La Palabra (Hispanoamérica)
1¿De dónde surgen los conflictos y las luchas
que hay entre ustedes? Sin duda, de las pasiones que llevan
siempre en pie de guerra en su interior. 2 Si ambicionan y no
tienen, asesinan; si arden en deseos y no pueden satisfacerlos, se enzarzan en
luchas y contiendas. No tienen porque no
piden. 3 Y, si piden, no reciben nada porque piden con la torcida
intención de malgastarlo en sus propios caprichos. 4 ¡Gente
infiel! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto,
quien pretende tener al mundo por amigo, se hace enemigo de Dios. 5 Pues
no dice en vano la Escritura: “Dios ama celosamente al espíritu que puso en
nosotros”. 6 Aunque su benevolencia es siempre mayor, y por eso dice
también la Escritura: Dios hace frente a los orgullosos y concede, en cambio,
su favor a los humildes. 7 Sométanse, pues, a Dios y resistan al
diablo, que no tendrá más remedio que huir. 8 Acérquense a Dios, y
Dios se acercará a ustedes. ¡Limpien sus manos, pecadores! ¡Purifiquen sus
corazones, ustedes que se portan con doblez! 9 Reconozcan su
miseria; lloren y laméntense: que la risa se les convierta en llanto, y en
tristeza la alegría. 10 Humíllense ante el Señor y él los ensalzará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario