domingo, 30 de marzo de 2014

Letra 364, 30 de marzo de 2014

SIN TEMOR
Karl Barth, Instantes


“¡No temáis!” (Mateo 10.26)

¿Qué debemos hacer, puesto que los pueblos realmente quieren la paz? Ante todo, no deberíamos tener tanto miedo a las malas intenciones del otro. Naturalmente, en el mundo actual puede uno tener miedo, pero puede también hacer cosas que, sin embargo, no debería hacer. Todo aquel que no hace como si Dios estuviera próximo a morir, y como si el otro fuera a devorarnos de un momento a otro, aporta ya lo suyo a la paz del mundo. Y en segundo lugar: quien no quiera tener miedo debe ser una persona decidida a ver con sus propios ojos, a oír con sus propios oídos y a pensar con su propia cabeza. No debe dejarse convertir en un producto en serie por opinión pública ni propaganda alguna.

La paz está tan amenazada porque hay muy pocas personas libres. Una tercera cosa: no tiene miedo quien está totalmente abierto a la preocupación y al apuro de su prójimo y a la pregunta de cómo podría él ayudarle de algún modo, y para ello es capaz de no tomarse tan terriblemente en serio a sí mismo ni sus propias ideas. El peligro de guerra amenaza siempre, debido a que son muchos los que parecen haberse tragado una escoba. ¡Fuera escobas! Quien no es capaz de suspirar con los demás y, para ello, reírse un poco de sí mismo, es un belicista. Y una última cosa: se necesita un gran temor de Dios para querer realmente la paz.

_______________________________________

OCTAVIO PAZ Y LA REFORMA PROTESTANTE

En ese momento [la expulsión de los jesuitas de Nueva España] se hizo visible y palpable la radical diferencia entre las dos Américas. Una, la de lengua inglesa, es hija de la tradición que ha fundado al mundo moderno: la Reforma, con sus consecuencias sociales y políticas, la democracia y el capitalismo; otra, la nuestra, la de habla portuguesa y castellana, es hija de la monarquía universal católica y la Contrarreforma.
O. Paz, “El espejo indiscreto”, en Plural, núm. 58, julio de 1976, recogido en El ogro filantrópico. Historia y política, 1971-1978. México, Joaquín Mortiz, 1979, p. 55.


Las palabras que aparecen aquí como epígrafe fueron redactadas por Octavio Paz a mediados de 1976, el mismo año en que fundaría la revista Vuelta, y forman parte de un ensayo dedicado a examinar la extrañeza que le causó siempre el país vecino del norte, en comparación histórica con lo acontecido en México desde la época colonial. Una y otra vez, el Premio Nobel mexicano asedió la enigmática realidad de Estados Unidos en varias de sus vertientes, política, cultural y social, sobre todo, para tratar de entender las razones de la diferencia y sus efectos en las naciones latinoamericanas. Le interesó, particularmente, saber por qué estos países, sin estar “negados” rotundamente para la democracia, seguían atrapados en enormes dificultades para adecuar a su situación los beneficios de la democracia.
Una premisa barata y burda consistiría en creer que Paz suscribió siempre el cliché de la superioridad protestante anglosajona sobre el catolicismo hispanoamericano. Nada más lejos de ello que las incesantes reflexiones del poeta que lo acompañaron buena parte de su vida. Quizá la extrañeza que le produjo la vecindad de Estados Unidos se relaciona directamente con la experiencia que tuvo al vivir forzadamente allá en su infancia, cuando, de manera similar a la de José Vasconcelos (como lo cuenta éste en su Ulises criollo), se vio en la necesidad de asistir a una escuela de educación básica sin conocer el inglés. Paz dio testimonio de esta dura confrontación cultural: “Los azares de la guerra civil llevaron a mi padre a los Estados Unidos. Se instaló en Los Ángeles, en donde vivía una numerosa colonia de desterrados políticos. […] Tenía seis años y no hablaba una palabra de inglés. […] Aterrorizado por mi incapacidad de comprender lo que se me decía, me refugié en el silencio”. De regreso a México, la situación fue contraria: ahora era visto casi como un extranjero en su país. Fue una experiencia que lo apesadumbró durante mucho tiempo.
Desde muy temprano, en El laberinto de la soledad (1950; 2ª ed. revisada, 1959) la extrañeza mencionada afloró y, nuevamente, sobre todo en el primer capítulo (“El pachuco y otros extremos”), se deja ver el impacto de su segunda estancia (1943-1945), especialmente al momento de definir las diferencias entre mexicanos y estadunidenses. […]
Si el pachuco era el mexicano transterrado que buscaba mejor destino en el país del norte, las diferencias culturales no se abolían y se acentuaban aún más en la convivencia dentro de una sociedad extraña. Las observaciones de Paz sobre este asunto van a dar, de manera inevitable, hacia las raíces religiosas de ambas culturas:

¿Y cuál es la raíz de tan contrarias actitudes? Me parece que para los norteamericanos el mundo es algo que se puede perfeccionar; para nosotros, algo que se puede redimir. Ellos son modernos. Nosotros, como sus antepasados puritanos, creemos que el pecado y la muerte constituyen el fondo último de la naturaleza humana. Sólo que el puritano identifica la pureza con la salud. De ahí el ascetismo que purifica, y sus consecuencias: el culto al trabajo por el trabajo, la vida sobria —a pan y agua—, la inexistencia del cuerpo en tanto que posibilidad de perderse —o encontrarse— en otro cuerpo.

