domingo, 2 de noviembre de 2014

Actividades

PARTICIPEMOS TODOS/AS EN EL TEMA: PROYECCIÓN MUSICAL DE LA MUERTE, HOY A LAS 17.30

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 4 de noviembre, 19 hrs.
Modera: Hna. Alma Laura Adame H.

Llamamiento: Miqueas 3.1-4
Oración de ofrecimiento
Himnos:
   “Venid, nuestra voces alegres unamos” (73)
            “Buen Salvador, a ti yo acudo” (100)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Miqueas 3.5-12
Tema: Los criterios del verdadero profeta
Himno: “Santo Espíritu, renueva” (275, 1ª y 4ª)
Ofertorio
Bendición pastoral

CRITERIOS DEL VERDADERO PROFETA
Louis Monloubou

¿Cuál es en definitiva el verdadero profeta? La cuestión puede parecer banal, pero evoca sin embargo una crisis especialmente' dolorosa con la que chocó la fe bíblica.
La cuestión no se planteó al principio. Incluso aquella historia sorprendente del “viejo profeta” y del “hombre de Dios” (1 Re 13.11-32) concede el mismo título de ortodoxia a cada uno de los dos rivales. Los textos bíblicos no suscitan esta cuestión más que con la llegada al reino de Samaría de la dinastía de Omrí. Esta dinastía mantiene estrechas relaciones con Fenicia; Ajab, hijo de Omrí, se casa con Jezabel, hija de Etbaal, rey de los sidonios, y establece oficialmente en Samaría el culto de Baal (1 Re 16.31-33). Aparecen entonces los “profetas de Baal”, que se encuentran a centenares (1 Re 18.22-25); Elías organiza su matanza (18.40), después de que Jezabel había hecho exterminar a “los profetas de Yayé”, 18.13).
En este momento, la distinción entre las dos corporaciones de profetas parece oficial; por otra parte, resulta fácil de definir. Josafat no se engaña: cuando quiere “consultar la palabra de Yavé”, no queda satisfecho de los «profetas» que le trae Ajab y pide “otro profeta” que realice una consulta a Yavé más auténtica. Los cuatrocientos no son designados expresamente como “profetas de Baal”, pero, lo mismo que todo el pueblo, “caminan con muletas” (18.20 s). Y Josafat lo sabe; él quiere un profeta auténtico de Yavé. El problema comienza a asomar.
Este problema tuvo que plantearse de forma más estricta todavía en la época de Isaías y de Miqueas; los dos, pero sobre todo el segundo, pronuncian contra “profetas y videntes” juicios muy severos (Miq 3.5.6.11; Is 28.7). pero el problema resulta más difícil al acercarse la época del destierro. Existe entonces un cuerpo de profetas en desacuerdo total con Jeremías (Jr 14.13-16; 23.9-40). Jeremías no vacila ante ellos: esos hombres “profetizan en nombre de Baal” (2.8; 5.31). Ezequiel conoce esta misma dificultad con “los profetas de paz” (Ez 13; cf. v. 10 y 16): un título y un tema de predicación, cuya ambigüedad ya había sido subrayada por Miqueas (3.5) Y luego por el mismo Jeremías (14.13; 28.9). […]
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

8 – Paseo de evangelización

9 – Reunión de Consistorio

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