domingo, 16 de agosto de 2015

Letra 431, 16 de agosto de 2015

PARTIDA
Karl Barth
Instantes. Santander, Sal Terrae, 2005, p. 121.

Quienes esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, marchan sin fatigarse.
Isaías 40.31



He Qi, Éxodo

L
a partida tiene lugar allí donde algo existente hasta el momento pasa a estar anticuado y debe quedar atrás, al haberse convertido en noche pasada, y donde en su lugar se anuncia algo nuevo, está llegando un nuevo día. El modelo nunca suficientemente analizado y reflexionado es el éxodo de Israel de Egipto hacia la tierra que se le había prometido. Allí Israel se despide resueltamente de algo conocido, en ese momento todavía muy cercano y que quizá tenía también sus ventajas (por ejemplo, las famosas ollas de carne de Egipto). Y allí se vuelve Israel decididamente hacia algo todavía lejano, a lo cual dice “sí” con esperanza y que, al fin y al cabo, tiene la desventaja de ser todavía bastante desconocido en su espléndido aspecto.
Al partir, la Iglesia ha elegido. Se ha vedado de antemano sentir nostalgia de lo que deja tras de sí. Saluda y ama lo que ya tiene por delante. Todavía está aquí, y sin embargo ya no está aquí; todavía no se encuentra allí, y sin embargo ya se encuentra allí. Tiene por delante una larga peregrinación -con luchas, padecimientos, hambre y sed-. No se puede negar que suspira. Pero menos aún se puede negar que se alegra. De acuerdo con ello, piensa, habla y actúa. En esta crisis consiste la partida de la Iglesia: el pueblo de Dios todavía cautivo y ya liberado.
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TALLER BÍBLICO
PREDICAR EL ANTIGUO TESTAMENTO (I)


1. Algunos presupuestos básicos

· Nunca ha existido la interpretación bíblica completamente “pura” (II P 1.20): siempre existen prejuicios, consideraciones y conceptos previos. Las doctrinas y creencias acumuladas pueden imponerse a los textos e impedir la recepción de su mensaje original y actual.
· Los textos de la Biblia (AT y NT) son resultado de una serie de procesos históricos, culturales y espirituales que constituyen el trasfondo de sus enseñanzas (Heb 1.1-4). Es preciso hacer el esfuerzo de situarse en medio de ellos para comprenderlos mejor.
· La lectura “colonialista” de la Biblia y la doctrina debe ser superada. Vivimos en tiempos pos-coloniales en los que ya nadie puede imponer su visión particular o ideológica de los textos bíblicos.

2. Lugar del Antiguo Testamento en la revelación bíblica

· La “fe bíblica” es el horizonte común de comprensión que unifica el mensaje. Es un conjunto de creencias fundamentales que permanecen constantes: la creación divina, la historia de salvación, el llamado a la conversión, la continuidad de las promesas, etcétera.
· En muchos sentidos, diversos textos del AT son pre-cristianos y sub-cristianos, es decir, que alcanzan su cumplimiento posteriormente e incluso son superados. Ejemplos: las prohibiciones rituales y alimenticias, la llamada Ley del Talión. Para advertir algunos de los elementos puede realizarse una lectura confrontada del Levítico y la carta a los Hebreos.
· El mensaje del AT respondió, en cada época, a las necesidades y urgencias colectivas del antiguo Israel como una comunidad histórica y social específica. Los aspectos individuales fueron adquiriendo progresivamente un lugar en la revelación: los casos de Jeremías 31.29-30 y Ezequiel 18.1-20.

3. Los grandes bloques del AT (Lc 24.44: Ley, Profetas, Escritos o Salmos) son un punto de partida para la sana interpretación

· Las secciones legales subrayan la importancia de los mandatos divinos. Su alcance es universal, excepto en algunos aspectos rituales y alimenticios.
· La tradición profética se instaló en la historia de la revelación divina como parte de la acción renovadora del Espíritu. Jesús es el gran Profeta que habla en nombre de Dios.
· Los textos sapienciales y poéticos dan testimonio de la forma en que desde la cotidianidad fue posible utilizar el lenguaje y la experiencia para simbolizar y canalizar de manera comprensible y profunda los designios divinos.

4. Encontrarse con Dios y con Jesucristo en cada sección del AT

· Cada sección y libro de la Biblia puede ser interrogado en términos de su mensaje sobre Dios, el contenido de la fe y la oferta de salvación según el momento histórico por el que atravesaba el pueblo.
· El canon de libros reconocidos como inspirados representa un avance sustancial en el camino de la comprensión de lo que Dios ha querido revelar sobre sí mismo y sobre su relación con la humanidad.
· Algunas preguntas obligadas para esta lectura respetuosa de los textos antiguos pueden ser:

      ¿Quién es Dios en ese libro, sección o bloque?
  ¿Qué revela sobre él en ese momento histórico?
  ¿En qué consiste la fe? ¿Cuál es su contenido?
  ¿Qué elementos constituyen la oferta de salvación?
  ¿Cuáles son las exigencias éticas que permanecen vigentes?
  ¿Qué prácticas espirituales demanda el Señor?
  ¿Cómo se proyectó todo ello hacia el futuro?
  ¿Cómo anticipa a Jesucristo como manifestación plena de la voluntad de Dios?