El análisis subsiguiente lo lleva a explorar esas raíces históricas y religiosas con base en la crítica de lo que representó España en su momento, así como sus enormes diferencias con la tradición anglosajona, que comenzó a esbozar en esos años. Por ello, escribe: “Si España se cierra al Occidente y renuncia al porvenir en el momento de la Contrarreforma, no lo hace sin antes adoptar y asimilar casi todas las formas artísticas del Renacimiento: poesía, pintura, novela, arquitectura” (El laberinto, p. 89). Al detenerse sobre el tipo de evangelización que realizaron por su lado España e Inglaterra, reconoce la forma en que la primera integró a la población indígena, lo que no sucedió en las colonias inglesas: “Esa posibilidad de pertenecer a un orden vivo, así fuese en la base de la pirámide social, les fue despiadadamente negada a los nativos por los protestantes de Nueva Inglaterra. Se olvida con frecuencia que pertenecer a la fe católica significaba encontrar un sitio en el Cosmos”. La colonia española actuó de manera muy distinta, aunque cuestionable también: “La diferencia con las colonias sajonas es radical. Nueva España conoció muchos horrores, pero por lo menos ignoró el más grave de todos: negarle un sitio, así fuere el último en la escala social, a los hombres que la componían”.
En ese mismo capítulo, “Conquista y Colonia”, resume los postulados ideológicos y religiosos que dieron sustancia a la sociedad novohispana, acentuando sus rasgos de naturaleza teológica sin dejar de criticar tipo de catolicismo que se recibió en América:

La especulación religiosa había cesado desde hacía siglos. La doctrina estaba hecha y se trataba sobre todo de vivirla. La Iglesia se inmoviliza en Europa, a la defensiva. La escolástica se defiende mal, como las pesadas naves españolas, presa de las más ligeras de holandeses e ingleses. La decadencia del catolicismo europeo coincide con su apogeo hispanoamericano: se extiende en tierras nuevas en el momento en que ha dejado de ser creador. Ofrece una filosofía hecha y una fe petrificada, de modo que la originalidad de los nuevos creyentes no encuentra ocasión de manifestarse. Su adhesión es pasiva. […]

En 1961, en el prólogo a un número que dedicó la revista francesa Lettres Nouvelles a la joven literatura hispanoamericana, escribió, otra vez, sobre las ya señaladas diferencias entre las Américas latina y anglosajona, pero ahora especificando con detalle las razones, no tan ocultas, de las mismas, razones teológicas:

Desde su nacimiento, la América sajona fue una utopía en marcha. La española y la portuguesa fueron construcciones intemporales. En uno y otro caso, anulación del presente. La eternidad y el futuro, el cielo y el progreso niegan al hoy y a su realidad, a la humilde evidencia del sol de cada día. Y aquí termina nuestro parecido con los sajones. Nosotros somos los hijos de la Contrarreforma y la Monarquía universal; ellos, de Lutero y la Revolución industrial. Por eso respiran con facilidad en la atmósfera enrarecida del porvenir. También por eso están mal instalados en la realidad. (Énfasis agregado.) […] (LC-O)

__________________________________________
 
“POETAS DEL MUNDO Y OCTAVIO PAZ”, RECITAL DE POESÍA
 
Paz-bellasartes01.jpg

Palacio de Bellas Artes
Domingo 30 de marzo • 18:00 horas
 
·    Homero Aridjis (México, 1940)
·    Eduardo Lizalde (México, 1929)
·    Valerio Magrelli (Italia, 1957) Lectura en español a cargo de Fabio Morábito
·    Charles Simic (Serbia, 1938) Lectura en español a cargo de Rafael Vargas
·    Lasse Söderberg (Suecia, 1931) Lectura en español a cargo de Pura López Colomé
·    Wole Soyinka (Nigeria, 1934, Premio Nobel de Literatura 1986) Lectura en español a cargo de David Huerta
·    Ida Vitale (Uruguay, 1923)
·    Derek Walcott (Santa Lucía, 1930, Premio Nobel de Literatura 1992) Lectura en español a cargo de José Luis Rivas)

___________________________
 
 

PONTIFICIA UNIVERSIDAD URBANIANA

Congreso Internacional
ESCUCHANDO AMÉRICA: ENCUENTROS ENTRE PUEBLOS, CULTURAS Y RELIGIONES CAMINOS PARA EL FUTURO


Roma, 7-9 de abril de 2014

lunes 7 de abril

horas 8.30
Moderador
ROBERTO CHERUBINI
Secretario General Pontificia Università Urbaniana, Italia
Saluto 
FERNANDO FILONI
Cardinal, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos, Santa Sede Gran Canciller de la Pontificia Università Urbaniana
Relación introductoria
Las “Américas”, proceso secular de encuentros, fusiones y construcción de identidades

