A Pasolini lo que le fascina del Evangelio de Mateo es su radicalidad, su fuerza, su lucha: “Me interesa el extremismo de Jesús, su modo tajante de cerrarse en banda, su radicalismo total y absoluto… Jesús perdona fácilmente los pecados individuales pero es intransigente con los pecados sociales… Él ha dicho: «El que me ama, reniegue de si mismo, lleve su cruz de cada día, arriesgue su vida», sabiendo que lo hace. Es decir, Jesús se muestra intransigente contra el pecado de irresponsabilidad, de falta de tensión de espíritu y, en suma, de acuerdo fácil con la vida.
Para Pasolini, la imagen de Jesús es un tema constante ya desde su poesía juvenil, su filmografía, pasando por La ricotta que de alguna manera es lo contrario de El evangelio…, ya que en el primer film se burla del Jesús de los altares, de la religión, del fanatismo, de la falsedad de los católicos. Lo hizo tan bien que su película fue juzgada por el tribunal de Roma. Para rodar El evangelio según San Mateo parece ser que deja de un lado su “herejía”, y apuesta en un sentido por la ortodoxia, ya que aparte de apostar por una fidelidad literal al texto de Mateo (caso único entre todas las películas que se han inspirado en la Biblia), se basa en rigurosos criterios filológicos, exegéticos y estilísticos. […]
Pasolini analiza la figura de Jesús desde dos vertientes, tratando por un lado de darle un sentido sacro-poético al misterio del mundo y de la muerte, y por el otro convirtiéndolo en una figura social, en un representante de la revolución social. El suyo es un Jesús violento que cuestiona la religión de los fariseos, cómplices de la represión política y social que sufre el pueblo: “No he venido a traer la paz sino la espada”. Porque para conseguir el reino de Dios es necesario ser como un niño, que no es calculador, sino inocente, desprendido.
Para Pasolini, la imagen de Jesús es un tema constante ya desde su poesía juvenil, su filmografía, pasando por La ricotta que de alguna manera es lo contrario de El evangelio…, ya que en el primer film se burla del Jesús de los altares, de la religión, del fanatismo, de la falsedad de los católicos. Lo hizo tan bien que su película fue juzgada por el tribunal de Roma. Para rodar El evangelio según San Mateo parece ser que deja de un lado su “herejía”, y apuesta en un sentido por la ortodoxia, ya que aparte de apostar por una fidelidad literal al texto de Mateo (caso único entre todas las películas que se han inspirado en la Biblia), se basa en rigurosos criterios filológicos, exegéticos y estilísticos. […]
Pasolini analiza la figura de Jesús desde dos vertientes, tratando por un lado de darle un sentido sacro-poético al misterio del mundo y de la muerte, y por el otro convirtiéndolo en una figura social, en un representante de la revolución social. El suyo es un Jesús violento que cuestiona la religión de los fariseos, cómplices de la represión política y social que sufre el pueblo: “No he venido a traer la paz sino la espada”. Porque para conseguir el reino de Dios es necesario ser como un niño, que no es calculador, sino inocente, desprendido.
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