5. Los grandes temas que desarrolla el AT y su contraparte en el NT

· Los “usos de la ley” en la antigüedad y a partir de Jesucristo (Sal 119; Mt 5-7; Ro 7; Gál 3.24).
· El pacto de Dios permanece para siempre (Jer 31). Ahora su mediador es Jesucristo (Hebreos 8). Su fidelidad sigue vigente y actuante (Lam 3).
· El amor de Dios es constante y se manifiesta en acciones concretas (Jonás; Jer 31.3).
· La gracia se muestra en diversas formas y circunstancias (Gén 12.1-3).
· La elección del Israel antiguo se complementa con el llamado a la gentilidad (Hch 10; Ro 11.11-24).
· La preocupación por el prójimo y la justicia social (Am 5.21-27; Miq 6.1-8).

6. Algunos aspectos controvertidos que requieren aclaración

· El lugar de Israel como “pueblo elegido” ha pasado a un segundo término ante la universalidad del amor de Dios en Jesucristo (Gál 6.16; Ef 2.12).
· La gentilidad (los no judíos) pertenecen ahora con todo derecho al pueblo de Dios sin diferencias ni matices. La historia de fe es común, pero no impone obligaciones culturales que anulen o eliminen la historia ni la cultura propia de los/as creyentes (Hch 15).
· Las prácticas rituales forman parte de la cultura hebrea y no tienen por qué ser asimiladas o aprendidas por los creyentes en Jesucristo de otras culturas. Cada cultura es el lugar desde el que Dios llama a las personas para integrarse a su pueblo (Am 9.5-7).
· Las bendiciones y maldiciones no tienen ya aplicación en ningún sentido más que como referencia histórica.
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VALORES DE LA TRADICIÓN REFORMADA PARA UN MUNDO EN CRISIS (III)

e) En términos de la teoría política, ¿cómo es posible justificar teológicamente la evidente (y perniciosa) sobrerrepresentación masculina en las comunidades cristianas? Las comunidades que viven así marchan a contracorriente de las renovaciones sociales y con ello muchas veces se incapacitan para reconocer las acciones de Dios en la historia (frase que tanto adorna en ocasiones los púlpitos) que se constituyen en signos de la presencia de su Reino, pero acerca los cuales las iglesias no se dan por enteradas ni mucho menos se suman a la práctica de situaciones más igualitarias.
f) Otro tanto hay que decir acerca de la “construcción de ciudadanía” que las iglesias siempre han realizado, incluso a su pesar, mediante las prácticas de talante democrático que caracterizan a esta vertiente de la tradición protestante según lo demostró fehacientemente el sociólogo e historiador suizo Jean-Pierre Bastian en sus estudios sobre el protestantismo de la época previa al inicio de la Revolución. El perfil de “sociedades de ideas” que caracterizó al protestantismo de entonces se ha difuminado en prácticas dominadas por el más banal individualismo y por corrientes como la llamada “guerra espiritual”, que ahora se utilizan para explicar la falta de pertinencia y crecimiento de las comunidades. La “plantación de iglesias”, aunque no se quiera reconocer, forma parte de la misma.
g) Los “derechos divinos” no pueden esconder o enmascarar la ausencia de un auténtico respeto y promoción de los derechos humanos adentro mismo de las comunidades, adonde las tendencias en ocasiones refuerzan los abusos que en la sociedad son, ahora, muy mal vistos, pero que al ser “santificados” por las costumbres religiosas llegan a ser hasta “aceptables” para las mayorías de fieles.
Éstos son apenas algunos esbozos de los aspectos que pueden analizarse para plantear la tan ansiada eficacia de la “tradición reformada” en medio de sociedades tan complejas como las nuestras. (LC-O)
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MILTON MEJÍA FUE ELEGIDO COMO SECRETARIO GENERAL DEL CLAI

En una reunión extraordinaria de la junta directiva del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), llevada a cabo el 27 de julio, Milton Mejía fue elegido por unanimidad como secretario general del CLAI. Mejía es miembro de la Iglesia Presbiteriana de Colombia, que por su parte es miembro de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR).
“Como moderador de la IPC y como vicepresidente de la CMIR, para nosotros, la elección de nuestro compañero Milton Mejía como secretario general del CLAI es un hecho muy importante,” dijo Helis Barraza Díaz, “especialmente en el contexto de nuestro país, donde necesitamos que organismos ecuménicos estén muy pendientes de los resultados de estos diálogos de paz.”
“[Contar con] una persona como Milton Mejía, al frente del CLAI, que es conocedor de nuestra realidad y un comprometido por la paz en nuestro país, es de mucha relevancia,” añadió Barraza Díaz.
“Para AIPRAL el fortalecimiento y el bienestar de CLAI es esencial,” dijo Darío Barolín, secretario ejecutivo de AIPRAL. “No concibo otra manera de entender la entidad reformada sino ecuménicamente. En tal sentido nos da muchas esperanzas que Milton, a quien conocemos personalmente y que ha trabajado en muchos ámbitos tanto reformados como ecuménicos, haya sido elegido para acompañar desde la secretaria general el camino de las iglesias y organismos de CLAI.”

Actualmente, Mejía coordina el programa de CLAI Fe, Economía, Ecología y Sociedad. Ha sido fundador y miembro de la Secretaría de la Red Ecuménica de Colombia y del Diálogo Intereclesial de las Iglesias por la Paz en Colombia. […]

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