22 de marzo de 2020
Esta oración es
proféticamente colocada en la boca de uno de los exiliados de Judá en Babilonia,
ellos le ruegan que mire el estado miserable de su antes favorecida nación. Y
se preguntan si ¿No sería glorioso para su nombre eliminar el velo de sus
corazones, regresar a las tribus de su herencia? El cautiverio en Babilonia y
la liberación ulterior de los judíos, eran sombra de los sucesos aquí
anunciados. El Señor nos mira con
ternura y misericordia. Y muestra de
ello es el escudriño de su palabra que haremos de cada uno de estos versículos
y su relación con otros que a través de los tiempos dan testimonio de como el
Señor a acompañado a su pueblo en sus aflicciones, en sus luchas y hasta en sus
yerros.
15.-
“Mira desde el cielo y contempla desde tu santa y gloriosa morada. ¿Dónde
está tu celo y tu poder, la conmoción de tus entrañas y tus piedades para
conmigo? ¿se han estrechado?
Se
describe una apremiante oración de Israel como un llamado filial al Padre de
los cielos para que envié al Mesías, esta primera parte de la oración demanda
la pronta atención de Jehová exaltándole a través de sus propias promesas y encontramos
semejanza con el (Sal. 80:14-15 “Oh Dios de los ejércitos, vuelve
ahora; Mira desde el cielo, y considera, y visita esta viña” “La planta que
planto tu diestra, y el renuevo que para ti afirmaste”)
Así
mismo hay similitud con la oración de Moisés (Deut. 26:15 “Mira
desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la
tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche
y miel.) A veces se siente
como si el celo y el poder del Señor estuvieran muy
lejos, y cuando nos sentimos así debemos de hacer exactamente lo que el hombre
que ora hizo: Clamar a Dios.
En
lo expresado en esta porción aparece un reclamo al Señor ¿Dónde está tu celo y
tu poder que me acompaña en mis luchas se ha reducido? ¿No te conmueve en tus entrañas ver como
oprimen y vituperan a tu pueblo sus enemigos? El que ora se acordó de la poderosa mano del Dios de los días antiguos, y sabía que esa poderosa mano podía levantarse
de nuevo por su pueblo. ya que Jehová es fiel e inmutable y que no los va a
abandonar, porque existe como trasfondo allá en lo profundo de su corazón la
seguridad en la misericordia de Dios que en hebreo “Es la palabra hesed,
el amor que es fiel al pacto.”
O
que también puede traducirse como “amor firme.” Es una de las grandes palabras
del antiguo testamento, probablemente la más cercana de las palabras hebreas a
su equivalente griego es ágape amor perfecto.
Podemos
ver amados hermanos toda la confianza que puede tener una persona en problemas
para traer su plegaria y agradecerle a Dios: por la grandeza de sus beneficios y misericordias por ser nuestro salvador
en toda prueba, en toda lucha nos acompaña con su amor, con su clemencia nos
levanta y nos trae a lugares de paz.
Si estas expresiones de adoración surgen del corazón de un
afligido, aun en los momentos más difíciles ¿Qué impide que adoremos con
gratitud al Señor cuando somos corregidos por nuestras errores y desvíos? Y con
su perdón somos amorosamente restaurados y librados de nuestras aflicciones.
16.-
“Pero tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos
conoce, tu, oh, Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu
nombre”
Podemos
ver cuan alto es el concepto de la palabra Padre que el pueblo de Israel
tiene de su Dios ya en el antiguo testamento en (Ex. 4:22 “Y dirás
a faraón: jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito”) y en
(Deut. 32:6 “¿así pagáis a Jehová, pueblo loco e ignorante?
¿No es Él tu Padre que te creo? Él te hizo y te estableció.)
Aquí
se nos recuerda que Dios era el Padre de la nación de Israel, pero no hay
ninguna idea en el Antiguo Testamento en el sentido de que Él fuera el padre de
un israelita a nivel individual. En el
Antiguo Testamento el término Padre es una expresión colectiva más que
personal. En cambio, en el Nuevo
Testamento, el término Padre se convirtió en una expresión personal, no colectiva.
