EL ÚLTIMO VALLE (1971), DE JAMES CLAVELL
Stuart Galbrey IV
Dirigida por James Clavell (quien adaptó la novela de J.B. Pick), la película está ambientada en el siglo XVII, cerca de 12 años de iniciadas las Guerra de los Treinta Años. En medio de la enorme devastación y hambruna, surge Vogel (Omar Sharif), un antiguo maestro que ha perdido a toda su familia en el sitio de Magdeburgo. Accidentalmente va a parar a una aldea remota milagrosamente aislada en los Alpes, hasta donde no ha llegado la guerra. Sin embargo, la aldea es descubierta también por un grupo de mercenarios al mando de “El Capitán” (Michael Caine).
El Capitán se prepara para destruir la aldea católica y matar a todos su habitantes, pero Vogel tiene una idea: reforzar la aldea y pasar el invierno allí, pues era virtualmente inaccesible durante varios meses, tenía suficientes provisiones y no había señales de la enfermedad que asolaba Europa. El Capitán está de acuerdo y asume el control, haciendo que Vogel sea el juez y el enlace entre los soldados y los aldeanos. A pesar de los conflictos religiosos latentes y la dominación de los habitantes por los soldados, todos disfrutan de una especie de oasis en medio del mundo convulsionado. ¿Pero que sucederá cuando llegue la primavera? [...]
La película es muy franca al describir los horrores de la guerra, particularmente al inicio, cuando Vogel corre frenéticamente antes de encontrar la aldea oculta. Aterrorizado, Vogel se introduce en el bosque librando pilas de cadáveres y cuerpos aún con vida, víctimas de la Peste.
[…]
Aunque es una historia, casi épica cerca del clímax (gracias al soberbio trabajo de Wally Veevers), El último valle es, sobre todo, a pequeña escala, un drama íntimo con toques de ironía y falta de glamour. El corazón del film es la relación entre Vogel y el Capitán. El antiguo maestro de escuela (Sharif) y su perfil intelectual de pocas palabras en medio de la guerra, parecen una extensión de su papel como el doctor Zhivago, pero Caine es algo más, definitivamente.
El pragmático Capitán es uno de los mejores papeles de la larga ya vaces distinguida carrera de Caine. Asesina sin remordimientos ni dudas cuando le conviene, pasando por encima de cualquier consideración religiosa y en ese sentido instruye a sus subordinados, pues para él la muerte es “ir a estar en paz con tu Dios”. No se deja mover por las emociones aunque gobierna la aldea con piedad: la violación es castigada con la castración y el saqueo con la ceguera. La guerra lo endureció brutal, pero humanamente. El film gira alrededor de la relación entre Sharif y Caine, pero es la sutil actuación del segundo la que más impacta.
Lo que podría haber sido una película simbólica y antibélica funciona gracias a la enorme inteligencia y sutil manejo de los caracteres principales. Al tratar de sobrevivir, Vogel desafía la inteligencia del Capitán. Éste, al vivir entre soldados aguerridos y bárbaros, claramente aprecia la compañía de Vogel, su sabiduría y sentido común, y lo protege, aunque pudo haberlo matado en cualquier momento.
El reparto internacional incluye a la actriz brasileña Florinda Bolkan, como la aficionada a un culto satánico y amante de Vogel, el sueco Per Oscarsson, como el fanático sacerdote católico y el estadounidense Arthur O’Connell como uno de los líderes de la aldea. Un muy joven Brian Blessed encarna a uno de los más crueles soldados de Vogel. Con su corte de pelo estilo punk y su vestimenta negra de cuero, Blessed parece salido de una película de acción. Algunos actores secundarios, como George Innes y Vladek Sheybal, aparecerían más tarde en Shogun, también de Clavell.
John Barry escribió el guión. Es uno de sus más finos trabajos y obtuvo un Óscar, aunque no trascendió luego del fracaso económico de la cinta.