ALBERTO TREVISIOL
Rector Magnifico de la Pontificia Università Urbaniana, Italia
I SESIÓN

horas 9.30
América entre culturas indígenas, mestizas y migrantes
contaminaciones, intercultura, culturas globales

Las “Americas del Norte”: el melting-pot a las contaminaciones trasversales: la idea de América al plural 
JEAN PARÉ
Directeur des Communications de IMC, Canada
América Latina, nativa, mestiza, global: desde la Patria Grande a la complejidad contemporánea
ROSA ALAYZA
Universidad Católica de Peru, Perù
Procesos migratorios y dinámicas de inclusión/exclusión: experiencias americanas
FABIO BAGGIO
Scalabrini International Migration Institute, Italia
Coffee Break (10.30 – 11.00) 
Mesa Redonda
América entre hibridaciones locales y procesos globales
Introducción y Presidencia

LUCA PANDOLFI
Pontificia Università Urbaniana, Italia

Discussant

RAÚL VERA LÓPEZ
Vescovo di Saltillo, Messico

JOHN DALLA COSTA
Centre for Ethical Orientation, Canada

SELENIR CORREA GONÇALVES KRONBAUER
Faculdades - Escola Superior de Teologia, Brasile

MANUEL MUÑOZ MILLALONKO
Universidad de Arte y Ciencias Sociales, Cile


Lunes 7 de abril, II sesión, 15.30 horas

Culturas americanas y experiencia cristiana: contaminaciones, intercultura, culturas globales

Moderador
BENEDICT KANAKAPPALLY
Pontificia Università Urbaniana, Italia

El cristianismo de las culturas amerindias
DIEGO IRARRÁZAVAL
Universidad Católica “Cardenal Silva Henríquez”, Chile

Las culturas afro en el cristianismo americano
SELENIR CORREA GONÇALVES KRONBAUER
Faculdades - Escola Superior de Teologia, Brasil

Coffee break, 16.20-16.50

Las matrices europeas de las culturas americanas
RAÚL JULIO MENDEZ
Universidad Católica de Salta, Argentina

Protestantismo entre Norte y Sudamérica: Las iglesias históricas, el despertar pentecostal y las nuevas formas religiosas
LEOPOLDO CERVANTES-ORTIZ
Facultad Latinoamericana de Teología Reformada, México


Debate

martes 8 de abril
III SESIÓN

horas 8.30
Sociedades urbanas y megalópolis
Moderador
TIZIANA LONGHITANO
Pontificia Università Urbaniana, Italia
Las megalópolis transculturales en las Américas. Globalización de los mercados, del trabajo, de la población
JOHN DALLA COSTA
Centre for Ethical Orientation, Canadá
Estructuras familiares, comunitarias y sociales en la urbanización de masa americana
FERNANDO DE JESÚS PLIEGO CARRASCO
Universidad Nacional Autónoma de México, México

Coffe Break
(9.30 - 10.00) 
Cual teología para la ciudad? Pensamiento teológico postmoderno, complejidad urbana y experiencia religiosa
VIRGINIA RAQUEL AZCUY
Universidad Católica Argentina, Argentina

Ser comunidad cristiana en las megalópolis La experiencia de CEBs, Movimientos y Comunidades 
CECILIA BLANCO DE DI LASCIO
Consejo Superior de Educación Católica, Argentina
IV SESIÓN

horas 11.00
Mass Media y Nuevos Social Media:
nuevas estrategias y fronteras de la comunicación
Mesa Redonda
Comunicación e intercultura: teorías y practicas comunicativas en las Américas
Introducción y Presidencia
SILVONEI PROTZ
Radio Vaticana, Santa Sede
Discussant
SUSANA NUIN
Departamento de Comunicación y Prensa del CELAM , Uruguay
HELEN OSMAN
Secretary for communications at the U.S. Conference of Catholic Bishops, USA
ISMAR DE OLIVEIRA SOARES
Universidade de Sáo Paulo, Brasil
V SESIÓN

horas 15.30
Bienes comunes y progreso sustentable
el medioambiente como valor, recurso u mercadería
Moderador
LUIGI SABBARESE
Pontificia Università Urbaniana, Italia
Justicia y solidaridad para un progreso sustentable
JOSÉ LUIS AZUAJE AYALA
Vescovo di Barinas, Presidente de Cáritas América Latina y Caribe, Venezuela
La tierra, el agua y los bienes comunes
LUIS INFANTI DE LA MORA
Vescovo del Vicariato Apostolico di Aysén, Chile
Coffe Break
(16.30 – 17.00) 
Buen vivir, Terra sin males, Kume Mogen Rupu: la vía indígena per l’economia e la società
MANUEL MUÑOZ MILLALONKO
Universidad de Arte y Ciencias Sociales, Chile
Hacia una teología del medioambiente
LUCAS CERVIÑO
Universidad Católica Boliviana, Bolivia

Debate

Miércoles 9 de abril
VI SESIÓN

horas 8.30
La convivencia de las religiones:
los nuevos paradigmas del encuentro en el dialogo interreligioso
Moderador
GUIDO MAZZOTTA
Pontificia Università Urbaniana, Italia
Hebraísmo americano entre tradición y modernidad
JOSEPH LEVI
Rabbino di Firenze, Italia
Las respuestas del Islam al hombre americano
DAVID SHAHEED
Civil Court Judge of Indianapolis, USA
Nuevas religiones y sectas El supermarket de la religión
JOHN GORDON MELTON
Baylor University, USA
Pluralismo religioso y Ecumenismo en América Latina
FAUSTINO TEIXEIRA
Universidade Federal de Juiz de Fora, Brasil
Coffee Break (10.10 - 10.40) 
VII SESIÓN

I parte - horas 10.45
La fe hoy entre nuevas inquietudes e antigua sabiduría:
las teologías, las comunidades y los desafíos de la evangelización
Moderador
GIOVANNI ANCONA
Pontificia Università Urbaniana, Italia
El éxito de las Teologías de la Liberación y las teologías americanas contemporáneas
JOSÉ OSCAR BEOZZO
Centro Ecumênico de Serviços à Evangelização e Educação Popular, Brasil
Decir Dios al femenino en las iglesias y en las teologías de las Américas
SUSAN A. ROSS
Loyola University of Chicago, USA
Orientaciones cristológicas latinoamericanas y la universalidad única de Jesús Salvador
MAURIZIO GRONCHI
Pontificia Università Urbaniana, Italia

II parte - horas 16.00
Moderador
LORELLA CONGIUNTI
Vice Rettore Pontificia Università Urbaniana, Italia
La dimensión misionera de “Aparecida”
JUAN VICENTE CHOPIN PORTILLO
Universidad Don Bosco, El Salvador
Rol de los laicos e formas de comunidad cristiana
YOLANDA VALERO CARDENAS
Pontificia Università Urbaniana, Italia
Coffe Break
(17.00 - 17.30) 
Misioneros en América, misioneros desde América
LUIS AUGUSTO CASTRO QUIROGA
Arcivescovo di Tunja, Colombia
Conclusiones
FERNANDO FILONI
Cardinal, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos, Santa Sede Gran Canciller de la Pontificia Università Urbaniana


Actividades

TODOS/AS ESTÁN INVITADOS A UNIRSE AL GRUPO QUE ASISTIRÁ A LA LECTURA DE POESÍA EN EL PALACIO DE BELLAS ARTES A LAS 18 HORAS.

***

CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 1 de abril, 19 hrs.
Modera: D.I. Odilón Arellano

Llamamiento: Jeremías 4.11-18
Oración de ofrecimiento
Himnos: “Padre nuestro” (516)
              “Renuévame” (466)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Amós 1.1-10
Tema: Diversos tipos de profetas
Himno: “En el seno de mi alma” (321, 1ª y 5ª)
Ofertorio
Bendición pastoral

DIVERSOS TIPOS DE PROFETAS
Louis Monloubou

Durante este periodo, ilustrado por profetas conocidos por sus escritos y a menudo con sus propios nombres, hay toda una serie de profetas que son anónimos en su mayoría. Entre ellos están los “hijos de profetas” o “hermanos profetas”, caracterizados por la práctica del éxtasis, por cierta vida en común, etcétera. Amós distingue al lado de los “hijos de profetas” a otras personas que llama simple mente “profetas” (7.14). ¿Quiénes son? La Biblia se muestra parca en este sentido.
Un primer destello que no acaba de disipar las sombras: Amós no quiere que se le confunda con ellos, a pesar de que se dice enviado por Dios a profetizar: “Yo no soy profeta... Yavé me ha dicho: ‘Vete, profetiza’” (7.15). Y profetiza, sin ser profeta y negándose a serlo, e incluso hasta habla bien de la acción valiente de los profetas (2.11 s.). Se niega a que lo sitúen dentro de SU grupo en nombre de la elección de Dios: “Es Yavé el que me arrancó de mi ganado”. ¿Cómo no pensar en el conflicto del carisma inesperado, imprevisible, contestatario, en contra del grupo definido, instituido, más o menos funcionalizado e inclinado al conformismo?
Pero los “profetas” de quienes habla Amós (2.11s) sólo son conformistas bajo la violencia. Los que menciona Oseas por esta misma época han sido utilizados por Dios para “zaherir y matar con sus palabras” (6, 5); por tanto, tenían que ser críticos contra el pueblo escéptico y rebelde (de ahí los misteriosos versículos de 9.6-8). No obstante, Oseas debía sentir cierta desconfianza frente a esos “hombres del espíritu”, ya que no reconoce en ellos más que un espíritu “de fornicación” (4.12).
Todavía por estos mismos años, Isaías sabe que su mujer, “la profetisa” (8.3), pertenece a su grupo (?) y reconoce en ellos uno de los “apoyos” de Judá y de Jerusalén (3.2). Pero se cuida mucho de hablar a propósito de ellos del don del espíritu, cuyos beneficios reserva únicamente para el descendiente de David (11.2), mostrándose asqueado de su embriaguez y de su falta de comprensión (28.7). Por esta misma época, Miqueas censura su avaricia que los lleva a halagar al pueblo, a tranquilizarlo sobre su destino, más que a abrirle los ojos ante su culpabilidad y ante el castigo que lo amenaza (3.5, 6, 11). […]

Los profetas del Antiguo Testamento, pp. 16-17
__________________________________

PRÓXIMAS ACTIVIDADES

ABRIL: LOS FRUTOS DE LA CONSTANCIA

1 – Reunión de Consistorio
5 – Día de campo

13-20 – Cultos de Semana Santa
27 – XIX Aniversario de la iglesia

Desarrollamos creativamente los dones del Espíritu, L. Cervantes-O.