Así, Abraham era el padre de la nación y
no de cada israelita individualmente.
De
la misma manera, Dios era el Padre de la nación, de la cual Jesús había de
acentuar este concepto individual a cada paso.
La
diferencia está en que entonces el hijo era Israel, colectivamente, como
pueblo; en tanto que los cristianos descendientes “de un pueblo necio” entramos
lo que señala (Rom. 10:19 “También digo: ¿No ha conocido esto
Israel? Primeramente, Moisés dice: yo os provocare a celos con un pueblo que no
es pueblo; Con pueblo insensato os provocare a ira.), por ello somos elegidos cada uno en
particular y por haber creído en el Mesías somos hechos individualmente hijos
adoptivos de Dios a imagen del Hijo unigénito conforme a (Rom:8:17 que
lo confirma “Y si hijos, también herederos con cristo, si es que
padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados.)
Esto
sin perjuicio de constituir colectivamente como miembros de Él, la
Iglesia, el cuerpo místico del que Él es cabeza y a la cual están reservadas más
aún que a Israel, especiales promesas sobrenaturales de gracia y de gloria y
las bodas que celebrara con el Cordero como su Esposa.
Pero
también es muy importante el nombre Redentor, el cual pertenece también al Padre
divino porque Él es quien envió a su Hijo, que había de redimir a Israel y
también a las naciones.
17.- “¿Por qué,
oh, Jehová, ¿nos has hecho errar de tus caminos?, ¿y endureciste nuestro
corazón a tu temor? vuélvete por amor de tus siervos, por las tribus de tu
heredad.
El
hombre que ora mira la condición del pueblo de Dios, y clama en agonía
preguntándose ¿Por qué ha permitido Dios esto? El hombre que ora no está en lo
correcto en toda su teología, pero sin embargo él es un experto expresando la
agonía del corazón humano; en este caso, se
acordó de lo que El Señor hizo en los
días de Moisés y el Éxodo. Dado que ahora ellos se encontraban exiliados en
Babilonia.
La historia de la liberación
de Egipto era especialmente relevante, el hombre que ora no estaba ahí durante el
Éxodo; él tuvo que haber leído esto en la palabra de Dios. Pero él sabe valorar
la forma en que tan grandemente actuó Dios en el pasado, ahora tiene relevancia
en sus días. Mas por su
rebeldía hicieron enojar su santo espíritu: A pesar de este derramamiento de amor y de
misericordia por parte de Dios, su pueblo respondió con corazones rebeldes y
fríos, que no obedecían.
Dios
tenía que lidiar con su pueblo con todo esto, así que Él mismo peleó contra ellos conforme a (Is.63:10), Vuélvete por amor
de tus siervos: “La palabra ‘vuélvete’ puede sugerir el regreso
de shekinah gloria del templo (lugar donde moraba el Señor) y en este
caso como un símbolo de la presencia de Dios morando entre su pueblo (como
en Ezequiel 43:6-12).”
18.-
“Por poco tiempo lo poseyó tu santo pueblo; nuestros enemigos han hollado
tu santuario”.
Aquí
podemos observar como por una parte se hace el reclamo a Dios de que el pueblo
solo poseyó la herencia por muy breve tiempo es como si recordase a Dios las
promesas hechas a Abraham de que el pacto era para siempre según el (Sal.105:10-11“La
estableció a Jacob por decreto, A Israel por pacto sempiterno, Diciendo: A ti
te daré la tierra de Canaán Como porción de vuestra heredad.”),
Y
por otra parte se hace una acusación de sus enemigos ya que han pisoteado tu
santuario como si tu santo pueblo nada fuese, se han enseñoreado de él nuestros
enemigos. el lamento dramático del (Sal. 69:32-36 que dice “ Lo verán los oprimidos, y se
gozaran, buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón, Porque Jehová oye a los
menesterosos, Y no menosprecia a sus prisioneros, alábenle los cielos y la
tierra, los mares y todo lo que se mueve en ellos, Porque Dios salvara a Sion,
y reedificara las ciudades de Juda; Y habitaran allí, y la poseerán, La
descendencia de sus siervos la heredara, Y los que aman su nombre habitaran en
ella”)
19.- “Hemos
venido a ser como aquellos de quienes nunca te enseñoreaste, sobre los cuales
nunca fue hallado tu nombre”
El
Pueblo judío insiste en que Israel continua como antes siendo heredero de esas
promesas.