Nueva página sobre el jubileo de Calvino: www.calvin09.org
LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS
http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_los_Treinta_A%C3%B1os
La Guerra de los Treinta Años fue una guerra europea librada principalmente en la Europa central entre los años 1618 y 1648. Aunque inicialmente se trató de un conflicto religioso entre católicos y protestantes, el motivo central de la misma fue la disputa entre las potencias europeas por conseguir una situación de equilibrio o bien, en el caso de otras, por conseguir una situación de hegemonía (en este caso la casa de los Habsburgo en España y la Casa de Austria, que eran católicos). La guerra de los Treinta Años acabó con la paz de Westfalia y la paz de los Pirineos.
Sin embargo, también puede describírsela no como una sola guerra, sino de una larga serie de conflictos desarrollados principalmente en Europa central. Esta guerra se puede dividir en 4 etapas: la revuelta de Bohemia, y las intervenciones danesa, sueca y francesa.
Orígenes de la guerra
A mediados del siglo XVI, la frágil Paz de Augsburgo, un acuerdo firmado por Carlos I de España y los príncipes luteranos en 1555, había confirmado el resultado de la primera Dieta de Espira y en realidad había hecho acrecentar con el tiempo los odios entre católicos y luteranos. En dicha paz se había establecido que:
Los príncipes alemanes (alrededor de 360 de ellos), podían elegir la religión (luteranismo o catolicismo) en sus reinos de acuerdo con su conciencia. Era el principio de cuius regio eius religio.
Los luteranos que viviesen en un estado eclesiástico (bajo el control de un obispo), podían continuar siendo luteranos.
Los luteranos podían mantener el territorio que habían tomado a la Iglesia Católica desde la Paz de Passau (1552).
Los obispos de la Iglesia Católica, que se convirtiesen al luteranismo tenían que entregar su diócesis.
En los inicios del siglo XVI se incrementaron las tensiones entre las naciones de Europa. España estaba interesada en los principados alemanes, debido a que Felipe II de España era un Habsburgo y tenía territorios alrededor de la frontera oeste de los estados alemanes (Flandes, el Franco Condado). Francia también estaba interesada en los estados alemanes porque deseaba sofocar el creciente poder de los Habsburgo que rodeaban su frontera este. Suecia y Dinamarca estaban interesadas en los estados germánicos del norte que rodeaban al Mar Báltico, por razones económicas.
Durante la segunda mitad del siglo XVI las tensiones religiosas también se habían hecho más intensas. La paz de Augsburgo tuvo sus consecuencias a lo largo de la segunda mitad del siglo XVI, ya que los obispos se negaban a abandonar sus obispados. De hecho, los términos del tratado de Augsburgo fueron utilizados para un resurgimiento del poder católico. Las tensiones y resentimientos entre católicos y protestantes no habían hecho sino crecer desde el tratado, y en muchos lugares de Alemania se destruían iglesias protestantes y había limitaciones y obstáculos al culto protestante. A disminuir estas tensiones no ayudó nada el calvinismo que se extendía por toda Alemania, lo que añadió otra religión a la región; los católicos de Europa central (los Habsburgo de Austria o los reyes de Polonia) estaban tratando de restaurar el poder del catolicismo.
Los Habsburgo estaban principalmente interesados en extender su poder, así que estaban a veces dispuestos a transigir y permitir el protestantismo. A la larga esto hizo mayores aún las tensiones. Rodolfo II, emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico y su sucesor, Matías, no practicaban una política catolicista agresiva, ya que estaban más interesados en incrementar el poder y las posesiones de los Habsburgo. Eran también muy tolerantes, lo que permitió que diferentes religiones se extendieran a su aire y que chocasen entre sí libremente. Suecia y Dinamarca (que querían controlar los estados alemanes del Mar Báltico) estaban mayoritariamente compuestas por luteranos.
Estas tensiones estallaron con violencia en la ciudad alemana de Donauwörth en 1606. La mayoría luterana obstaculizó los intentos de los residentes católicos de hacer una procesión causando una revuelta violenta. Los católicos de la ciudad solicitaron la intervención del duque Maximiliano de Baviera en respaldo de los católicos.
