15 Los pueblos que no te conocen
han caído en su propia trampa;
han quedado atrapados
en la red que ellos tendieron.
16 Tú te has dado a conocer
como un juez siempre justo;
en cambio, los malvados
caen en su propia trampa.
17 ¡Que se mueran los malvados,
esas naciones que no te conocen
ni te toman en cuenta!
18 Pero tú, Dios mío,
nunca te olvides de los pobres
ni pongas fin a sus esperanzas.
19 ¡Vamos, mi Dios!
¡Llama a cuentas a las naciones!
¡Hazlos que sientan miedo!
20 ¡No permitas que te desafíen!
¡Que sepan esos paganos
que no son más que polvo!
*
24 Ahora me alegro de sufrir por ustedes, pues así voy completando en mi propio cuerpo los sufrimientos del cuerpo de Cristo, que es la iglesia. 25 Por el bien de ustedes, Dios me ha hecho servidor de la iglesia y me ha enviado a anunciar su mensaje. 26 Este mensaje habla del plan que, desde hacía muchos siglos, Dios había mantenido en secreto, pero que ahora ha revelado a su pueblo elegido.
27 Dios
decidió darles a conocer este plan tan grande y maravilloso para todas las
naciones, y que es el siguiente: Dios envió a Cristo, para que habite en ustedes y les dé la seguridad de
que van a compartir el poder y la gloria de Dios.
28 Nosotros
anunciamos a Cristo, y con toda sabiduría aconsejamos y enseñamos a todos, para
que lleguen a ser perfectos como Cristo. 29 Para esto trabajo y
lucho con la fuerza y el poder que Cristo me da.
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