viernes, 15 de agosto de 2008

Letra 86, 17 de agosto de 2008

¿Son más conservadores los evangélicos que los católicos?
Roberto Blancarte
Milenio Diario, 12 de agosto de 2008

Mi artículo de la semana pasada titulado “El sida, la Biblia y el condón”, en el que hablé sobre la campaña de “Católicas por el derecho a decidir” para que los jóvenes usen el condón, utilizando frases del Cantar de los cantares, suscitó algunas reacciones. Pero no las que yo esperaba, es decir, las del Arzobispado católico, al que critiqué por sus absurdos argumentos condenatorios, sino las de algunos evangélicos, igualmente preocupados por el asunto de la castidad y el sexo fuera del matrimonio. Me “acusan” de sacar al Cantar de los cantares fuera de contexto, de hacer una lectura parcial y de no leer suficientemente la Biblia. Defienden una versión conservadora de la exégesis o interpretación bíblica, lo cual no les impide criticar a los sacerdotes católicos. Omito los nombres y sus bendiciones, porque no estoy seguro de que ellos quieran aparecer públicamente, pero repito sus argumentos, los cuales, estoy seguro, ellos reconocerán:
“Usted hace mención a lo que dice el Cantar de los Cantares respecto a la relación entre una pareja, pero creo que le falta ver un poco más allá de lo que dice Salomón a su amada y viceversa. Para poder entender lo que Dios quiere acerca de una pareja debe usted leer otros libros, no solo el Cantar..., puede usted empezar por el Génesis... La Biblia es un libro de sabiduría o inclusive un ‘manual de vida’ en el que Dios nos dicta qué debemos hacer en cada momento... nos dice cómo planificar nuestras finanzas, o cómo educar a nuestros hijos, o... lo que usted quiera, nada más que necesita leerla, estudiarla y vivirla. Y por cierto, los sacerdotes católicos no son los más indicados para explicarla, de hecho me atrevería a firmar que no la conocen bien, como tampoco el pueblo católico, pero esa es otra historia.
“El sexo es un don que nos dio Dios para disfrutarlo con nuestra pareja, pero en matrimonio... el Cantar nunca habla de relaciones sexuales fuera del matrimonio, aunque no lo dice explícitamente, por eso le digo que tiene que leer otros libros de la Biblia para entender por qué le digo que es en el contexto del matrimonio, pero por favor, no se lo pregunte a los sacerdotes católicos, ¿cómo van a entender algo que no practican? ¿Cómo pueden hablar de matrimonio si no se casan? Ahora bien, usted puede estar o no de acuerdo con que el sexo sea para practicarlo nada más en el matrimonio, pero eso es lo que quiere Dios. Usted puede tomar la decisión que quiera, (o cuestionárselo a Dios), porque Él nos da un libre albedrío. En su palabra nos dice qué es lo que debemos hacer, como en los diez Mandamientos, que por cierto no es lo único que nos pide, pero también nos da oportunidad de decidir.”
Otro lector me dice: “Dr. Blancarte, lo único que me gustaría aclarar de su columna, es sin duda que Ud. esta cometiendo el mismo error que achaca a la Jerarquía Católica, Torcer las escrituras para dar a conocer un punto. Aclaro que no soy católico, mas bien mi confesión es de tipo protestante-evangélico, por lo cual creo que la Biblia es la Palabra de Dios y me da gusto que se proclamen sus verdades en Publico, en especial algo que se ha torcido durante tanto tiempo, la valía de la Relación de Pareja, y la bondad del Creador al Regalarnos esto a los Seres humanos, como una imagen del Amor que nos tiene. Le comento que usted esta usando la escritura de forma incompleta porque Menciona en su columna: ‘Porque proponer la abstinencia es precisamente querer apagar el amor y la pasión que la propia Biblia consigna en el Cantar de los cantares.’ Es un argumento falso, porque la Escritura en General y el Cantar de los cantares en específico hablan del contexto para el cual Dios creo el Sexo, el Matrimonio. Véalo por si mismo. Se trata de Dos esposos de quienes se desprende este hermoso texto acerca del amor de pareja. El Sexo es bueno, Dios lo creo, pero esta diseñado para que su disfrute en plenitud sea entre dos personas comprometidas en matrimonio. Sin las consecuencias tristes de las enfermedades y embarazos no deseados (el control Natal no es condenado por la Escritura, solo la conciencia de cada persona le redargüira)[sic].”
Las cartas y argumentos siguen y me parecen muy valiosos, sinceramente. Pero me voy a permitir insistir en mis argumentos: por supuesto que la Biblia, en general, habla del sexo como algo que sucede en el matrimonio. Lo que nosotros conocemos como “la Biblia” no es, sin embargo, un solo libro, sino un conjunto de textos escritos a lo largo de muchos siglos, casi todos en el primer milenio antes de Cristo. Luego los Evangelios al parecer fueron escritos hacia el final del Siglo I de nuestra era. Se trata de textos que en buena media regulan la actividad de sociedades constituidas esencialmente de agricultores y pastores, con una idea naturalmente conservadora acerca de la función de la sexualidad, del papel de las mujeres y del tipo de relaciones permisibles. Pero aún así, por la misma razón, la Biblia no menciona ni la radio ni la televisión, ni la Internet. Tampoco el condón ni la anticoncepción de emergencia. No se puede, a menos que hagamos una lectura muy conservadora en la actualidad, condenar lo que allí no se condena. ¿Tomarán ahora los evangélicos el papel conservador que tuvo durante siglos la Iglesia católica?
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El sida, la Biblia y el condón
Roberto Blancarte
Milenio Diario, 5 de agosto de 2008