Una vez hubo cesado la violencia, en Alemania los calvinistas, cuya religión estaba todavía en su infancia y constituían una minoría, se sintieron amenazados, y se agruparon en la Liga de la Unión Evangélica (también conocida como Liga Protestante), creada en 1608, bajo el liderazgo de Federico IV, el Príncipe elector del Palatinado. Este príncipe tenía en su poder el Palatinado de Renania, uno de los estados que España deseaba para sí a fin de proteger el camino español. Esto provocó que los católicos también se agrupasen en la Liga Católica, bajo el liderazgo del duque Maximiliano.
El emperador del Sacro Imperio y rey de Bohemia, Matías, murió sin dejar heredero en 1619, pero habiendo testado a favor de su sobrino, Fernando de Estiria. Fernando, que al convertirse en rey de Bohemia y emperador del Sacro Imperio pasó a llamarse Fernando II, era un católico convencido que había sido educado por los jesuitas y quería restaurar el catolicismo. Por ello era impopular en Bohemia, la cual era predominantemente calvinista. El rechazo de Bohemia a Fernando fue el detonante de la Guerra de los 30 años.
La revuelta de Bohemia (1618-1625)
La ciudad de Praga en la actualidad con el castillo al fondo. Desde una ventana de esta fortaleza fueron arrojados los dignatarios católicos, dando comienzo a la Guerra de los 30 años
La elección del católico Fernando II como emperador había puesto a la nobleza de Bohemia, de mayoría protestante, en una situación prácticamente de rebelión.
Además, dado que la dignidad de rey de Bohemia se confería por elección, los bohemios eligieron como su líder a Federico V, Elector Palatino, (sucesor de Federico IV, que había sido creador de la Liga de la Unión Evangélica). Cuando Fernando II envió a dos concejales católicos, (Martinitz y Slavata) y sus representantes al castillo de Hradcany en Praga en Mayo de 1618, para preparar el camino a su llegada, los calvinistas de Bohemia los secuestraron y los arrojaron por una ventana del palacio.
Defenestración de Praga
Stuart Galbrey IV
Dirigida por James Clavell (quien adaptó la novela de J.B. Pick), la película está ambientada en el siglo XVII, cerca de 12 años de iniciadas las Guerra de los Treinta Años. En medio de la enorme devastación y hambruna, surge Vogel (Omar Sharif), un antiguo maestro que ha perdido a toda su familia en el sitio de Magdeburgo. Accidentalmente va a parar a una aldea remota milagrosamente aislada en los Alpes, hasta donde no ha llegado la guerra. Sin embargo, la aldea es descubierta también por un grupo de mercenarios al mando de “El Capitán” (Michael Caine).
El Capitán se prepara para destruir la aldea católica y matar a todos su habitantes, pero Vogel tiene una idea: reforzar la aldea y pasar el invierno allí, pues era virtualmente inaccesible durante varios meses, tenía suficientes provisiones y no había señales de la enfermedad que asolaba Europa. El Capitán está de acuerdo y asume el control, haciendo que Vogel sea el juez y el enlace entre los soldados y los aldeanos. A pesar de los conflictos religiosos latentes y la dominación de los habitantes por los soldados, todos disfrutan de una especie de oasis en medio del mundo convulsionado. ¿Pero que sucederá cuando llegue la primavera? [...]
La película es muy franca al describir los horrores de la guerra, particularmente al inicio, cuando Vogel corre frenéticamente antes de encontrar la aldea oculta. Aterrorizado, Vogel se introduce en el bosque librando pilas de cadáveres y cuerpos aún con vida, víctimas de la Peste.
[…]
Aunque es una historia, casi épica cerca del clímax (gracias al soberbio trabajo de Wally Veevers), El último valle es, sobre todo, a pequeña escala, un drama íntimo con toques de ironía y falta de glamour. El corazón del film es la relación entre Vogel y el Capitán. El antiguo maestro de escuela (Sharif) y su perfil intelectual de pocas palabras en medio de la guerra, parecen una extensión de su papel como el doctor Zhivago, pero Caine es algo más, definitivamente.
