ESTE MARTES
COMENZAREMOS UN NUEVO TEMA:
“EL
PROFETISMO BÍBLICO”. TODOS/AS RECIBIRÁN EL MATERIAL DE ESTUDIO.
CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 4 de marzo, 19 hrs.
Modera: Hno. Mauricio
Magallanes Guerrero
Llamamiento: Jeremías
33.1-9
Oración de ofrecimiento
Himnos: “¡A Dios adorad!”
(76)
“Buen
Salvador, a ti yo acudo” (100)
Momentos de oración
Lectura
bíblica: Génesis
44.1-12
Tema:
Del adivino al profeta
Himno: “Salvo en los tiernos
brazos” (295)
Ofertorio
Bendición pastoral
EN
LAS FUENTES DEL PROFETISMO
Louis Monloubou
Aunque la vena profética ha producido en el mundo bíblico sus mejores
obras maestras, la Biblia no tiene el monopolio de esta actividad religiosa,
sino que comparte esta riqueza con la mayor parte de las religiones antiguas o
actuales. Nuestra época conoce un nuevo esplendor de ardor profético, que se
manifiesta tanto en las iglesias cristianas como en los grupos marginales que
aparecen en diversos lugares.
Las manifestaciones de la
vena profética son múltiples, pero todas ellas responden a la misma necesidad
profunda del ser humano. Prescindiendo de los signos que en la actualidad
denuncian la presencia de este sentido profético, nos limitaremos —por otra
parte se trata de un mundo inmenso— al profetismo tal como se nos presenta en
la Biblia, no sólo en el Antiguo Testamento, sino también en el Nuevo, así como
en el mundo circundante, ya que el profeta bíblico le debe mucho a sus
“camaradas” del Próximo Oriente antiguo.
1. Del adivino al
profeta
Para presentar el profetismo bíblico, hemos de partir de ese sentido tan
vivo de la precariedad de la existencia propio del hombre antiguo. En el
universo que sirve de marco a su vida, ese hombre choca con tantos problemas
decididamente insolubles, con tantos males inevitables y realmente aplastantes,
que no sabe echar sobre su destino más que una mirada impregnada de una
obstinada inquietud.
Su sentido religioso
espontáneo le empuja a buscar en la divinidad una respuesta a los enigmas que
lo oprimen, una curación de los males que le atormentan. Ante los dioses, los
hombres acuden a implorar la salvación. Y se esfuerzan en alcanzarla utilizando
ciertos medios de influencia, quizás incluso de presión, cuyo valor depende de
sus representaciones teológicas.
Entre todos esos medios
hay uno universalmente reconocido. Consiste en descubrir lo que Dios quiere del
hombre. Conocer ese designio divino y actuar en plena conformidad con él es
caminar en el sentido mismo de las cosas, disfrutar de todas las fuentes de felicidad;
es asegurarse la propia vida; es realizar su salvación.
Los profetas del Antiguo Testamento, p. 5
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
15 – Día de campo
16 – Taller para familias
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