sábado, 22 de agosto de 2015

Letra 432, 23 de agosto de 2015


 NUESTRA CRUZ
Karl Barth





Instantes. Santander, Sal Terrae, 2005, p. 122.

Alegraos de compartir los sufrimientos de Cristo.
I Pedro 4.13


He Qi, El Cristo resucitado

L
a cruz que hay que llevar en pos de Jesús le sobreviene al cristiano sin que éste lo desee ni lo propicie. Nadie ha de temer que no le llegue. Lo único que se ha de temer es que pueda negarse obstinada o astutamente a aceptarla; que, apenas más o menos aceptada, se apresure a arrojarla de nuevo lejos de sí. Lo único que se ha de temer es que entonces ciertamente tenga que padecer de un modo u otro, pese a todo, pero como un impío, sin el consuelo ni la promesa de compartir los sufrimientos de Jesús. El cristiano tiene que orar para que esto no suceda, para que el Espíritu Santo lo haga libre para aguantar la cruz que le ha sido asignada. Tal asignación no es una última, sino una penúltima palabra. Propio de la esencia de la cruz que ha de llevar el cristiano es que tenga una meta y, por tanto, también un final. Supone imposición de límites, y por eso duele.
Pero esa misma imposición de límites no es ilimitada. Soportada participando en la pasión de Jesús, quedará revocada precisamente allí donde la pasión de Jesús señala a nuestra vida con la fuerza de su resurrección y con su propia vida. Lo eterno no es nuestra cruz, sino la vida inaugurada en virtud de la muerte de Jesús en la cruz. “Cuando el invierno su nieve pierde, llega el verano hermoso y su color; también, por tanto, tras el dolor, se alegra quien aguardarlo puede”. En efecto, en el tiempo intermedio de esa espera tampoco puede faltar la alegría anticipada.
_______________________________

PREDICACIÓN Y ESPÍRITU DE DIOS
Juan Stam
Protestante Digital, 21 de junio de 2015

Biblia, Espíritu SantoPor todo lo que hemos expuesto hasta ahora, queda claro que la predicación es una tarea muy seria, sin duda mucho más grande de lo que solemos pensar.
Con razón observa Karl Barth, en su tratado sobre nuestro tema, que la predicación es una tarea imposible; para ella, observa, todo ser humano es incapaz e indigno (1969:48,52). Es aún imposible que sepa de antemano qué está pasando en la predicación, porque depende enteramente de Dios (1969:48). Tenemos que exclamar con San Pablo: "¿Quién es competente para semejante tarea?" (2 Cor 2:16).
Pero gracias al Señor, la palabra de Dios nunca corre sin que la acompañe el Espíritu divino que la ha inspirado. Un tema constante en la teología de los Reformadores fue el de "La Palabra y el Espíritu".
La palabra sin el Espíritu conduce a una ortodoxia muerta; el Espíritu sin la palabra llevaba, en la frase de ellos, al "entusiasmo" desordenado. Los reformadores enseñaban también el testimonium spiritus sancti, sin el que la letra escrita es letra muerta.
En un brillante estudio de este tema, Bernard Ramm afirma que fue con esta doctrina que los reformadores evitaron un concepto cuasi-mágico de la eficacia de la Biblia que podría compararse con el ex opere operato del tradicional sacramentalismo católico. La palabra escrita no opera sola sino vivificada por el Espíritu de Dios.
En nuestro tiempo, Karl Barth ha reformulado esta doctrina en términos muy impresionantes. La palabra de Dios, para él, ocurre en su sentido pleno cuando Dios habla y el pueblo escucha (1969:71). La predicación hace presente a la palabra en forma viva; "cuando se predica el evangelio, Dios habla" (1969:19) y entonces, en la frase de Lutero, "La palabra trae a Cristo al pueblo" (1/1 61). En ese acto de Dios, el "Dios que habló" del pasado se convierte en un presente "Dios que habla", siempre por las escrituras. Por la acción del Espíritu Santo, la Palabra toma vida, como si fuera una resurrección del texto.
La predicación, así entendida, es un acto de Dios, totalmente imposible para un ser humano (1969:21,48,52). El predicador no tiene ningún control sobre la acción de Dios, ni puede garantizar que Dios hablará por medio de su homilía.
Eso queda totalmente en manos de Dios y ocurre cuándo Dios quiere y dónde Dios quiere. Por eso -y esto es lo sorprendente- la Palabra de Dios por medio de un predicador y su sermón es siempre un milagro (1969:23,101). "En esta situación concreta puede suceder que Dios hable y realice un milagro. Pero nosotros no debemos incluir un milagro, por anticipado, en nuestra predicación" (1969:23).
Al predicador sólo le toca anunciar que Dios está por hablar (1969:14) y proclamar a la comunidad lo que Dios mismo los quiere decir, mediante la explicación, en sus propias palabras, de un pasaje de las escrituras (1969:13).
Esta comprensión radicalmente teocéntrica y pneumatológica nos hace entender que la única fuerza verdadera de la buena predicación es la obra del Espíritu Santo. A fin de cuentas, el predicador no puede confiar en la elocuencia de su oratoria ni el carisma y encanto de su atractiva personalidad ni nada parecido.
Reconocer que el poder del sermón no pertenece a nosotros mismos, pero que Dios ha prometido el obrar eficaz de su Espíritu, y confiar en el Espíritu y sólo el Espíritu, no nos permitirá emplear mecanismos de manipulación para tratar de persuadir a los oyentes (1 Cor 1:18-2:2; 2 Cor 4:2; 12:16-17; Ef 4:14).
No harán falta gritos y gemidos simulados, ni pegajosa música de trasfondo, ni pavonearse de un lado a otro, micrófono en mano. Es el Espíritu Santo quien penetrará en los corazones, y nosotros los predicadores sabremos confiar en su actuar y no interferir contra su eficaz actuar.
Por otra parte, nunca tomaremos la promesa del Espíritu como un pretexto para la pereza. Convencidos del inmenso privilegio de ser instrumentos del Espíritu, estudiaremos las escrituras con mayor ahínco y prepararemos los sermones con todo cuidado y pasión.
El texto favorito de algunos predicadores, "no se preocupen de qué van a decir; el Espíritu Santo los enseñará lo que deben responder" (Lc 12:11-12), no se aplica a la preparación de sermones ni al estudio sistemático de las escrituras sino a casos de arresto y persecución, cuando uno no tiene tiempo para preparar su defensa.
La exégesis bíblica no aparece entre los dones carismáticos de la iglesia. El Espíritu Santo nos acompañará con su luz en nuestro estudio de la palabra, pero sólo si de hecho la estudiamos (2 Tim 2:15; 1 P 3:15; Hch 17:11; 1 Tes 5:21; Mt 22:37).
___________________________________________

