc.ch/blog/christmas-where-joy-and-pain-embrace
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EL CULTO CONTINUO DE UNA IGLESIA HOLANDESA ES UN TESTAMENTO DE FE
La Comunión
Mundial de Iglesias Reformadas ha transmitido en forma verbal y en acción su apoyo a la Iglesia Betel (La Haya,
Países Bajos) en tanto su maratónico servicio litúrgico continúa protegiendo a
una familia que busca asilo y se enfrenta a su deportación.
Philip Vinod
Peacock, secretario ejecutivo de justicia y testimonio de la CMIR, y Hanns
Lessing, secretario ejecutivo de comunión y teología de la CMIR, celebraron con
esta iglesia el pasado lunes 17 de diciembre. La Iglesia de Betel ha mantenido
un culto constante desde el 26 de octubre. Según la ley holandesa, las
autoridades no pueden ingresar a un lugar de culto mientras dure el servicio
religioso. La familia armenia Tamrazyan, que presentó una solicitud de asilo inicialmente
concedida y luego anulada, se ha refugiado en la iglesia.
“La Iglesia
protestante de La Haya respeta las órdenes judiciales, pero se enfrenta a un
dilema: la opción entre respetar al gobierno y proteger los derechos de un
niño”, expresa una declaración
en el sitio web de la iglesia. “El propósito del asilo eclesial es
proporcionar descanso y seguridad a la familia y ofrecer un tiempo a la familia
durante el cual invitamos a las autoridades políticas a discutir con nosotros
el destino de la familia”.
Durante el
culto, Lessing y Peacock expresaron “profunda gratitud en nombre de toda la
Comunión Mundial de Iglesias Reformadas por el cuidado que brindan a la familia
Tamrazyan y por el testimonio que brindan al mundo. Estamos con usted con ustedes
en nuestras oraciones y los acompañamos con nuestra solidaridad. Su testimonio
es un estímulo para las muchas personas dentro de nuestra Comunión que se
encuentran desarraigadas y para los muchos miembros de nuestras iglesias que
trabajan por un mundo en el que las personas migrantes estén seguras y puedan
vivir una vida digna.”
“Su servicio
cúltico continuado aquí es una expresión de fe que se vuelve a Dios en una
situación en la cual la bondad de Dios pareciera menos visible. El reunirse,
orar y compartir son expresiones de su fe en un Dios que está presente en este
mundo. Su insistencia en que las acciones injustas de Los gobiernos y de los
tribunales no deben tener la última palabra sobre el bienestar de los seres
humanos, hace que su culto continuado, en su profunda espiritualidad, se vuelva
una expresión muy política.”
“En la mejor
tradición de nuestra Iglesia Reformada, ustedes dan testimonio de que, aun en
una sociedad secular, las instituciones del estado están bajo la voluntad de
Dios. En la experiencia de la persecución y de la migración, nuestras iglesias
han aprendido que los gobiernos buscan el bien en tanto protegen a las personas
más débiles y salvaguardan el sustento de quienes no están protegidos por su
nacionalidad. Este testimonio es tan relevante hoy como lo fue cuando se
expresó por primera vez en la historia de nuestra iglesia.”
“Este culto
continuado que ofrece protección de santuario a la familia Tamrazyan es un signo
muy importante y una confesión de la bondad de Dios. En una situación en la que
es difícil creer que las instituciones del gobierno vayan a proteger el
bienestar y el sustento de los niños y sus familias, celebrar un culto continuo
es un fuerte testimonio de la presencia de Dios en un mundo escandaloso”.
(http://wcrc.ch/es/noticias/el-culto-continuado-de-una-iglesia-holandesa-es-un-testamento-de-fe)
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EL CAMINAR DEL DISCÍPULO
DISCIPULADO Y SEGUIMIENTO DE JESÚS
Dietrich Bonhoeffer
El hermano
Habéis oído
que se dijo a los antepasados: No matarás, y aquel que matare será reo ante el
tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será
reo ante el tribunal; pero el que llame “imbécil” a su hermano, será reo ante
el sanedrín; y el que le llame “renegado”, será reo de la gehenna del fuego.
Mateo 5.21-22
“Pues yo os digo”. Jesús sintetiza todo lo dicho sobre la ley. Teniendo en
cuenta lo anterior, resulta imposible interpretar a Jesús revolucionariamente o
aceptar una contraposición de opiniones, al estilo de los rabinos. Más bien,
Jesús expresa, continuando lo dicho, su unidad con la ley de la alianza
mosaica, pero al mismo tiempo deja completamente claro que él, el Hijo de Dios,
es señor y dador de la ley.
Sólo quien
percibe la ley como palabra de Cristo puede cumplirla. El error pecaminoso en
que se encontraban los fariseos no les daba esta oportunidad. Sólo en el
conocimiento de Cristo como señor y cumplidor de la ley radica el verdadero
conocimiento de la misma.
Cristo ha
puesto su mano sobre la ley, la reivindica. Con esto hace lo que la ley quiere
en realidad. Pero al unirse de esta forma con la ley se convierte en enemigo de
una falsa interpretación de la misma. Al honrarla, se entrega en manos de los
falsos celosos de la ley.
La ley que
Jesús indica a sus seguidores les prohíbe matar y les encomienda cuidar del
hermano. La vida del hermano depende de Dios, está en sus manos, solamente él
tiene poder sobre la vida y la muerte. El asesino no tiene sitio en la
comunidad de Dios. Incurre en el juicio que él mismo ejerce.
El hermano
que se encuentra bajo la protección del precepto divino no es únicamente el que
pertenece a la comunidad, como lo demuestra sin lugar a dudas el hecho de que
los seguidores de Jesús no pueden determinar quién es el prójimo; esto sólo
puede hacerlo aquel a quien siguen obedientemente.
Al seguidor
de Jesús le está prohibido matar, bajo pena del juicio divino. La vida del
hermano es una frontera que no puede ser traspasada. Y se la traspasa por la
ira, empleando palabras malas que se nos escapan (imbécil) y, por último, insultando premeditadamente a otro (renegado).
Toda ira va
contra la vida ajena, siente envidia de ella, busca aniquilarla. Por otra
parte, no existe ninguna diferencia entre la ira justa y la injusta. El
discípulo no puede conocer la cólera, porque iría contra Dios y contra el
hermano. La palabra que se nos escapa, a la que damos tan poca importancia,
revela que no respetamos al otro, nos creemos superiores a él y valoramos
nuestra vida por encima de la suya.
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