OREMOS
FERVIENTEMENTE POR LAS NECESIDADES DE LAS FAMILIAS DE LA IGLESIA
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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 2 de septiembre, 19 hrs.
Modera: A.I. Vicente Orozco G.
Llamamiento: Amós
8.1-8
Oración de ofrecimiento
Himnos:
“A Dios adorad” (76)
“Todos juntos reunidos” (408)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Isaías
2
Tema: La esperanza de los profetas (I)
Himno: “A la divina Trinidad”
(435)
Ofertorio
Bendición pastoral
LA ESPERANZA DE LOS PROFETAS
Louis Monloubou
Más que de escatología, un término técnico que se refiere, no sin ciertas
ambigüedades, a las cosas del fin, hablemos simplemente de esperanza. Este
término quiere significar entonces las realidades que aguardan los pro- fetas,
esas mismas realidades hacia las que orientan las miradas de Israel y estimulan
sus deseos. Es humano tener un objetivo, fijar un término a su acción, dar a
los propios deseos un objeto definido. Los profetas se parecen a todos los
demás hombres, con la excepción de que ellos muestran una atención especial,
más ardiente que los demás, hacia el futuro; una atención tan ardiente que a
veces resulta dolorosa.
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Las representaciones que
se hacen de ese objetivo los profetas van evolucionando profundamente. Desde
los primeros testigos de la vena profética, desde los hijos de los profetas,
pasando por Elías y Eliseo, con mayor claridad todavía en los primeros oráculos
de Amós, hasta las últimas líneas del Apocalipsis, la esperanza de los profe-
tas va cambiando. La transformación se lleva a cabo en dos puntos. En primer
lugar, se modifica el contenido: Amós no siente el menor deseo de aguardar lo
que espera el autor joánico. Y evoluciona además la característica temporal:
aunque los dos autores hablen del “fin” (Am 8.2; Ap 2.26), no le conceden ni el
mismo contenido ni la misma situación en la historia y en el tiempo.
¿Cuál es la esperanza,
por ejemplo, de Débora? ¿Y la de Samuel y los hijos de los profetas que le
rodean? ¿Qué es lo que desea Elías? ¡Qué aguarda Eliseo? Los textos se muestran
demasiado reservados al respecto para permitir una “radioscopía” total; nos
dicen por lo menos que esos hombres aspiran a la “felicidad” de la comunidad
político-religiosa a la que pertenecen. “Muchos dicen: ¿quién podrá darnos la
dicha?” (Sal 4, 7); esta debería ser la aspiración de la época, pero siempre
con la certeza de que esta dicha, tan buscada y esperada, podía encontrarse en
Yavé. Unas palabras tan ricas en el lenguaje bíblico y tan frecuentes en boca
de los profetas como shalom (noción
de plenitud) = “la paz”, (los profetas «de paz»: Jr 28, 9; Ez 13, 10.16; Nah 2,
1), sedagá (noción de 50 equilibrio)
= “la justicia” (la predicación del Déutero- Isaías: Is 45, 8.23 s.; 46, 12;
etc.), y hesed (sugiere una relación
afectuosa) = “la amistad” (la enseñanza de Oseas 2.21; 4.1; 6.4.6; 12.7), etc.,
contienen lo esencial de lo que deseaba esa época y lo que desearán todas las
demás. Pero ¡de qué contenido se trata?
Los profetas del Antiguo Testamento, p. 50.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
7 –
Santa Cena/ Reunión de Consistorio
15 – Noche mexicana
21
– Análisis de la problemática juvenil
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