sábado, 18 de abril de 2020

Isaías 65.16-25, Luis Alonso Schökel y José Luis Sicre / Apocalipsis 21.1-8, TLA


16 Sí, se olvidarán las angustias de antaño
y hasta de mi vista desaparecerán.
17 Mirad, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva:
de lo pasado no haya recuerdo ni venga pensamiento,
18 más bien gozad y alegraos siempre por lo que voy a crear;
mirad, voy a transformar a Jerusalén en alegría
y a su población en gozo;
19 me alegraré de Jerusalén y me gozaré de mi pueblo,
y ya no se oirán en ella gemidos ni llantos;
20 ya no habrá allí niños malogrados
ni adultos que no colmen sus años,
pues será joven el que muera a los cien años,
y el que no los alcance se tendrá por maldito.
21 Construirán casas y las habitarán,
plantarán viñas y comerán sus frutos,
22 no construirán para que otro habite,
ni plantarán para que otro coma;
porque los años de mi pueblo serán los de un árbol
y mis elegidos podrán gastar lo que sus manos fabriquen.
23 No se fatigarán en vano,
no engendrarán hijos para la catástrofe;
porque serán la estirpe de los benditos del Señor,
y como ellos, sus retoños.
24 Antes de que me llamen yo les responderé,
aún estarán hablando y los habré escuchado.
25 El lobo y el cordero pastarán juntos,
el león como el buey comerá paja.
No harán daño ni estrago por todo mi Monte Santo
—dice el Señor—.


*

1 Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues ya el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. Vi también que la ciudad santa, la nueva Jerusalén, bajaba del cielo, donde vive Dios. La ciudad parecía una novia vestida para su boda, lista para encontrarse con su novio. Y oí que del trono salía una fuerte voz que decía:
«Aquí es donde Dios vive con su pueblo. Dios vivirá con ellos, y ellos serán suyos para siempre. En efecto, Dios mismo será su único Dios. Él secará sus lágrimas, y no morirán jamás. Tampoco volverán a llorar, ni a lamentarse, ni sentirán ningún dolor, porque lo que antes existía ha dejado de existir.»
Dios dijo desde su trono: «¡Yo hago todo nuevo!» Y también dijo: "Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza".
Después me dijo: "¡Ya todo está hecho! Yo soy el principio y el fin. Al que tenga sed, a cambio de nada le daré a beber del agua de la fuente que da vida eterna. A los que triunfen sobre las dificultades y sigan confiando en mí, les daré todo eso, y serán mis hijos, y yo seré su Dios.

No hay comentarios:

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...