domingo, 2 de marzo de 2014

Actividades

ESTE MARTES COMENZAREMOS UN NUEVO TEMA:
“EL PROFETISMO BÍBLICO”. TODOS/AS RECIBIRÁN EL MATERIAL DE ESTUDIO.

CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 4 de marzo, 19 hrs.
Modera: Hno. Mauricio Magallanes Guerrero

Llamamiento: Jeremías 33.1-9
Oración de ofrecimiento
Himnos: “¡A Dios adorad!” (76)
                    “Buen Salvador, a ti yo acudo” (100)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Génesis 44.1-12
Tema: Del adivino al profeta
Himno: “Salvo en los tiernos brazos” (295)
Ofertorio
Bendición pastoral

EN LAS FUENTES DEL PROFETISMO
Louis Monloubou

Aunque la vena profética ha producido en el mundo bíblico sus mejores obras maestras, la Biblia no tiene el monopolio de esta actividad religiosa, sino que comparte esta riqueza con la mayor parte de las religiones antiguas o actuales. Nuestra época conoce un nuevo esplendor de ardor profético, que se manifiesta tanto en las iglesias cristianas como en los grupos marginales que aparecen en diversos lugares.
Las manifestaciones de la vena profética son múltiples, pero todas ellas responden a la misma necesidad profunda del ser humano. Prescindiendo de los signos que en la actualidad denuncian la presencia de este sentido profético, nos limitaremos —por otra parte se trata de un mundo inmenso— al profetismo tal como se nos presenta en la Biblia, no sólo en el Antiguo Testamento, sino también en el Nuevo, así como en el mundo circundante, ya que el profeta bíblico le debe mucho a sus “camaradas” del Próximo Oriente antiguo.

1. Del adivino al profeta
Para presentar el profetismo bíblico, hemos de partir de ese sentido tan vivo de la precariedad de la existencia propio del hombre antiguo. En el universo que sirve de marco a su vida, ese hombre choca con tantos problemas decididamente insolubles, con tantos males inevitables y realmente aplastantes, que no sabe echar sobre su destino más que una mirada impregnada de una obstinada inquietud.
Su sentido religioso espontáneo le empuja a buscar en la divinidad una respuesta a los enigmas que lo oprimen, una curación de los males que le atormentan. Ante los dioses, los hombres acuden a implorar la salvación. Y se esfuerzan en alcanzarla utilizando ciertos medios de influencia, quizás incluso de presión, cuyo valor depende de sus representaciones teológicas.
Entre todos esos medios hay uno universalmente reconocido. Consiste en descubrir lo que Dios quiere del hombre. Conocer ese designio divino y actuar en plena conformidad con él es caminar en el sentido mismo de las cosas, disfrutar de todas las fuentes de felicidad; es asegurarse la propia vida; es realizar su salvación.
Los profetas del Antiguo Testamento, p. 5
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

15 – Día de campo

16 – Taller para familias

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