30 de marzo, 2014

Son distintas las actividades, pero el Dios que lo activa todo en todos es siempre el mismo. […] Todo lo realiza el mismo y único Espíritu, repartiendo a cada uno sus dones como él quiere.
I Corintios 12.6, 11, La Palabra (Hispanoamérica)

Nada más contrario al mensaje del Nuevo Testamento que promover algo así como “la privatización del Espíritu”. La forma en que se presenta la acción del Espíritu Santo en la iglesia y en el mundo corresponde a una comprensión diáfana del cumplimiento de la promesa antigua (Joel 3): el impacto igualitario, comunitario y transformador de su presencia debía invadir todas las áreas de la existencia humana para contribuir profundamente a la extensión del Reino de Dios. Al expandirse el Evangelio de Jesucristo por los diversos territorios del imperio romano, la experiencia del derramamiento del Espíritu tuvo que pasar por los diversos filtros culturales y religiosos que complicaron la manifestación anunciada del mismo para beneficio de las comunidades y del mundo. En el caso de Corinto, una ciudad plagada de prácticas religiosas resultó particularmente difícil consolidar una visión equilibrada de la obra del Espíritu. En ese auténtico laboratorio religioso, las muestras de la presencia del Espíritu tuvieron que ser explicadas en medio de conflictos de interpretación  y práctica. A las exhortaciones acerca de la mejor manera de celebrar la Cena del Señor (I Co 11) le sigue una respuesta muy específica acerca de los carismas espirituales que muchos cristianos corintios experimentaban ya, pero con el riesgo de algunos excesos.
Lo primero que advierte San Pablo a quienes hicieron la pregunta específica (7.1) es que su estatus ha cambiado: la capacidad de dirigirse a Jesús como Señor les ha sido otorgada +única y exclusivamente por el Espíritu. Al ser incorporados al nuevo pueblo de Dios, su origen racial o religioso pasa a un segundo término, aun cuando la problemática planteada por ambas cosas subsista. Así resume Irene Foulkes el horizonte pastoral desarrollado por el apóstol:

El énfasis puesto en la diversidad de los dones, repartidos por un Dios que es también pluriforme (Espíritu-Señor-Dios, 12.4-6), hace suponer que algunos cristianos abogan por una clasificación restringida y rígida de los carismas. La metáfora del cuerpo (12.12-27), que pone de relieve la unidad y la complementariedad que deben caracterizar a la congregación al ejercer sus diversos dones, refleja una situación de rivalidades internas y de sobreestimación de algunos carismas en detrimento de otros. Antes de ofrecerle a la iglesia una corrección y reorientación en cuanto al uso de los dones de profecía y lenguas en sus asambleas (capítulo 14), Pablo instruye a los cristianos sobre el amor que debe caracterizar todas sus acciones, insertando un gran himno acerca del amor (capítulo 13), no menos práctico por ser poético.[1]

La diversidad de dones obedece a la apertura divina a la diversidad presente en la comunidad, aunque la unidad del Espíritu debe ser preservada a toda costa a las vista de que esa diversidad no se aparta ni del Espíritu ni de Dios mismo (vv. 4-5). Las personas dotadas del Espíritu no pueden tener proyectos personales aislados para su propio beneficio, pues su propósito es esencialmente comunitario: “La manifestación del Espíritu en cada uno se ordena al bien de todos” (v. 7). Uno de los problemas nuevos es que “la iglesia enfrenta la irrupción en su medio de fenómenos que podrían proceder de otra fuente y no de Dios” pues no sólo “en el cristianismo se conoce la glosolalia (el hablar en lenguas) y la profecía (la comunicación de mensajes recibidos de Dios), como tampoco es exclusiva de la fe cristiana la oración o las sanidades”.[2] El criterio de autenticidad no puede ser más que cristológico: “el mensaje inspirado por el Espíritu de Dios señala [siempre] a Jesús como el Señor”.[3] Lo que está en juego también es la relación de los cristianos/as carismáticos con el Señor de su vida, por lo que las manifestaciones extraordinarias del Espíritu no pueden romper la cadena de bendiciones comunitarias para centrarse sólo en la persona en quienes se hagan presentes.
La variedad de dones o carismas es expresada por el apóstol con una buena variedad de términos: “carismas” (12.4), “ministerios, servicios” (12.5), “operaciones, actividades” (12.6). “manifestación” (v. 7) (correspondientes, respectivamente, a: jarismata, diakoniai, energemata y fanerosis). Exaltar unos dones y despreciar otros era un peligro constante para la comunidad, pero no se trataba de colocar formas de superioridad entre quienes los ejercían. La constancia en la práctica de la fe y el testimonio derivado de la misma se relacionaba con la necesidad profunda de conducir todo el espectro de la acción del Espíritu hacia un mismo fin: “hablar con sabiduría” (¿teología o doctriona?), “expresarse con un profundo conocimiento de las cosas” (discernimientro, v. 8), “fe”, “ curar enfermedades” (v. 9), “hacer milagros”, “comunicar mensajes de parte de Dios”, “ distinguir entre espíritus falsos y el Espíritu verdadero”, hablar en un lenguaje misterioso”, “interpretar ese lenguaje” (v. 10). Todo ello lo hace el mismo Espíritu, que se hace presente de manera soberana en la comunidad /v. 11).
El conjunto de carismas en la iglesia ha sido instalado para que cada quien, mediante un uso responsable y guiado por la dirección divina, sea capaz de desarrollarlos de forma creativa, pero siempre en consonancia con los proyectos comunitarios, jamás para adornarse o producir orgullos individuales que chocan radicalmente con las intenciones divinas de transformar la existencia humana en un espacio de gracia y transformación. De ahí que algunos excesos en las apreciaciones que se conocen y practican hoy rompen frecuentemente la orientación hacia el Reino que debe tener todo lo que suceda en las comunidades. La percepción del Espíritu en los diversos movimientos pentecostales, neopentecostales, carismáticos o neocarismáticos tiene que ser confrontada continuamente con las enseñanzas del Nuevo Testamento.[4]