El pragmático Capitán es uno de los mejores papeles de la larga ya vaces distinguida carrera de Caine. Asesina sin remordimientos ni dudas cuando le conviene, pasando por encima de cualquier consideración religiosa y en ese sentido instruye a sus subordinados, pues para él la muerte es “ir a estar en paz con tu Dios”. No se deja mover por las emociones aunque gobierna la aldea con piedad: la violación es castigada con la castración y el saqueo con la ceguera. La guerra lo endureció brutal, pero humanamente. El film gira alrededor de la relación entre Sharif y Caine, pero es la sutil actuación del segundo la que más impacta.
Lo que podría haber sido una película simbólica y antibélica funciona gracias a la enorme inteligencia y sutil manejo de los caracteres principales. Al tratar de sobrevivir, Vogel desafía la inteligencia del Capitán. Éste, al vivir entre soldados aguerridos y bárbaros, claramente aprecia la compañía de Vogel, su sabiduría y sentido común, y lo protege, aunque pudo haberlo matado en cualquier momento.
El reparto internacional incluye a la actriz brasileña Florinda Bolkan, como la aficionada a un culto satánico y amante de Vogel, el sueco Per Oscarsson, como el fanático sacerdote católico y el estadounidense Arthur O’Connell como uno de los líderes de la aldea. Un muy joven Brian Blessed encarna a uno de los más crueles soldados de Vogel. Con su corte de pelo estilo punk y su vestimenta negra de cuero, Blessed parece salido de una película de acción. Algunos actores secundarios, como George Innes y Vladek Sheybal, aparecerían más tarde en Shogun, también de Clavell.
John Barry escribió el guión. Es uno de sus más finos trabajos y obtuvo un Óscar, aunque no trascendió luego del fracaso económico de la cinta.
Nueva página sobre el jubileo de Calvino: www.calvin09.org
LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS
http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_los_Treinta_A%C3%B1os
La Guerra de los Treinta Años fue una guerra europea librada principalmente en la Europa central entre los años 1618 y 1648. Aunque inicialmente se trató de un conflicto religioso entre católicos y protestantes, el motivo central de la misma fue la disputa entre las potencias europeas por conseguir una situación de equilibrio o bien, en el caso de otras, por conseguir una situación de hegemonía (en este caso la casa de los Habsburgo en España y la Casa de Austria, que eran católicos). La guerra de los Treinta Años acabó con la paz de Westfalia y la paz de los Pirineos.
Sin embargo, también puede describírsela no como una sola guerra, sino de una larga serie de conflictos desarrollados principalmente en Europa central. Esta guerra se puede dividir en 4 etapas: la revuelta de Bohemia, y las intervenciones danesa, sueca y francesa.
Orígenes de la guerra
A mediados del siglo XVI, la frágil Paz de Augsburgo, un acuerdo firmado por Carlos I de España y los príncipes luteranos en 1555, había confirmado el resultado de la primera Dieta de Espira y en realidad había hecho acrecentar con el tiempo los odios entre católicos y luteranos. En dicha paz se había establecido que:
Los príncipes alemanes (alrededor de 360 de ellos), podían elegir la religión (luteranismo o catolicismo) en sus reinos de acuerdo con su conciencia. Era el principio de cuius regio eius religio.
Los luteranos que viviesen en un estado eclesiástico (bajo el control de un obispo), podían continuar siendo luteranos.
Los luteranos podían mantener el territorio que habían tomado a la Iglesia Católica desde la Paz de Passau (1552).
Los obispos de la Iglesia Católica, que se convirtiesen al luteranismo tenían que entregar su diócesis.
En los inicios del siglo XVI se incrementaron las tensiones entre las naciones de Europa. España estaba interesada en los principados alemanes, debido a que Felipe II de España era un Habsburgo y tenía territorios alrededor de la frontera oeste de los estados alemanes (Flandes, el Franco Condado). Francia también estaba interesada en los estados alemanes porque deseaba sofocar el creciente poder de los Habsburgo que rodeaban su frontera este. Suecia y Dinamarca estaban interesadas en los estados germánicos del norte que rodeaban al Mar Báltico, por razones económicas.
