1 El fiel servidor de Dios dijo:
El espíritu de Dios está sobre mí,
porque Dios me eligió y me envió
para dar buenas noticias a los pobres,
para consolar a los afligidos,
y para anunciarles a los prisioneros
que pronto van a quedar en libertad.
porque Dios me eligió y me envió
para dar buenas noticias a los pobres,
para consolar a los afligidos,
y para anunciarles a los prisioneros
que pronto van a quedar en libertad.
2 Dios también me envió para anunciar:
“Éste es el tiempo que Dios eligió
para darnos salvación,
y para vengarse de nuestros enemigos”.
“Éste es el tiempo que Dios eligió
para darnos salvación,
y para vengarse de nuestros enemigos”.
Dios también me envió
para consolar a los tristes,
3 para cambiar su derrota en victoria,
y su tristeza en un canto de alabanza.
para consolar a los tristes,
3 para cambiar su derrota en victoria,
y su tristeza en un canto de alabanza.
Entonces los llamarán:
“Robles victoriosos,
plantados por Dios
para manifestar su poder”.
“Robles victoriosos,
plantados por Dios
para manifestar su poder”.
4 Ustedes, habitantes de Jerusalén,
reconstruirán las ciudades antiguas
que quedaron en ruinas.
5 Gente de otras naciones
vendrá a cuidar los rebaños,
los campos y las viñas de ustedes.
reconstruirán las ciudades antiguas
que quedaron en ruinas.
5 Gente de otras naciones
vendrá a cuidar los rebaños,
los campos y las viñas de ustedes.
6 Ustedes serán llamados
“Sacerdotes de Dios”,
“Fieles servidores de Dios”.
Disfrutarán de las riquezas de las naciones
y se adornarán con sus magníficas joyas.
7 Porque ustedes han tenido que sufrir
el doble de lo que se merecían,
y los han llenado de vergüenza y de insultos.
Por eso recibirán doble porción de riquezas
y para siempre vivirán felices.
“Sacerdotes de Dios”,
“Fieles servidores de Dios”.
Disfrutarán de las riquezas de las naciones
y se adornarán con sus magníficas joyas.
7 Porque ustedes han tenido que sufrir
el doble de lo que se merecían,
y los han llenado de vergüenza y de insultos.
Por eso recibirán doble porción de riquezas
y para siempre vivirán felices.
8 Dios dijo:
«Yo, el único Dios, amo la justicia,
pero odio el robo y el crimen.
Por eso les daré una gran recompensa
y haré con ustedes un pacto
que nunca tendrá fin.
9 Sus descendientes serán famosos
entre todas las naciones;
cuando la gente los vea, dirá:
“Son un pueblo bendecido por Dios”.
pero odio el robo y el crimen.
Por eso les daré una gran recompensa
y haré con ustedes un pacto
que nunca tendrá fin.
9 Sus descendientes serán famosos
entre todas las naciones;
cuando la gente los vea, dirá:
“Son un pueblo bendecido por Dios”.
10 Isaías dijo:
¡Mi Dios me llena de alegría;
su presencia me llena de gozo!
Él me dio salvación
y me trató con justicia.
su presencia me llena de gozo!
Él me dio salvación
y me trató con justicia.
11 Así como de la tierra
brotan las semillas,
y en el jardín nacen las plantas,
así Dios hará brotar
la justicia y la alabanza
entre todas las naciones.
brotan las semillas,
y en el jardín nacen las plantas,
así Dios hará brotar
la justicia y la alabanza
entre todas las naciones.
*
1 De allí Jesús se fue a Nazaret, que era su propio pueblo, y sus discípulos lo acompañaron.
2 Cuando llegó el sábado, Jesús empezó a enseñar en la sinagoga. Los que estaban presentes lo escucharon y se preguntaron admirados:
—¿Dónde aprendió éste tantas cosas? ¿De dónde ha sacado tantos conocimientos? ¿De dónde saca el poder para hacer los milagros que hace? 3-4 ¿Acaso no es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no es verdad que sus hermanas viven en este mismo pueblo?
Y se quedaron confundidos y contrariados. Por eso, Jesús les dijo:
—Al profeta se le reconoce y se le acepta en todas partes, menos en su propio pueblo, en su propia familia y en su propia casa.
5 Y poniendo las manos sobre los enfermos, Jesús sanó a algunos de ellos; pero no pudo hacer ningún otro milagro, 6 pues se sorprendió mucho de que aquella gente no creyera en él.
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