Pues el Arzobispo de México está muy enojado, o por lo menos el vocero de la Arquidiócesis, Hugo Valdemar. El motivo es la campaña titulada: "Por la vida de las y los jóvenes, una prevención integral del VIH", que se basa en material tomado del Cantar de los cantares, de la Biblia. Tres tipos de carteles se han colocado esta semana en el Metro de la Ciudad de México. Los mensajes son sin embargo para la arquidiócesis verdaderamente irreverentes y una "manipulación grosera de la Biblia". Sin embargo, a decir verdad, lo que allí se dice es literal y sacado directamente de los textos sagrados. Uno de ellos, por ejemplo, dice: "Debajo de tu lengua se encuentra leche y miel".
Luego, las "Católicas por el derecho a decidir" agregan en los carteles: "Disfrutar no es pecado, arriesgar tu vida y la de tu pareja sí lo es. Protégete del VIH y el Sida. Usa condón". Desde mi punto de vista el mensaje es impecable. Me parece incluso que las "Católicas por el derecho a decidir" se quedaron cortas, pues el Cantar de los cantares da para mucho más.
Que luego hagan un llamado a las y los jóvenes a ser responsables y usar el condón, me parece no solo loable, sino sumamente aconsejable. En el contexto actual, con miles de infectados por esta terrible enfermedad, que una organización católica llame a las y los jóvenes a disfrutar del amor, pero a hacerlo con cuidado y responsabilidad, es un gran paso adelante en la educación sexual, pero sobre todo en la eliminación del sentimiento de vergüenza que la Iglesia ha querido infundir a las relaciones amorosas y sexuales.
Las católicas están probando, con estos mensajes altamente efectivos, que no es así. La Biblia nos enseña a amar y no sólo platónicamente. Las católicas lo único que están agregando es que además de amar, hay que hacerlo responsablemente. Dice mi Biblia, que me hizo el favor de regalarme el director de la Sociedad Bíblica de México, que el Cantar de los cantares "es un poema distribuido en estrofas, en las que, alternativamente, dos enamorados manifiestan sus recíprocos sentimientos en un lenguaje apasionado, de alto nivel literario y brillante colorido." Se agrega: "Todo en este poema cuajado de símiles y espléndidas metáforas se orienta a la exaltación del amor entre el hombre y la mujer, de esa irresistible y mutua atracción que inspira las palabras y determina las actitudes de los enamorados. "En Cantares, el esposo mira a la esposa como a un dechado de perfecciones, la contempla a través del cristal de cuanto él tiene por más apetecible, sea viña o fuente, jardín o 'nardo y azafrán'. "La belleza de los enamorados y las delicias del amor son como los frutos de la tierra, los lirios, el vino, la leche o el panal de miel". Así por ejemplo, ella dice de él: "Mi amado es para mí un saquito de mirra que reposa entre mis pechos". Luego dice: "Como un manzano entre árboles silvestres, es mi amado entre los jóvenes. A su sombra deseada me senté y su fruto fue dulce a mi paladar. Me llevó a la sala de banquetes y tendió sobre mí la bandera de su amor". Y él dice: "Tus dos pechos, como gemelos de gacela, que se apacientan entre lirios. Mientras despunta el día y huyen las sombras, me iré al monte de la mirra, a la colina del incienso". Impecable, diría yo.
Dijo el vocero, como para disculparse de su oposición al condón, que la Iglesia católica, a nivel mundial, es una de las instituciones que más contribuye para ayudar a los enfermos con VIH/Sida, con medicamentos. Muy cierto. Sin embargo, lo que muchos quisiéramos no es que la Iglesia ayude a curar a los enfermos de sida, sino que contribuya a prevenir que la gente se contagie con ese virus, desarrollando luego el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Y está probado que el condón es una de las armas más efectivas para combatirlo y evitar la epidemia. Porque proponer la abstinencia es precisamente querer apagar el amor y la pasión que la propia Biblia consigna en el Cantar de los cantares.
Pero hay algo más detrás de la furia del arzobispado contra estos carteles: es la idea que nadie puede interpretar la Biblia, más que el clero católico. Como si los sacerdotes tuvieran el privilegio exclusivo de la interpretación y nadie, más que ellos, pudiera conocer, tratar de entender o interpretar los textos sagrados. Lo que las "Católicas por el derecho a decidir" han hecho es simplemente usar su derecho a sacar conclusiones propias: chavos, disfruten del amor, que no es pecado, pero tengan cuidado y usen condón, porque hasta de amor se muere. ¿Cómo se puede hablar de cultura de la vida si, impidiendo el uso del condón, se condena a morir a tantos jóvenes? Pero al arzobispado no le gusta que promuevan el uso del condón con la Biblia y argumenta, con una verdad de Perogrullo, que en ninguna parte de ésta se habla del condón.
Pues no, realmente no, como tampoco se habla de las pastillas anticonceptivas o de la anticoncepción de emergencia. Y sin embargo, eso no debe ser impedimento para que los creyentes la lean y saquen sus propias conclusiones. Porque si es cierto que la Biblia no habla del condón, tampoco se entiende la razón por la cual la Santa Sede ha querido prohibir su uso. Es decir, siguiendo la lógica del vocero, si la Biblia no habla del condón, luego entonces la Biblia tampoco prohíbe su uso.

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