domingo, 23 de marzo de 2014

Letra 363, 23 de marzo de 2014

DESPREOCUPADOS
Karl Barth, Instantes

“No andéis preocupados” (Mateo 6.25)


No es posible creer y vivir preocupado; cuando se cree, sólo cabe creer y, con esa fe, abandonar todas las preocupaciones en el Señor. Si se procede de otro modo, sencillamente no se cree y, de hecho, está uno perdido. Las cosas prácticas tampoco marchan. Uno fracasa también en la realidad. No encuentra ya ningún apoyo. Es ya incapaz de valerse por sí mismo. Reaparecen las largas discusiones y los pequeños apuros, pues vuelve uno a ser lo que era cuando logró abrirse, y pierde de nuevo la fuerza interior y exterior del Señor.
Vuelve uno a ser un pequeño hombrecillo, demasiado osado, demasiado poco práctico en su manera de abordar las cosas. Y entonces... bueno, justamente entonces está acabado. La desgracia de la Iglesia consiste, sencillamente, en que los seres humanos siempre han creído demasiado poco. ¡Ah, si hubieran creído siempre intensa y audazmente...! Pero la desgracia fue siempre que en la fe siguieron poniendo la mirada en otro lado, donde la cuestión no era ya Jesús, sino la táctica y el método, el propio yo con sus deseos y su apuro, los seres humanos, el curso del mundo. Si de verdad hubieran creído, ni siquiera habrían tenido que creer tan audazmente. Un grano de mostaza habría tenido fuerza para mover montañas.

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LA “NOVELA” DE JOSÉ (GÉNESIS 37-50)
SEGUNDO TALLER BÍBLICO

Haroldo Reimer, “La necesidad de la monarquía para salvar al pueblo. Apuntamientos sobre la historia de José (Génesis 37-50)”, en Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, núm. 23
www.claiweb.org/ribla/ribla23/la%20necesidad%20de%20la%20monarquia.html

Introducción
La historia de José (Gn 37-50) es una incitante y cautivadora “novela” del Antiguo Testamento. Ocupa trece capítulos. Cierra el ciclo de la historia de los patriarcas y sirve de puente para la historia de la liberación de Egipto (Ex 1-15).
Parece ser una simple “historia de familia”. Ella narra las vicisitudes acontecidas en la vida del patriarca Jacob y de sus hijos. Enfoca en especial la figura del hijo más joven, José, y su conflicto con los otros hermanos, o mejor: de éstos con José por causa de sus sueños presuntuosos (Gn 37). Se narra cómo los hermanos se deshacen de José vendiéndolo a Egipto (Gn 39). En Egipto se enfoca la trayectoria ascendente de José en la corte (Gn 40), y se destaca su habilidad, discernimiento y capacidad organizativa (Gn 41). El hambre y la necesidad llevan a los hermanos a Egipto (Gn 42-44). Este es el momento en que José revela el sentido de su opción y la conducción divina (Gn 45). Los hermanos se someten a la nueva situación (Gn 45). Al final, se da un clima de reconciliación y de perdón general entre los hermanos (Gn 50). La historia termina con la enseñanza teológico-sapiencial de que “Dios cambia el mal en bien” (Gn 50.20). Como tal, la historia de José es una larga y conmovedora enseñanza para la práctica del perdón y de la reconciliación y del discernimiento de la actuación de Dios en la historia.
Esa historia no es gratuita. Como toda historia-novela tiene una intencionalidad y un objetivo implícitos. De la misma forma, tiene una pluri-dimensionalidad. Como producto de un largo proceso de formación y transmisión tiene acentos distintos en momentos históricos diferentes y a partir de perspectivas distintas. […]

