DESPREOCUPADOS
Karl Barth, Instantes
“No andéis preocupados” (Mateo 6.25)
No es posible creer y vivir preocupado; cuando se cree, sólo cabe creer y, con esa fe, abandonar todas las preocupaciones en el Señor. Si se procede de otro modo, sencillamente no se cree y, de hecho, está uno perdido. Las cosas prácticas tampoco marchan. Uno fracasa también en la realidad. No encuentra ya ningún apoyo. Es ya incapaz de valerse por sí mismo. Reaparecen las largas discusiones y los pequeños apuros, pues vuelve uno a ser lo que era cuando logró abrirse, y pierde de nuevo la fuerza interior y exterior del Señor.
Vuelve uno a ser un pequeño hombrecillo, demasiado
osado, demasiado poco práctico en su manera de abordar las cosas. Y entonces...
bueno, justamente entonces está acabado. La desgracia de la Iglesia consiste,
sencillamente, en que los seres humanos siempre han creído demasiado poco. ¡Ah,
si hubieran creído siempre intensa y audazmente...! Pero la desgracia fue
siempre que en la fe siguieron poniendo la mirada en otro lado, donde la cuestión
no era ya Jesús, sino la táctica y el método, el propio yo con sus deseos y su
apuro, los seres humanos, el curso del mundo. Si de verdad hubieran creído, ni
siquiera habrían tenido que creer tan audazmente. Un grano de mostaza habría
tenido fuerza para mover montañas.
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LA “NOVELA” DE JOSÉ (GÉNESIS 37-50)
SEGUNDO TALLER BÍBLICO
Haroldo
Reimer, “La necesidad de la monarquía para salvar al pueblo. Apuntamientos
sobre la historia de José (Génesis 37-50)”, en Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, núm. 23
www.claiweb.org/ribla/ribla23/la%20necesidad%20de%20la%20monarquia.html
La historia de José (Gn 37-50) es una incitante y cautivadora “novela”
del Antiguo Testamento. Ocupa trece capítulos. Cierra el ciclo de la historia
de los patriarcas y sirve de puente para la historia de la liberación de Egipto
(Ex 1-15).
Parece ser una simple “historia de familia”. Ella narra las vicisitudes
acontecidas en la vida del patriarca Jacob y de sus hijos. Enfoca en especial
la figura del hijo más joven, José, y su conflicto con los otros hermanos, o
mejor: de éstos con José por causa de sus sueños presuntuosos (Gn 37). Se narra
cómo los hermanos se deshacen de José vendiéndolo a Egipto (Gn 39). En Egipto
se enfoca la trayectoria ascendente de José en la corte (Gn 40), y se destaca
su habilidad, discernimiento y capacidad organizativa (Gn 41). El hambre y la
necesidad llevan a los hermanos a Egipto (Gn 42-44). Este es el momento en que
José revela el sentido de su opción y la conducción divina (Gn 45). Los
hermanos se someten a la nueva situación (Gn 45). Al final, se da un clima de
reconciliación y de perdón general entre los hermanos (Gn 50). La historia
termina con la enseñanza teológico-sapiencial de que “Dios cambia el mal en
bien” (Gn 50.20). Como tal, la historia de José es una larga y conmovedora
enseñanza para la práctica del perdón y de la reconciliación y del
discernimiento de la actuación de Dios en la historia.
Esa historia no es gratuita. Como toda historia-novela tiene una
intencionalidad y un objetivo implícitos. De la misma forma, tiene una pluri-dimensionalidad.
Como producto de un largo proceso de formación y transmisión tiene acentos
distintos en momentos históricos diferentes y a partir de perspectivas
distintas. […]
1. Texto,
contexto e investigación literaria
En su posición actual dentro del Pentateuco, la “historia de José”
sirve de puente entre el tiempo de los patriarcas Abraham y Jacob y el tiempo
de Moisés y del éxodo. A nivel literario, con esa historia se busca dar una
explicación del desplazamiento geográfico y la presencia de los descendientes
de Jacob en Egipto para, así, desarrollar la narración de la liberación de
Egipto (cf. Ex. 1.1-14). En el transcurso de la historia incluso hay trechos
que claramente sirven de amarres intermediarios (cf. Gn. 46.1-4, donde se
apunta hacia la futura liberación/subida).