Que
elocuente formula de confesión seria esta para el neopaganismo de hoy (Luc.18:8
“Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del
hombre, ¿hallara fe en la tierra?)
Ante
todas las calamidades, crímenes, violencia, injusticia, falta de amor y miseria
provocada por el hombre contra sus propios pueblos, el profeta no ve otro
remedio que la venida de su Mesías, el cual, librándolo de los pecados, lo consuele,
lo reavive, ponga paz y lo haga feliz, entonces Isaías implora que las tribus de Israel sean restauradas como
una herencia del Señor.
En
la liturgia de adviento no se trata pues de una teofanía cualquiera, sino de la
que viene anunciándose en los capítulos precedentes y siguientes. La expresión “¡Oh, si rompieses los
cielos y descendieras, y a tu presencia se escurrieran los montes, como fuego
abrazador, de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas para que hicieras
notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu presencia!”
Se
trata de una aparición súbita a través de la bóveda celeste tal como Jesús
anuncia su segunda venida en (Mat.24:27” Porque como el relámpago que
sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida
del Hijo del hombre.”) y la
visión de Juan en (Apoc.1:7
“He aquí que viene en las nubes, y todo ojo lo vera, y los que le
traspasaron; y todos los linajes de la tierra
harán lamentación por Él. Si, amen.”)
Es
muy importante resaltar que las visiones de los profetas abarcan a veces dos
aspectos, uno referente a la primera venida de Cristo, y otro que contempla su
segundo advenimiento.
Para
entender tal modo de profetizar hay que tener presente la profecía del Apóstol
Pedro en (Hech. 3:17-20 “Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo
habéis hecho, como también vuestros gobernantes, pero Dios ha cumplido así lo
que antes había anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había
de padecer, Así que, Arrepentíos y convertíos, para que vengan de la presencia
del Señor tiempos de refrigerio, y Él envíe a Jesucristo, que os fue antes
anunciado.”)
Donde
el apóstol vaticina que en la parusía de Cristo se realizara la restauración de
todas las cosas, de las que Dios ha hablado desde tiempo antiguo por boca de
sus santos profetas, es decir, que muchas profecías especialmente las que
pintan un maravilloso cuadro de felicidad, se cumplirán tan solo en el Retorno
de Cristo.
Para finalizar Juan el Revelador también
testificó de estos eventos:
“Y vi el cielo abierto, y he aquí un caballo
blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero. Y con justicia él
juzga y hace la guerra.
“Y sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y
tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.
“Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre, y su nombre es: El Verbo de Dios“.
“Y los ejércitos que están en los cielos le seguían en caballos blancos,
vestidos de lino finísimo, blanco y limpio.
“Y de su boca sale una espada aguda para herir con ella a las naciones; y él
las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la
ira del Dios Todopoderoso.
“Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores“.
Amados
hermanos los juicios espirituales deben temerse más que cualquier otra
calamidad; y debemos evitar muy cuidadosamente los pecados que provocan
justamente al Señor a dejar a los hombres abandonados a sí mismos y a su
engañador. “Nuestro Redentor desde la
eternidad” ese es tu nombre; tu pueblo te ha mirado como el Dios en el cual siempre
confía y al que tiene siempre que apelar. El Señor oirá las oraciones de
quienes le pertenecen y los librará de los no llamados por su nombre.
Que
el Señor nos acompañe y nos guarde de todo mal en esta etapa de prueba mundial
en la que seguramente su pueblo se une en oración para clamar justicia y darle
toda la honra y la gloria mirando en nuestro alrededor para apoyar a nuestro
prójimo que vive al día y hoy sufre necesidad.
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