1. Texto, contexto e investigación literaria
En su posición actual dentro del Pentateuco, la “historia de José” sirve de puente entre el tiempo de los patriarcas Abraham y Jacob y el tiempo de Moisés y del éxodo. A nivel literario, con esa historia se busca dar una explicación del desplazamiento geográfico y la presencia de los descendientes de Jacob en Egipto para, así, desarrollar la narración de la liberación de Egipto (cf. Ex. 1.1-14). En el transcurso de la historia incluso hay trechos que claramente sirven de amarres intermediarios (cf. Gn. 46.1-4, donde se apunta hacia la futura liberación/subida).
En términos de género literario, la investigación es unánime en decir que Gn 37-50 es una “novela”. Típico de una novela es seguir un guión de intrigantes y envolventes relaciones familiares para de manera ficticia representar y discutir conflictos y problemas de la realidad del pueblo, y hacer culminar la propuesta que orienta toda la historia. […]
Podemos establecer el siguiente guión de texto-base y agregados en la historia de José. Algunos agregados claramente interrumpen el guión; otros son más difíciles de precisar:

  • Gn. 37: los sueños presuntuosos de José: motivación de toda la historia
  • Gn. 38: la historia de Tamar y Judá constituye una narración autónoma (37.36 tiene su inmediata continuación en 39.1)
  • Gn 39: descenso social (víctima de una doble confabulación)
  • Gn 40: ascenso de José por su buen discernimiento y habilidad
  • Gn 41: prestigio por su capacidad de organización
  • Gn 42-44: organización del sistema de almacenamiento de alimentos
  • Gn 45.1-15: viraje ideológico
  • [Gn 46.1-5a: ¿añadido?]
  • Gn 46: Jacob-Israel baja a Egipto: nueva situación
  • Gn 46.8-27: lista de nombres —inclusión reciente, ya presupone Gn 38
  • Gn 47: reconciliación entre Jacob y el faraón
  • Gn 48:la cena de la bendición unifica a los dos personajes principales —Jacob y José— y al mismo tiempo remite a los motivos de Gn 27. Temáticamente se trata aquí de una etiología de la posición de realce de las tribus de José en Israel
  • Gn 49: colección de proverbios, bendiciones y promesas sobre las tribus; están en competencia con Gn 48. Su origen es claramente judío y trata de salvaguardar la posición dominante de Judá (cf. la degradación de los tres primeros hijos (49,3-7) y la promesa de dominio para Judá (49.8-12)
  • Gn 50: final de la historia: la monarquía es necesaria para salvar al pueblo. […]


1. Predilección y sueños presuntuosos (Gn 37). En verdad, son dos los motivos que dan inicio a la trama conflictiva de la historia de José. Por un lado, la “túnica talar de mangas largas” (Gn 37.3) que José recibe de su padre (Israel) delante de los hermanos, como símbolo de su predilección por aquél. El término hebreo para esta vestimenta (= ketonet passim) solamente aparece una vez más en 2 Sm 13.18, usada por un miembro de la familia real. Si se toma únicamente el primer elemento de la expresión (= ketonet), éste designa en especial la vestimenta de sacerdotes y funcionarios reales. El manto prefigura ya una posición especial de José, lo que desencadena el odio de los hermanos. […]

2) Legitimación religiosa (Gn 39). El final de Gn 38 acentúa la caída social de José, quien es vendido a Egipto. Gn 39 retoma ese hilo narrativo. José cae de hombre libre a esclavo, de esclavo a prisionero. Esa trayectoria es marcada por un fuerte componente religioso. Este se expresa con la repetida fórmula: “y Yavé estaba con él” (37.2s.5.21.23). No menos de siete veces se menciona en Gn 39 que el Señor (= Yahvé) está con José. Al nivel de la narración eso significa que José es presentado como alguien protegido de manera especial por Yahvé, quien “va esparciendo bendiciones a su alrededor”. De esta forma se prepara al oyente/lector para aceptar todo lo que José haga como algo legitimado por Dios. […]

3. Discernimiento y talento organizativo (Gn 40-41). Gn. 40 prepara el ascenso de José. El medio para eso es la interpretación de sueños. Aquí se retoma, de cierta forma, el inicio de la historia. Finalmente, con sus sueños presuntuosos José se vio llevado al poder. Con la interpretación de los sueños del copero (40.9-15) y del panadero (40.16-19), la novela presenta el excelente discernimiento de José. En el mundo antiguo, la interpretación de los sueños era expresión de discernimiento, sabiduría y talento. […] El talento organizativo de José es demostrado en Gn. 41.47-57. En la interpretación del sueño en Gn. 41.34-36 ya se había indicado la necesidad de la política de almacenamiento de alimentos para superar los años de las “vacas flacas”. […]