Durante la segunda mitad del siglo XVI las tensiones religiosas también se habían hecho más intensas. La paz de Augsburgo tuvo sus consecuencias a lo largo de la segunda mitad del siglo XVI, ya que los obispos se negaban a abandonar sus obispados. De hecho, los términos del tratado de Augsburgo fueron utilizados para un resurgimiento del poder católico. Las tensiones y resentimientos entre católicos y protestantes no habían hecho sino crecer desde el tratado, y en muchos lugares de Alemania se destruían iglesias protestantes y había limitaciones y obstáculos al culto protestante. A disminuir estas tensiones no ayudó nada el calvinismo que se extendía por toda Alemania, lo que añadió otra religión a la región; los católicos de Europa central (los Habsburgo de Austria o los reyes de Polonia) estaban tratando de restaurar el poder del catolicismo.
Los Habsburgo estaban principalmente interesados en extender su poder, así que estaban a veces dispuestos a transigir y permitir el protestantismo. A la larga esto hizo mayores aún las tensiones. Rodolfo II, emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico y su sucesor, Matías, no practicaban una política catolicista agresiva, ya que estaban más interesados en incrementar el poder y las posesiones de los Habsburgo. Eran también muy tolerantes, lo que permitió que diferentes religiones se extendieran a su aire y que chocasen entre sí libremente. Suecia y Dinamarca (que querían controlar los estados alemanes del Mar Báltico) estaban mayoritariamente compuestas por luteranos.
Estas tensiones estallaron con violencia en la ciudad alemana de Donauwörth en 1606. La mayoría luterana obstaculizó los intentos de los residentes católicos de hacer una procesión causando una revuelta violenta. Los católicos de la ciudad solicitaron la intervención del duque Maximiliano de Baviera en respaldo de los católicos.
Una vez hubo cesado la violencia, en Alemania los calvinistas, cuya religión estaba todavía en su infancia y constituían una minoría, se sintieron amenazados, y se agruparon en la Liga de la Unión Evangélica (también conocida como Liga Protestante), creada en 1608, bajo el liderazgo de Federico IV, el Príncipe elector del Palatinado. Este príncipe tenía en su poder el Palatinado de Renania, uno de los estados que España deseaba para sí a fin de proteger el camino español. Esto provocó que los católicos también se agrupasen en la Liga Católica, bajo el liderazgo del duque Maximiliano.
El emperador del Sacro Imperio y rey de Bohemia, Matías, murió sin dejar heredero en 1619, pero habiendo testado a favor de su sobrino, Fernando de Estiria. Fernando, que al convertirse en rey de Bohemia y emperador del Sacro Imperio pasó a llamarse Fernando II, era un católico convencido que había sido educado por los jesuitas y quería restaurar el catolicismo. Por ello era impopular en Bohemia, la cual era predominantemente calvinista. El rechazo de Bohemia a Fernando fue el detonante de la Guerra de los 30 años.
La revuelta de Bohemia (1618-1625)
La ciudad de Praga en la actualidad con el castillo al fondo. Desde una ventana de esta fortaleza fueron arrojados los dignatarios católicos, dando comienzo a la Guerra de los 30 años
La elección del católico Fernando II como emperador había puesto a la nobleza de Bohemia, de mayoría protestante, en una situación prácticamente de rebelión.
Además, dado que la dignidad de rey de Bohemia se confería por elección, los bohemios eligieron como su líder a Federico V, Elector Palatino, (sucesor de Federico IV, que había sido creador de la Liga de la Unión Evangélica). Cuando Fernando II envió a dos concejales católicos, (Martinitz y Slavata) y sus representantes al castillo de Hradcany en Praga en Mayo de 1618, para preparar el camino a su llegada, los calvinistas de Bohemia los secuestraron y los arrojaron por una ventana del palacio.
Defenestración de Praga
Los dos dignatarios y el escriba que fueron arrojados cayeron sobre un montón de estiércol y no sufrieron lesiones importantes (al contrario que en la primera defenestración, acontecida 200 años antes y en la que murieron siete concejales). Este evento, conocido como la segunda Defenestración de Praga se toma como punto de referencia del comienzo de la rebelión bohemia, aunque la rebelión ya estaba gestándose mucho tiempo antes. [...]
No hay comentarios:
Publicar un comentario