[1] I. Foulkes, Problemas pastorales en Corinto. Comentario exegético-pastoral a 1 Corintios. San José, Departamento Ecuménico de Investigaciones-Seminario Bíblico Latinoamericano, 1996, pp. 341-342.
[2] Ibid., p. 343.
[3] Ibid., p. 344.
[4] Cf. Leonildo Silveira Campos, “Pneumatologías en conflicto. ‘Pentecostales clásicos’ y ‘neopentecostales’ brasileños”, en Concilium, núm. 342, 2011, pp. 587-600.

I Corintios 12.1-11


1 En cuanto a los dones del Espíritu, no quiero, hermanos, que desconozcan lo que a ellos se refiere.2 Ustedes saben que cuando eran paganos [ethne], se dejaban arrastrar ciegamente hacia los ídolos mudos. 3 Les hago saber al respecto que nadie impulsado por el Espíritu de Dios puede exclamar: “Maldito sea Jesús”; como tampoco nadie puede proclamar: “Jesús es Señor”, si no es bajo la acción del Espíritu Santo.


4 Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 5 Hay diversidad de funciones, pero uno mismo es el Señor. 6 Son distintas las actividades, pero el Dios que lo activa todo en todos es siempre el mismo. 7 La manifestación del Espíritu en cada uno se ordena al bien de todos. 8 Así, a uno lo capacita el Espíritu para hablar con sabiduría, mientras a otro el mismo Espíritu le concede expresarse con un profundo conocimiento de las cosas. 9 El mismo y único Espíritu que otorga a uno el don de la fe, concede a otro el poder de curar enfermedades, 10 o el de hacer milagros, o el de comunicar mensajes de parte de Dios, o el de distinguir entre espíritus falsos y el Espíritu verdadero, o el de hablar en un lenguaje misterioso, o el de interpretar ese lenguaje. 11 Todo lo realiza el mismo y único Espíritu, repartiendo a cada uno sus dones como él quiere.

domingo, 23 de marzo de 2014

Letra 363, 23 de marzo de 2014

DESPREOCUPADOS
Karl Barth, Instantes

“No andéis preocupados” (Mateo 6.25)


No es posible creer y vivir preocupado; cuando se cree, sólo cabe creer y, con esa fe, abandonar todas las preocupaciones en el Señor. Si se procede de otro modo, sencillamente no se cree y, de hecho, está uno perdido. Las cosas prácticas tampoco marchan. Uno fracasa también en la realidad. No encuentra ya ningún apoyo. Es ya incapaz de valerse por sí mismo. Reaparecen las largas discusiones y los pequeños apuros, pues vuelve uno a ser lo que era cuando logró abrirse, y pierde de nuevo la fuerza interior y exterior del Señor.
Vuelve uno a ser un pequeño hombrecillo, demasiado osado, demasiado poco práctico en su manera de abordar las cosas. Y entonces... bueno, justamente entonces está acabado. La desgracia de la Iglesia consiste, sencillamente, en que los seres humanos siempre han creído demasiado poco. ¡Ah, si hubieran creído siempre intensa y audazmente...! Pero la desgracia fue siempre que en la fe siguieron poniendo la mirada en otro lado, donde la cuestión no era ya Jesús, sino la táctica y el método, el propio yo con sus deseos y su apuro, los seres humanos, el curso del mundo. Si de verdad hubieran creído, ni siquiera habrían tenido que creer tan audazmente. Un grano de mostaza habría tenido fuerza para mover montañas.