4. “Salvados” por el sistema tributario (Gn 42-44). En Gn 42-44 ya se está camino de la reconciliación de los hermanos con José. Se narra aquí la “bajada” de los hermanos a Egipto, movidos por una situación de hambre. Bajan con la intención de “comprar” comida. Las dos “bajadas” a Egipto son justificadas con la expresión “para que vivamos y no muramos” (42.2; 43.8). En el desarrollo de la novela, ahora es la hora de que los hermanos comprueben en la práctica la eficacia del sistema tributario organizado por José. En estos capítulos también se narra la concreción de las escenas de los sueños presuntuosos de José. Si allá las gavillas, el sol, la luna y las estrellas se inclinaban, ahora son los hermanos quienes se inclinan ante José (cf. 42.6). […]
 
5. Emoción e ideología (Gn 45,1-15). Aquí ya se está más cerca de la reconciliación. La emoción crece. José se revela a los hermanos. Pero lo hace interpretando teológicamente el conflicto de éstos con él. Afirma: “no fuisteis vosotros los que me enviasteis acá, sino Dios” (45.8). La relación conflictiva es teologizada. Yahvé es tenido como el arquitecto de toda la trayectoria de participación en la administración monárquica. El Dios-Yahvé liberador del éxodo y de las luchas campesinas (cf. Ex 15.21; Jue 5) es presentado como el garantizador del sistema tributario. Gn. 45.7 es tajante en este sentido: “Dios me envió delante de vosotros,/ para garantizar vuestra sobrevivencia en la tierra/ y para que vosotros preservéis la vida para una gran liberación”. […]
 
6. Usufructuar y bendecir el sistema (Gn 45.16-46.7). La gran dosis de ideología monárquica en este capítulo se muestra todavía en Gn 45.16-28 y en los capítulos siguientes. Los hermanos son ricamente regalados por el Faraón y, de ese modo, por el sistema tributario (45.16-28). Aquí, con exageraciones históricas, únicamente se habla de las ventajas del sistema. En ningún momento hay referencia alguna a las desventajas o a algo como opresión y explotación. Eso ya prepara la escena de Gn. 46.1-7, donde se narra que Jacob y su familia también bajan a Egipto. De una postura inicial contraria y crítica, pasan ahora a usufructuar del sistema. Después de la bajada de Jacob-Israel y su familia a Egipto, la novela da un paso más. En Gn 47.1-12 el interés está volcado hacia una reconciliación de Jacob-Israel con el Faraón. El representante patriarcal del sistema tribal es presentado al Faraón para que le confiera a éste reconocimiento y hasta la bendición (cf. Gn. 47.7). […]
 
7. El gran final: la necesidad de la monarquía para salvar al pueblo (Gn 50). El capítulo final de la historia de José trabaja de nuevo con una gran carga emocional. Aquí la novela llega a su desenlace. Desde la trama inicial en el capítulo 37, el objetivo de la historia era la reconciliación de los hermanos con José. Eso, no obstante, solamente podría acontecer con base en la aceptación de la posición especial de José dentro del sistema monárquico tributario. “Lo que al inicio desencadena un rechazo violento, al final es aceptado y reconocido en su sentido profundo y divino”.
Ese gran final se verifica sobre todo en Gn 50,15-21. Tras la muerte y la lamentación de Jacob, los hermanos se dirigen temerosos a José con un pedido de perdón por lo que le habían hecho. Se repite una vez más la escena de inclinarse (cf. 50,18), tema de la novela desde el inicio. Y luego sigue la famosa respuesta de José:
 
Vosotros intentasteis el mal contra mí,
sin embargo, Dios lo transformó en bien,
para hacer lo que se cumple en este día:

hacer vivir [salvar] a un gran pueblo (Gn 50.20).

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