ROMA DEDICA UNA PLAZA A LUTERO EN PLENO CENTRO  DE LA CIUDAD
Protestante Digital, 19 de agosto de 2015

colle opio, google earth

Lutero tendrá una plaza con su nombre en pleno centro de Roma. El consistorio de la capital italiana ha aprobado finalmente la iniciativa que propusieron hace 6 años las iglesias adventistas. El visto bueno del Vaticano ha facilitado que el proyecto se haga realidad, explican fuentes evangélicas. “El próximo día 16 de septiembre, a las 5 de la tarde, se dará la ceremonia de nombramiento de la plaza en Roma al reformador alemán Martin Lutero, cerca del Coliseo”, explicaba desde Roma a Evangelical Focus Stefano Bogliolo, responsable de comunicación de la Alianza Evangélica Italiana.

Plaza al “teólogo alemán”
Seis años después de que el Ayuntamiento recibiera la propuesta de la Unión de Iglesia Adventistas —que presentaba la idea en relación al quinto centenario de la Reforma— el consistorio finalmente aprobó la iniciativa hace unas semanas. La “Piazza Martin Lutero” estará muy cerca del Coliseo, en el parque Parco Del Colle Oppio y junto al Viale Fortunato Mizzi. Se ha acordado que la placa descriptiva tendrá una descripción muy neutra: “Plaza Martín Lutero. Teólogo alemán”.

Una decisión delicada
Los medios italianos habían ignorado la noticia hasta hace unos pocos días, explica Bogliolo, pero finalmente el diario Il Messaggero publicó la información.
Pero fue el alemán Süddeutsche Zeitung que publicó un primer reportaje sobre la intención del consistorio. En su información citaba a la Iglesia Evangélica Luterana de Roma, que a daba a conocer que el Vaticano no se opondría a la iniciativa, siguiendo las nuevas directrices sobre diálogo ecuménico. “Sabemos que los políticos italianos son ultrasensibles a los estados de ánimo de la jerarquía vaticana, y sin su consentimiento habría sido difícil conseguir alcanzar la meta de esta plaza”, comenta Bogliolo.

Decisión “altamente simbólica”
La decisión del ayuntamiento es “altamente simbólica”, sigue explicando el representante evangélico, porque "Roma fue la capital de los Estados Papales, que cayeron el 20 de septiembre de 1870, un aniversario que se cumple sólo cuatro días después de la dedicación que se hará de la plaza a Martín Lutero”.
La inauguración será atendida por representantes de diferentes iglesias evangélicas, además de una delegación de la Alianza Evangélica Italiana. No se ha confirmado, de momento, la asistencia al acto de representantes católicos.
____________________________________________

“DEBEMOS LIBERAR AL MUNDO DE LAS ARMAS NUCLEARES”

“Lo primero que se nos pide es que tengamos el valor de vivir de acuerdo con nuestras convicciones. Para el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) nuestra convicción es que el mundo debe estar libre de armas nucleares", dijo la Rev. Dr. Sang Chang, presidenta del CMI para Asia, en su discurso durante el simposio sobre el desarme nuclear celebrado en Hiroshima, Japón, el 6 de agosto.
Chang, de la Iglesia Presbiteriana de la República de Corea, hizo estas declaraciones en la sesión del simposio titulada "Medidas para el desarme nuclear de ahora en adelante: Nunca más la guerra".
Chang es miembro de una delegación de líderes de iglesias del CMI que está haciendo estos días una peregrinación en Japón para conmemorar los bombardeos atómicos de los días 6 y 9 de agosto de 1945.
Al hablar sobre el tema de las armas nucleares, Chang dijo que las iglesias se enfrentaban al "reto de ir más allá de las denuncias retóricas de la violencia, la opresión y la injusticia, y traducir sus juicios éticos en acciones que contribuyan a una cultura de paz".
"Creemos que esta responsabilidad de actuar tiene su base en la bondad de todo lo que Dios ha creado y en la bondad esencial de toda la humanidad, por estar hechos a imagen y semejanza de Dios", dijo.
Chang explicó que la postura del CMI respecto a las armas nucleares emana del fundamento que rechaza categóricamente estas armas por considerarlas un problema para la humanidad, las iglesias y las sociedades.
Chang instó a las personas de fe a alzar sus voces contra las armas nucleares, animándolas a trabajar dentro de sus propias religiones, con las organizaciones de la sociedad civil y con los gobiernos.

"Los líderes religiosos deben aportar liderazgo. Las personas de fe de todos los ámbitos deben tomar medidas". […]

No hay comentarios:

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...