___________________________

LA “NOVELA” DE JOSÉ (GÉNESIS 37-50)
SEGUNDO TALLER BÍBLICO

Haroldo Reimer, “La necesidad de la monarquía para salvar al pueblo. Apuntamientos sobre la historia de José (Génesis 37-50)”, en Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, núm. 23
www.claiweb.org/ribla/ribla23/la%20necesidad%20de%20la%20monarquia.html

Introducción
La historia de José (Gn 37-50) es una incitante y cautivadora “novela” del Antiguo Testamento. Ocupa trece capítulos. Cierra el ciclo de la historia de los patriarcas y sirve de puente para la historia de la liberación de Egipto (Ex 1-15).
Parece ser una simple “historia de familia”. Ella narra las vicisitudes acontecidas en la vida del patriarca Jacob y de sus hijos. Enfoca en especial la figura del hijo más joven, José, y su conflicto con los otros hermanos, o mejor: de éstos con José por causa de sus sueños presuntuosos (Gn 37). Se narra cómo los hermanos se deshacen de José vendiéndolo a Egipto (Gn 39). En Egipto se enfoca la trayectoria ascendente de José en la corte (Gn 40), y se destaca su habilidad, discernimiento y capacidad organizativa (Gn 41). El hambre y la necesidad llevan a los hermanos a Egipto (Gn 42-44). Este es el momento en que José revela el sentido de su opción y la conducción divina (Gn 45). Los hermanos se someten a la nueva situación (Gn 45). Al final, se da un clima de reconciliación y de perdón general entre los hermanos (Gn 50). La historia termina con la enseñanza teológico-sapiencial de que “Dios cambia el mal en bien” (Gn 50.20). Como tal, la historia de José es una larga y conmovedora enseñanza para la práctica del perdón y de la reconciliación y del discernimiento de la actuación de Dios en la historia.
Esa historia no es gratuita. Como toda historia-novela tiene una intencionalidad y un objetivo implícitos. De la misma forma, tiene una pluri-dimensionalidad. Como producto de un largo proceso de formación y transmisión tiene acentos distintos en momentos históricos diferentes y a partir de perspectivas distintas. […]

1. Texto, contexto e investigación literaria
En su posición actual dentro del Pentateuco, la “historia de José” sirve de puente entre el tiempo de los patriarcas Abraham y Jacob y el tiempo de Moisés y del éxodo. A nivel literario, con esa historia se busca dar una explicación del desplazamiento geográfico y la presencia de los descendientes de Jacob en Egipto para, así, desarrollar la narración de la liberación de Egipto (cf. Ex. 1.1-14). En el transcurso de la historia incluso hay trechos que claramente sirven de amarres intermediarios (cf. Gn. 46.1-4, donde se apunta hacia la futura liberación/subida).
En términos de género literario, la investigación es unánime en decir que Gn 37-50 es una “novela”. Típico de una novela es seguir un guión de intrigantes y envolventes relaciones familiares para de manera ficticia representar y discutir conflictos y problemas de la realidad del pueblo, y hacer culminar la propuesta que orienta toda la historia. […]
Podemos establecer el siguiente guión de texto-base y agregados en la historia de José. Algunos agregados claramente interrumpen el guión; otros son más difíciles de precisar:

  • Gn. 37: los sueños presuntuosos de José: motivación de toda la historia
  • Gn. 38: la historia de Tamar y Judá constituye una narración autónoma (37.36 tiene su inmediata continuación en 39.1)
  • Gn 39: descenso social (víctima de una doble confabulación)
  • Gn 40: ascenso de José por su buen discernimiento y habilidad
  • Gn 41: prestigio por su capacidad de organización
  • Gn 42-44: organización del sistema de almacenamiento de alimentos
  • Gn 45.1-15: viraje ideológico
  • [Gn 46.1-5a: ¿añadido?]
  • Gn 46: Jacob-Israel baja a Egipto: nueva situación
  • Gn 46.8-27: lista de nombres —inclusión reciente, ya presupone Gn 38
  • Gn 47: reconciliación entre Jacob y el faraón
  • Gn 48:la cena de la bendición unifica a los dos personajes principales —Jacob y José— y al mismo tiempo remite a los motivos de Gn 27. Temáticamente se trata aquí de una etiología de la posición de realce de las tribus de José en Israel
  • Gn 49: colección de proverbios, bendiciones y promesas sobre las tribus; están en competencia con Gn 48. Su origen es claramente judío y trata de salvaguardar la posición dominante de Judá (cf. la degradación de los tres primeros hijos (49,3-7) y la promesa de dominio para Judá (49.8-12)
  • Gn 50: final de la historia: la monarquía es necesaria para salvar al pueblo. […]


1. Predilección y sueños presuntuosos (Gn 37). En verdad, son dos los motivos que dan inicio a la trama conflictiva de la historia de José. Por un lado, la “túnica talar de mangas largas” (Gn 37.3) que José recibe de su padre (Israel) delante de los hermanos, como símbolo de su predilección por aquél. El término hebreo para esta vestimenta (= ketonet passim) solamente aparece una vez más en 2 Sm 13.18, usada por un miembro de la familia real. Si se toma únicamente el primer elemento de la expresión (= ketonet), éste designa en especial la vestimenta de sacerdotes y funcionarios reales. El manto prefigura ya una posición especial de José, lo que desencadena el odio de los hermanos. […]