En términos de género literario, la investigación es unánime en decir
que Gn 37-50 es una “novela”. Típico de una novela es seguir un guión de
intrigantes y envolventes relaciones familiares para de manera ficticia
representar y discutir conflictos y problemas de la realidad del pueblo, y
hacer culminar la propuesta que orienta toda la historia. […]
Podemos establecer el siguiente guión de texto-base y agregados en la
historia de José. Algunos agregados claramente interrumpen el guión; otros son
más difíciles de precisar:
- Gn. 37: los sueños presuntuosos de José: motivación de toda la historia
- Gn. 38: la historia de Tamar y Judá constituye una narración autónoma (37.36 tiene su inmediata continuación en 39.1)
- Gn 39: descenso social (víctima de una doble confabulación)
- Gn 40: ascenso de José por su buen discernimiento y habilidad
- Gn 41: prestigio por su capacidad de organización
- Gn 42-44: organización del sistema de almacenamiento de alimentos
- Gn 45.1-15: viraje ideológico
- [Gn 46.1-5a: ¿añadido?]
- Gn 46: Jacob-Israel baja a Egipto: nueva situación
- Gn 46.8-27: lista de nombres —inclusión reciente, ya presupone Gn 38
- Gn 47: reconciliación entre Jacob y el faraón
- Gn 48:la cena de la bendición unifica a los dos personajes principales —Jacob y José— y al mismo tiempo remite a los motivos de Gn 27. Temáticamente se trata aquí de una etiología de la posición de realce de las tribus de José en Israel
- Gn 49: colección de proverbios, bendiciones y promesas sobre las tribus; están en competencia con Gn 48. Su origen es claramente judío y trata de salvaguardar la posición dominante de Judá (cf. la degradación de los tres primeros hijos (49,3-7) y la promesa de dominio para Judá (49.8-12)
- Gn 50: final de la historia: la monarquía es necesaria para salvar al pueblo. […]
1. Predilección y sueños
presuntuosos (Gn 37). En verdad, son dos los
motivos que dan inicio a la trama conflictiva de la historia de José. Por un
lado, la “túnica talar de mangas largas” (Gn 37.3) que José recibe de su padre
(Israel) delante de los hermanos, como símbolo de su predilección por aquél. El
término hebreo para esta vestimenta (= ketonet passim)
solamente aparece una vez más en 2 Sm 13.18, usada por un miembro de la
familia real. Si se toma únicamente el primer elemento de la expresión (= ketonet), éste designa en especial la vestimenta de sacerdotes y funcionarios
reales. El manto prefigura ya una posición especial de José, lo que desencadena
el odio de los hermanos. […]
2) Legitimación religiosa (Gn 39). El final de Gn 38 acentúa la caída social de José, quien es
vendido a Egipto. Gn 39 retoma ese hilo narrativo. José cae de hombre libre a
esclavo, de esclavo a prisionero. Esa trayectoria es marcada por un fuerte
componente religioso. Este se expresa con la repetida fórmula: “y Yavé estaba
con él” (37.2s.5.21.23). No menos de siete veces se menciona en Gn 39 que el
Señor (= Yahvé) está con José. Al nivel de la narración eso significa que José
es presentado como alguien protegido de manera especial por Yahvé, quien “va
esparciendo bendiciones a su alrededor”. De esta forma se prepara al
oyente/lector para aceptar todo lo que José haga como algo legitimado por Dios.
[…]
3. Discernimiento y talento organizativo
(Gn 40-41). Gn. 40 prepara el ascenso
de José. El medio para eso es la interpretación de sueños. Aquí se retoma, de
cierta forma, el inicio de la historia. Finalmente, con sus sueños presuntuosos
José se vio llevado al poder. Con la interpretación de los sueños del copero
(40.9-15) y del panadero (40.16-19), la novela presenta el excelente
discernimiento de José. En el mundo antiguo, la interpretación de los sueños
era expresión de discernimiento, sabiduría y talento. […] El talento
organizativo de José es demostrado en Gn. 41.47-57. En la interpretación del
sueño en Gn. 41.34-36 ya se había indicado la necesidad de la política de
almacenamiento de alimentos para superar los años de las “vacas flacas”. […]
4. “Salvados” por el sistema
tributario (Gn 42-44). En Gn 42-44 ya se está
camino de la reconciliación de los hermanos con José. Se narra aquí la “bajada”
de los hermanos a Egipto, movidos por una
situación de hambre. Bajan con la intención de “comprar” comida. Las dos
“bajadas” a Egipto son justificadas con la expresión “para que vivamos y no
muramos” (42.2; 43.8). En el desarrollo de la novela, ahora es la hora de que
los hermanos comprueben en la práctica la eficacia del sistema tributario
organizado por José. En estos capítulos también se narra la concreción de las
escenas de los sueños presuntuosos de José. Si allá las gavillas, el sol, la
luna y las estrellas se inclinaban, ahora son los hermanos quienes se inclinan
ante José (cf. 42.6). […]
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