2) Legitimación religiosa (Gn 39). El final de Gn 38 acentúa la caída social de José, quien es vendido a Egipto. Gn 39 retoma ese hilo narrativo. José cae de hombre libre a esclavo, de esclavo a prisionero. Esa trayectoria es marcada por un fuerte componente religioso. Este se expresa con la repetida fórmula: “y Yavé estaba con él” (37.2s.5.21.23). No menos de siete veces se menciona en Gn 39 que el Señor (= Yahvé) está con José. Al nivel de la narración eso significa que José es presentado como alguien protegido de manera especial por Yahvé, quien “va esparciendo bendiciones a su alrededor”. De esta forma se prepara al oyente/lector para aceptar todo lo que José haga como algo legitimado por Dios. […]

3. Discernimiento y talento organizativo (Gn 40-41). Gn. 40 prepara el ascenso de José. El medio para eso es la interpretación de sueños. Aquí se retoma, de cierta forma, el inicio de la historia. Finalmente, con sus sueños presuntuosos José se vio llevado al poder. Con la interpretación de los sueños del copero (40.9-15) y del panadero (40.16-19), la novela presenta el excelente discernimiento de José. En el mundo antiguo, la interpretación de los sueños era expresión de discernimiento, sabiduría y talento. […] El talento organizativo de José es demostrado en Gn. 41.47-57. En la interpretación del sueño en Gn. 41.34-36 ya se había indicado la necesidad de la política de almacenamiento de alimentos para superar los años de las “vacas flacas”. […]

4. “Salvados” por el sistema tributario (Gn 42-44). En Gn 42-44 ya se está camino de la reconciliación de los hermanos con José. Se narra aquí la “bajada” de los hermanos a Egipto, movidos por una situación de hambre. Bajan con la intención de “comprar” comida. Las dos “bajadas” a Egipto son justificadas con la expresión “para que vivamos y no muramos” (42.2; 43.8). En el desarrollo de la novela, ahora es la hora de que los hermanos comprueben en la práctica la eficacia del sistema tributario organizado por José. En estos capítulos también se narra la concreción de las escenas de los sueños presuntuosos de José. Si allá las gavillas, el sol, la luna y las estrellas se inclinaban, ahora son los hermanos quienes se inclinan ante José (cf. 42.6). […]
 
5. Emoción e ideología (Gn 45,1-15). Aquí ya se está más cerca de la reconciliación. La emoción crece. José se revela a los hermanos. Pero lo hace interpretando teológicamente el conflicto de éstos con él. Afirma: “no fuisteis vosotros los que me enviasteis acá, sino Dios” (45.8). La relación conflictiva es teologizada. Yahvé es tenido como el arquitecto de toda la trayectoria de participación en la administración monárquica. El Dios-Yahvé liberador del éxodo y de las luchas campesinas (cf. Ex 15.21; Jue 5) es presentado como el garantizador del sistema tributario. Gn. 45.7 es tajante en este sentido: “Dios me envió delante de vosotros,/ para garantizar vuestra sobrevivencia en la tierra/ y para que vosotros preservéis la vida para una gran liberación”. […]
 
6. Usufructuar y bendecir el sistema (Gn 45.16-46.7). La gran dosis de ideología monárquica en este capítulo se muestra todavía en Gn 45.16-28 y en los capítulos siguientes. Los hermanos son ricamente regalados por el Faraón y, de ese modo, por el sistema tributario (45.16-28). Aquí, con exageraciones históricas, únicamente se habla de las ventajas del sistema. En ningún momento hay referencia alguna a las desventajas o a algo como opresión y explotación. Eso ya prepara la escena de Gn. 46.1-7, donde se narra que Jacob y su familia también bajan a Egipto. De una postura inicial contraria y crítica, pasan ahora a usufructuar del sistema. Después de la bajada de Jacob-Israel y su familia a Egipto, la novela da un paso más. En Gn 47.1-12 el interés está volcado hacia una reconciliación de Jacob-Israel con el Faraón. El representante patriarcal del sistema tribal es presentado al Faraón para que le confiera a éste reconocimiento y hasta la bendición (cf. Gn. 47.7). […]
 
7. El gran final: la necesidad de la monarquía para salvar al pueblo (Gn 50). El capítulo final de la historia de José trabaja de nuevo con una gran carga emocional. Aquí la novela llega a su desenlace. Desde la trama inicial en el capítulo 37, el objetivo de la historia era la reconciliación de los hermanos con José. Eso, no obstante, solamente podría acontecer con base en la aceptación de la posición especial de José dentro del sistema monárquico tributario. “Lo que al inicio desencadena un rechazo violento, al final es aceptado y reconocido en su sentido profundo y divino”.
Ese gran final se verifica sobre todo en Gn 50,15-21. Tras la muerte y la lamentación de Jacob, los hermanos se dirigen temerosos a José con un pedido de perdón por lo que le habían hecho. Se repite una vez más la escena de inclinarse (cf. 50,18), tema de la novela desde el inicio. Y luego sigue la famosa respuesta de José:
 
Vosotros intentasteis el mal contra mí,
sin embargo, Dios lo transformó en bien,
para hacer lo que se cumple en este día:

hacer vivir [salvar] a un gran pueblo (Gn 50.20).

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...